El jueves se pone a la venta Espirales.
Mientras tanto, dejo el primer capítulo acá.
Capítulo 1
Odio los aeropuertos. Me acuerdo que cuando era chico me encantaban. Todo. Las vacaciones empezaban todavía mucho antes de llegar al aeropuerto, cuando mis viejos nos pedían a mis hermanos y a mí que nos sentaramos sobre a las valijas para que estas cerraran. Era chico, en esa época las valijas eran diferentes, no como ahora con ocho ruedas, de veinte colores y todas supersónicas. Después sí, llegar a Ezeiza, buscar el carrito y subirse. Porque en un carrito iban las valijas y en otro nos turnábamos con mis hermanos para llevarnos unos a otros. Hacer la fila y despachar las valijas. Me paraba en la balanza del equipaje, mi viejo me obligaba a bajarme mientras la empleada de la aerolínea sonreía. Cuando sos chico, es así, no hace falta que te cuides de vos mismo y podes vivir sin prestarle demasiada atención al mundo que te rodea.
Ahora es diferente. Tengo 27 y estoy en Gardermoen Airport, el aeropuerto internacional de Oslo, en Noruega. En un rato y con un poco más de tiempo les voy a explicar que hago en Noruega, ahora no puedo. El avión de Iberia debería despegar en menos de una hora, todavía no embarqué y quiero pasar por el Duty Free. Rara vez compro algo, es probable que termine comprando en el de Buenos Aires. Vuelo por Iberia porque es la única aerolínea que hace Oslo-Buenos Aires con una sola escala. Además, tiene pantallita en todos los asientos. Obvio que con una sola escala es más caro, pero odio los aeropuertos. No quiero estar en uno ni un minuto más que lo absolutamente indispensable. Además, cuando tenés vuelos largos o viajás seguido, mejor que sufra el dinero y no la persona.
Ya despaché la valija y pasé seguridad. Voy caminando tranquilo, no tengo apuro y todavía me queda bastante tiempo para perder. Para ser el medio de transporte más rápido, el avión te obliga a perder bastante tiempo. Campera en una mano, mochila con la laptop colgada en la espalda. Según lo que muestra una pantalla, afuera hacen cuatro grados bajo cero; temperatura promedio para mediados de diciembre en Oslo. La gente piensa que acá hay como veinte bajo cero todo el año. Pero bueno, en defensa popular, nadie conoce dónde queda Oslo. Estoy por entrar al Duty Free y escucho por el altoparlante en perfecto español de España “pasajero Andres Fesser por favor acercarse al mostrador de Iberia” y a continuación repitieron el mensaje “pasajero Andres Fesser por favor acercarse al mostrador de Iberia”. Porque todos los mensajes por altoparlante se dicen dos veces. Debe haber pocas cosas peores en la vida que te llamen por el altoparlante del aeropuerto. Tal vez el hambre mundial, no estoy seguro.
Con campera y mochila, empiezo a caminar hasta la puerta 42, donde se ubica el mostrador de Iberia. Camino rápido, sin miedo pero con cierta incertidumbre. No tengo ni la menor idea de por qué alguien podría llegar a llamarme por el altoparlante en el aeropuerto de Noruega. Ya estoy a unos quince metros y veo que la chica del otro lado del mostrador me mira y sonríe, al instante vuelve a mirar a la computadora como si nunca me hubiese visto. Tengo la sensación que la conozco. Sí, casi seguro que la conozco. Sé que la conozco. No me acuerdo de dónde la conozco. Estoy a unos cuatro segundos de hablar con ella. ¿Quedará muy mal si le digo que no me acuerdo quién es? ¡Qué sensación horrible! Debe haber pocas cosas peores en la vida que estar por hablar con alguien que te conoce y no saber de dónde lo conoces. Tal vez la guerra con armas químicas, no estoy seguro.
Todos estos pensamientos duraron menos de un segundo. Porque apenas estuve un poquito más cerca, me acordé. Es Laura Suárez, la hermana de Paula Suárez. Paula es una chica española que vive junto con su hermana y su mamá desde hace más de una década en Noruega. La conocí hace un poquito menos de tres años, a las pocas semanas de haber llegado a Oslo. Salimos varias veces y después nunca más nos vimos. A Laura solo la había visto dos o tres veces y nunca crucé más que un “hola” o alguna conversación intrascendente. Seguro que acerca del clima. Es como si todas nuestras conversaciones hubiesen ocurrido en un ascensor. La verdad es que me esforcé por tratar de evitarla. No por su culpa, siempre fue muy amable conmigo; Paula y ella son muy unidas. Pasa que estaba muchísimo mejor que su hermana. Es una situación espantosa. Conocés a una mina, está todo bien y a continuación te presenta a su hermana que está mil veces mejor. La misma regla aplica para las amigas, nunca está bueno ser el que sale con la fea del grupo.
Laura me saludó con mucha efusividad, se la notaba genuinamente contenta de verme. Me llamó un toque la atención tanto afecto. Creo que en los únicos momentos que pensé en Laura fue con la fantasía del trío con su hermana que siempre supe que jamás iba a ocurrir aunque en el fondo nunca perdí la esperanza. Laura vestía el uniforme de Iberia, el trajecito y la camisa blanca le quedaban muy bien. Ventajas de ser mujer y estar buena, supongo. Yo estaba más sorprendido que contento de verla. Ella no trabajaba para Iberia cuando yo salí con la hermana. Igual, convengamos que ahora verla o no verla mucho no me cambia la situación. No hice más que saludarla y ella se puso a hablar. Me contó que Paula no tenía novio, como si yo fuese a invitarla a salir otra vez. En realidad tal vez sí, ya ni me acuerdo por qué dejé de salir con ella. Siguió hablando sola, me dijo que se alegraba mucho de verme y esas cosas, me limitaba a asentir. Habló sin parar durante casi diez minutos, hasta que se interrumpió sola para decirme que me tenía que dejar ir porque mi vuelo ya estaba por embarcar. “Te tengo una sorpresa” me dijo antes de lo que iba a ser la despedida de rigor. Pensé que me iba a decir que fuera con ella ya mismo al baño porque se moría de ganas de chupármela. O sea, no lo pensé en serio, pero si pensé que estaría genial que me dijera eso. No fue lo que dijo. Dijo algo mejor todavía. Como empleada de Iberia y, de onda, me cambió el asiento de turista a primera. A cambio tuve que prometer que apenas volviera iba a llamar a la hermana. Obviamente acepté el trueque, me despidió con un abrazo un poco más efusivo de lo que me hubiese gustado pero no me importa porque me acaba de regalar un pasaje en primera. Me voy para el avión con ciertos aires de soberbia. Algo bien debí haberle hecho a Paula hace tres años si ahora me mandan en primera.
Monday, October 29, 2018
Espirales - Capítulo 1
Thursday, October 25, 2018
El Rey del Nilo V
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La pirámide que se ve desde ese lado de la autopista es la de Keops, que es la más alta, tiene 139 metros de alto, que es aproximadamente como un edificio de 45 pisos, solo que construido hace unos 4500 años. Y en forma de pirámide. Es espectacular. No podía creer estar ahí. Se supone que cuando fue construida, la pirámide medía 150 metros de altura, pero la erosión hizo su trabajo.
El complejo de las pirámides tiene dos entradas, nosotros fuimos por la de atrás, donde te encontras primero con la pirámide de Keops. Pasamos el detector de metales correspondiente, algunos camellos, muchos vendedores ambulantes y ya estábamos en la pirámide. Todavía no lo mencioné y voy a tratar de no hacerlo en el resto de esta seguidilla de posts, pero el calor era absolutamente insoportable. Debe ser que era pleno verano y estábamos en el medio del desierto. Al egiptólogo no le afectaba tanto el calor y nos daba la charla al sol. Debe ser que era egipcio y estaba acostumbrado. La sombra estaba ahí nomás, a solo unos metros. Pero no hubo caso, seguimos cocinándonos al sol.
Confieso que la charla con el egiptólogo me desilusionó un poco. Yo quería escuchar dos cosas. La primera, como se construyeron las pirámides, algo que todavía se desconoce. Quería la versión del egiptólogo. La segunda, era los datos raros. Como que las tres pirámides se encuentran alineadas con la constelación de Orión. O que si multiplicas los lados por no me acuerdo cuanto te da la distancia a la luna y esas cosas que avivan los mitos que fueron realmente construidas por extraterrestres.
Nada de eso. El egiptólogo contó que fueron construidas por humildes trabajadores remunerados y que todos trabajaban felices y agradecidos y contentos con el Faraón por tener trabajo. Una historia muy siglo 21 que digamos. Hizo mucho énfasis en que no eran esclavos y ni hablar de nombrar que dichos esclavos eran judíos. Yo no dije nada, Flor me lo había prohibido muy expresamente en reiteradas oportunidades. En la charla, al egiptólogo solo le faltó nombrar que los humildes trabajadores de las pirámides gozaban de aguinaldo, vacaciones pagas y OSDE 410. Porque, lo demás, lo tenían todo. Mientras que historias de Ovnis, nada de nada.
Sacamos muchas pero muchas fotos. Ahí caminamos hacia la pirámide de Kefren. Es la que tiene la parte superior de otra forma porque está revestida y es la que (vista desde el frente) se encuentra exactamente atrás de la Esfinge. Subimos al auto y fuimos a un mirador desde donde se ven las 3 pirámides. El mirador debía tener cerca de 200 metros de largo y es desde donde se sacan todas las fotos que se ven las 3 pirámides con el desierto de fondo. En total creo que no debería haber más de 50 turistas. Totalmente vacío. El egiptólogo contó que esto es así desde el 2011, que antes estaba repleto todos los días del año. Me dio lástima la situación por el país, pero me encantó poder disfrutarlo de esa manera.
Párrafo aparte para los vendedores ambulantes, guías y toda esa gente. Son absolutamente insoportables y no entienden el "no". Se enojan cuando les decís que no. "La" es no en egipcio, ya lo había aprendido. Cuando se acercan, tenes que decir "la" muchas veces y repetirlo hasta que se van. Se da una dinámica muy extraña. Por un lado, viven del turismo. Por otro, el turismo es casi nulo. Entonces, por un motivo extraño que desconozco, resienten a los turistas que hay y se enojan cuando no pueden sacarles guita. Te piden propina por todo. Si te ofrecen algo y no decís inmediatamente que no, te van a exigir plata. Ni siquiera hay que dejar que te hablen. Es muy feo tener que tratar así a otra persona, pero es lo que me recomendaron todos para evitar cualquier posible situación conflictiva.
En ese momento hice otra de las cosas que tenía muchas pero muchas ganas de hacer, que era subirme a un camello. Sí, ya sé que es maltrato animal. Sé también que no debería haber subido porque es fomentar dicho maltrato. Ya sé todo eso. Pido disculpas a todos, pero quería hacerlo. Me subí, Flor me sacó muchas fotos y me bajé. Estuvo genial y soy muy feliz con mi foto arriba del camello con las pirámides de fondo.
De ahí al auto otra vez para ir a ver la Esfinge, que también es impresionante. No puedo describir lo que se siente estar ahí. Siguiendo con los rumores de extraterrestres, leí una vez que la Esfinge fue construida alrededor del año 10mil AC, algo que sería absolutamente imposible porque las teorías oficiales indican que fue construida junto con las pirámides. El rumor viene de que el tipo de piedra utilizada es muchísimo más vieja. El egiptólogo desechó la teoría sin darle mayor explicación.
Estas fueron mis aventuras por las pirámides. Todavía quedan unos días en El Cairo donde estuvimos en algunos mercados típicos, vinos el show de pirámides de noche, el museo, recorrida de la ciudad y navegar en falucca por el Río Nilo.
Continuara.
Wednesday, October 24, 2018
Chapa y Pintura
Tuve un pequeño inconveniente con el auto y necesito un chapista. El problema es que los chapistas no quieren trabajar. Mi generalización absoluta se basa en un estudio de mercado de casi 20 chapistas. Llamé por teléfono a toda esta gente y nunca podía llevar el auto a que lo revisaran. En uno de los talleres estaban muy ocupados, en otro justo en ese momento no se encontraba quien pasaba los presupuestos, el siguiente no tenía turno y así sucesivamente.
Hasta que, milagro, uno me respondió "traemelo ahora que lo veo" y fui inmediatamente. Llegué. Me vio y me dijo "¿qué haces vos acá?" Le conté que habíamos hablado recién por teléfono y me respondió "conmigo no hablaste" y me dijo que le llevara el auto 3 semanas más tarde porque estaban con mucho trabajo. Ni siquiera lo revisó.
Decidí probar suerte en la calle Warnes y fui en búsqueda de chapistas más amables y con ganas de trabajar. Llegué a uno que me atendió con excelente onda. Se parecía a Steven Avery de Making a Murderer y me dejo tranquilo porque los Avery son una familia de mecánicos.
Steven revisó todo el auto, diagnosticó el problema, posibles soluciones, hasta el más mínimo detalle. Se tomó unos 20 minutos mirando absolutamente todo. Ahí pasamos a su oficina y en la computadora fue anotando cosas hasta que me imprimió el presupuesto. Un total de $12mil. Me dio turno para el 26 de noviembre porque tiene más de un mes de espera y me dijo que el trabajo demora aproximadamente 7 días hábiles.
Salí de ahí, seguí recorriendo y encontré otro chapista con un local con menos glamour. El tipo se llamaba Diego y tenía tatuado "Diego" en el antebrazo derecho. Un genio. Miro el auto y me dijo todo lo que habría que hacer en menos de un minuto. Se quedó en silencio unos segundos y agregó "por todo esto calculale... no sé... ehmmm... digamos unas 7 lucas”. Le pregunté cuánto demoraba y contestó "en 2 o 3 días lo tenes".
Hay casi un 100% de diferencia entre ambos presupuestos y tengo una disyuntiva con 4 escenarios posibles.
Escenario 1: Son 2 ladrones, como casi todos los mecánicos
Escenario 2: Steven Avery y sus 12 lucas me estaban cagando y Diego es honesto
Escenario 3: Diego es un ladri que dijo $7mil porque me vio cara de poder sacarme eso y Steven es honesto.
Escenario 4: Son dos trabajadores honestos y la diferencia del presupuesto se debe a la ley de la oferta y la demanda.
De los 4 escenarios lo primero que hay que hacer es descartar el 4, porque sabemos que eso no es real.
De los otros 3, lo más probable es que el escenario real sea el 1. Entonces, tengo que elegir entre Steven o Diego.
Steven parece más serio por el tiempo que se tomó para presupuestarme. Aunque, por otra parte, asumo que mientras más guita te quieran sacar, más chamuyo van a meter.
Diego parecía más un estilo de "está todo bien" pero no era tan buen vendedor demostrando su conocimiento y me deja la sensación de que ese "calculale 7 lucas" al momento de retirar el auto se podrían llegar a incrementar.
Steven o Diego, esa es la cuestión.
Monday, October 22, 2018
Empecinado en el Error
Resiliencia es una palabra que está muy de moda. Demasiado. Dice el diccionario que es la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. En lunfardo sería algo como "bancársela".
Emprendedor también está muy de moda. Emprendedurismo y derivados, todo más o menos lo mismo. Por ahí tenes una ferretería de barrio y toda la vida creíste que eras ferretero, aunque ahora te acabas de enterar que sos emprendedor y no lo sabías
Tanto los de la resiliencia como los emprendedores hablan de que para llegar a donde llegaron, supieron sobreponerse a los fracasos, aprender de ellos e intentarlo nuevamente. O sea, la única diferencia entre emprendedor y fracasado es tan pequeña como gigante a la vez. Y es que al emprendedor, al menos una vez le salió bien. Entonces se convierte en un groso de los grosos y puede dar charlas en TED. Mientras que el otro es simplemente una persona terca y testaruda que no aprende.
Hoy, yo estoy en el segundo grupo. En los tercos. Contumaz sería una gran definición. Aunque lo sigo intentando. Por eso voy a hacerlo de vuelta. En Noviembre se viene otro financiamiento colectivo para ver si logro publicar mi segundo libro, Espirales. Ustedes lo van a poder comprar acá. Háganme un emprendedor exitoso. Aplaudan mi resiliencia. Síganme en este proyecto, no los voy a defraudar.
Tuesday, October 2, 2018
El Rey del Nilo IV
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Aclaro otra vez que Flor no quería estar en Egipto, entonces este tipo de cosas no ayudaban. Durante la siguiente media hora fui a quejarme 3 veces a recepción, mucho no les importo. Con mucho ímpetu dije que si no estaba mi habitación, me pasen a una mejor. Me respondieron que no y que siguiera esperando.
Casi 40 minutos más tarde, apareció una mina que se presentó como la responsable de servicios de atención al huésped y me pidió disculpas por las molestias ocasionadas. Entonces aproveché para seguir quejándome. Porque aprendí que para que te den cosas gratis, te tenes que quejar mucho. Si sos comprensivo y decís que no pasa nada, no te dan nada.
La mina me dijo que para compensar, me iban a dar el desayuno gratis. "¿Para toda la estadía?" le pregunté rápido. Le cambió un poco la cara porque se ve que no era lo que esperaba y me contestó que sí con falsa cordialidad. Me explicó que nos iba a dar el desayuno VIP que en lugar de ser en el lobby es en el piso 16 y que fuera ahí al día siguiente entre las 7 y las 10:30 de la mañana.
Dejamos las cosas en la habitación, cenamos en el hotel y nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos pasaban a buscar a las 9:30 para ir a ver las pirámides.
Nos levantamos temprano y fuimos directo al piso 16 a desayunar. Adivinen si nuestros nombres estaban en la lista de los desayunos VIP. Dale, a que no adivinan. No, no estaban. Con mucha cordialidad, excesiva, casi con todo de superioridad, el señor que vestía smoking nos dijo que tal vez nosotros teníamos el desayuno incluido en el lobby. Creo que nos vio cara de no pertenecer al selecto y exclusivo grupo de desayunos VIP del piso 16.
Fuimos al desayuno en el restaurant del lobby y adivinen si estaban nuestros nombres ahí. Dale, a que no adivinan. No, no estaban. Fui a recepción a hablar con servicios de atención al huésped y me quejé mucho más. Que no podía ser, que hacía menos de 12 horas que había llegado y que una cosa era peor que la otra, etcétera. Me pidieron disculpas nuevamente y me dijeron que fuera al piso 16 que ahí iba a desayunar. Fuimos.
Llegamos al 16 y el mismo tipo de smoking con sonrisa de oreja a oreja nos dio la bienvenida. Había solamente 6 mesas y 8 mozos. A razón de 1,33 mozo por mesa. El desayuno era estilo buffet, con muchas pero muchas cosas. Pero no podías pararte vos a buscarlas, el mozo te las traía. Entonces, cada 30 segundos tenías un mozo preguntando si necesitabas algo más. Comías una tostada y ya te traían otra por las dudas. El de smoking se volvió a acercar y nos ofreció comida típica egipcia, le dijimos que no hacía falta que en 10 minutos nos teníamos que ir. Indicó que no importaba y encargó la comida. A los 2 minutos teníamos 5 platos de cosas que nunca había visto en mi vida. Claramente hay un mundo mejor. Y a ese mundo mejor, se accede a través de la queja.
Bajamos al lobby a la hora señalada y ya estaba el guía esperándonos. Lo reconocimos por la remera con el logo de la empresa, nos saludó con mucha amabilidad, hablaba español perfectamente. Subimos a la van que esperaba en el estacionamiento. Éramos el guía, el chofer, Flor y yo. El tour que sacamos era compartido, pero no había con quien compartirlo porque no hay turistas. Mejor.
Las pirámides están a unos 20 kilómetros del hotel, fuimos por la autopista bastante rápido, casi no había tránsito. El guía nos preguntaba muchas cosas sobre Argentina y contaba otras de Egipto. Él era un egiptólogo recibido. Un egiptólogo es un especialista en historia de Egipto, existe esa carrera y se estudia en la universidad. Aproveché, con mi tacto habitual, le pregunté acerca de la maldición de Tutankamon. Como que no le gustó mucho la pregunta. O sea, todo bien porque soy cliente y se la tiene que aguantar, puso cara de “otro pelotudo que viene con lo mismo” y con cierta ofuscación exclamó que dicha maldición no existía.
Por si alguno no sabe, explico la maldición de Tutankamon. Porque con YaVeremos se come, se educa y se cura. La tumba de Tutankamon se descubrió alrededor de 1920. Fue uno de los descubrimientos más importantes porque estaba totalmente sellada. Nunca había sido profanada por buscadores / saqueadores de tesoros. Encontraron todo tal cual lo habían dejado los egipcios 3mil años antes. Poco tiempo después del descubrimiento, varios arqueólogos y testigos presentes en el descubrimiento murieron, algunos en forma inexplicable. De ahí viene la historia de la maldición.
Cuestión, el egiptólogo explicó que tal maldición no existía. Y su justificación fue absolutamente maravillosa. Dijo que es algo obvio y que todos saben que cuando abrís un ataúd que estuvo cerrado durante más de 3mil años, tenes que dejarlo que se airee porque el aire contenido dentro del ataúd puede llegar a ser tóxico. Brillante. También comentó que ciertos aceites y sustancias utilizadas en aquella época para el proceso de momificación eran tóxicas, haciendo mucho hincapié en que dichas sustancias estuvieron encerradas por 3mil años. Una vez abierta la tumba, las sustancias se esparcen por el aire y los arqueólogos presentes respiraron dichos gases tóxicos, se contagiaron de algo y fueron muriendo sin que la medicina de la época supiera las causas.
Seguiamos yendo por la autopista y, de repente, estaban las pirámides ahí al costado. Es como ir por la Panamerica y en lugar de ver Unicenter ves una pirámide. Es una cosa impresionante eso.
Monday, October 1, 2018
El Rey del Nilo III
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El remisero brillaba por su ausencia y los otros remiseros se abalanzaban sobre nosotros como leones acechando conejos. O lo que fuera que coman los leones y estén muy indefensos.
Dentro del aeropuerto había un locutorio, pedí usar internet para contactarme con la agencia de turismo, me indicaron que el precio era de 5 libras egipcias por 30 minutos. En ese momento, 18 pesos eran aproximadamente 1 dólar y casualmente la relación dólar/libra egipcia era casi la misma. Con lo cual, un peso es igual a una libra egipcia. Me imagino que es algo que Cavallo nunca se imaginó cuando dijo que un peso era un dólar.
Cuestión, 5 libras egipcias me pareció más que apropiado y pedí la computadora. El tipo me dijo que no aceptaba tarjeta de crédito. Le ofrecí Euros, tampoco quiso. Le ofrecí Francos Suizos, que me habían quedado 4, tampoco acepto. Solo aceptaba libras egipcias y nada más.
Salí del locutorio, camine un poco y encontré un banco. Tuve que ahuyentar remiseros como Indiana Jones con la antorcha y las serpientes. El del banco me dijo que no había sistema y que no sabía cuándo iba a volver y no podía ayudarme. Quise hacer otra pregunta pero no muy amablemente me invitó a retirarme.
Resumiendo hasta ahora, no estaba el remisero. Para contactarlo necesito una computadora. Para usar una computadora tengo que pagar en libras egipcias. Para tener libras egipcias necesito ir al banco y cambiar mis Euros. El banco no tiene sistema y la chiva no quiere salir de ahí.
Aparece un empleado del aeropuerto y me sugiere que cambie en el cajero automático. Me aclara que el tipo de cambio no me iba a favorecer. Fui al cajero automático y en lugar de darte 18 libras por cada dólar, te daban 14. Cambié un billete de 10 euros que era el más chico que tenía y volví al locutorio, donde me esperaba Flor con cara de no mucha alegría que digamos.
Me conecto a internet, abro la web de la agencia de turismo y no había operadores online. Entonces anoto el número de teléfono de atención en español, era uno gratuito de España. El tipo del locutorio me informa que las llamadas costaban 2 libras egipcias por minuto.
Llamé, me atendió un español hablando con un muy marcado acento español. Le di los datos de mi remise.
Atención al Cliente Español: Señor Alejandro, su remise está en el aeropuerto.
Yo: No, no está. Yo estoy en el aeropuerto y el remise no está.
Atención al Cliente Español: Si está, nos estuvimos tratando de comunicar con usted pero no nos atendió el teléfono.
Yo: ¿A dónde se intentaron comunicar?
Atención al Cliente Español: Al número que usted nos indicó, el 54... (me dijo mi celular)
Yo: Ese celular es de Argentina, yo estoy en El Cairo.
Atención al Cliente Español: ¿No funciona el celular de Argentina en El Cairo?
Yo: No, no funciona.
Atención al Cliente Español: ¿Está seguro? Debería funcionar.
Yo: No importa eso. Te pido que me ayudes, estoy en El Cairo, no conozco a nadie acá, el remise no está y no sé qué hacer.
Atención al Cliente Español: Aguarde en línea un instante por favor.
Pasaron 3 minutos.
Atención al Cliente Español: Acabo de hablar con el chofer y me indicó que se encuentra esperándolo en el aeropuerto. Dígame cómo está vestido así le digo que lo busque él a usted.
Gallego de mierda, soy el único no árabe de todo el aeropuerto, soy el que tiene cara de perdido y está con 2 valijas adentro del locutorio hablando en español, no soy tan difícil de encontrar.
Pero no le dije eso. Le pasé el teléfono a Flor y le dije "habla vos porque este tipo es un pelotudo".
En ese momento tuve un acto de iluminación divina. Salí del locutorio y caminé hacía la puerta de salida del aeropuerto. Afuera había muchísimos remiseros más, todos con carteles y muchos gritos. Era como la alfombra roja de los Oscar, pero con menos glamour. Uno de ellos tenía un cartel con mi nombre. Yo le dije "¿Sos mi remisero?" y él me contestó "¿vos sos Alejandro?" y juntos cantamos "alcoyana alcoyana". Le dije que no se fuera a ningún lado, que iba a buscar las valijas y volvía.
Vuelvo al locutorio, Flor seguía al teléfono. Le dije que corte, que ya había encontrado el remise. Salimos del aeropuerto con las valijas, afuera estaba el remisero junto con otro tipo. Fuimos caminando los 4 hasta el auto, un Honda Civic rojo de la década del 90. No importaba nada, al menos ya estábamos en el remise.
Nos preguntó de dónde éramos, respondimos Argentina y dijo "Messi, Maradona, Batistuta" y ahí se acabó el conocimiento futbolistico. El auto iba por la autopista con demasiado tránsito, pero eso no impedía meterle velocidad y pasar rozando los autos de alrededor. Era una autopista de 2 carriles por donde circulaban de a 4 autos a la vez. El tránsito es un quilombo mucho peor al de Buenos Aires. En un momento, el chófer se pasó de una bajada, frenó, clavo marcha atrás en la autopista y con autos viniendo de frente y agarró la bajada como si nada. Es difícil entender como no hay más accidentes.
El remisero nos preguntaba por las excursiones y nos dijo que él podía llevarnos mañana mismo a las pirámides por 30 dólares por persona. Le dije que ya teníamos esa excursión y me contestó "entonces los llevo por 25". Egipto es así. Todo el tiempo te quieren vender cualquier cosa y no les importa que les digas que no. Ellos te lo siguen vendiendo igual. Se hizo largo el viaje, por el chófer y el tránsito.
Llegamos a la entrada del hotel y había unos pilotes tipo los que hay acá en las entidades judías. Muchos policías armados con ametralladoras y con chalectos antibalas puestos. Se acercaron al remise, le pidieron al chofer que apague el motor y abriera el baúl. Recorrieron el auto con un doberman que iba oliendo todo. Finalmente nos dejaron entrar. Bajamos del auto, sacamos las valijas y para entrar efectivamente al hotel hubo que pasar por un detector de metales.
Finalmente entramos al hotel cerca de las 22hs. Fuimos a hacer el check-in y adivinen si estaba lista nuestra habitación. Dale, adivinen. No, no estaba lista. Nos mandaron a esperar al lobby.