El posteo de Don Barredora fue un hit en cantidad comentarios, que llevó a comentarios en posteos viejos y así apareció Dos Bodas y una Patada en los Huevos que me llevó a Casando Bajo la Lluvia. Pueden leerlos, si quieren. Los links están, es solo un click. No les cuesta nada.
Los releí y caí en la cuenta que no conté la verdadera historia respecto del casamiento ese. Un poco porque me caía bien esa gente en ese momento y otro poco ni idea porqué. Quiero contarlo ahora. Lo cual generaría ciertas dudas. Cualquier lector medianamente escéptico se estaría preguntando como saber si lo que estoy contando ahora no es cierto y lo anterior si lo había sido. Misterio.
Como dije antes, pero ninguno fue a releer los posteos, así que los pongo al día. La chica era una compañerita mía del laburo en el banco de inversión. Yo jugaba poker con amigos en esa época, ella me mandó a su novio a que juegue conmigo y mis amigos porque él era canadiense y casi no tenía amigos en Buenos Aires. Ellos vivían juntos a dos cuadras de mi casa. Así comenzó la historia, a principios de 2008.
Acá empiezan algunos interrogantes. El primero es como se conocieron ella siendo de Buenos Aires y él de Canadá. La respuesta es que no tengo ni idea. Eso lo salteamos y pasamos a la siguiente pregunta. Qué hacia él en Buenos Aires. La respuesta es absolutamente nada.
Para fines de 2008, ellos ya tenían una hija. Era bastante fea la hija. Este comentario es un poco cruel e innecesario, lo reconozco y parecer infundamentado. Aunque no lo es. Hay que parar con este complot en el cual está prohibido describir a un infante como feo. Es feo. Punto. Acá alguien se puede enojar y lo primero que me dice es si yo me creo lindo y lo segundo es quien me autorizó a mí a determinar la fealdad de esta nena. No, no me creo lindo. Y nadie me autorizó a determinarlo, simplemente lo estoy diciendo. Pero ojo, que el árbol no nos tape el bosque. El simple hecho de que tal vez yo no sea lindo ni me encuentre debidamente autorizado a determinar la fealdad de esta nena no quita que la nena no sea fea.
Acá viene otra pregunta que por ahí se están haciendo en este momento, que es de que vivían. Ellos tenían un departamento de como 150 metros en Palermo y él no laburaba. Bueno, vivían de los viejos de él, que les pasaba una mensualidad (en dólares canadienses, obviamente) en calidad de abuelos de la nieta fea. Además, en Argentina vivía el abuelo de él, quien era el dueño de varias bodegas de vinos, muchos de ellos muy famosos que ustedes pueden ver en cualquier supermercado del país. Mucha pero mucha guita tenía el abuelo.
Decía que ya estábamos a fines del 2008 y ella renunció al laburo porque había conseguido otro mejor. Su fiesta despedida iba a ser en un boliche por la zona de River, pero mi pidió usar mi casa de previa. Era porque quedaba a dos cuadras de la suya y en la suya iba a estar la hija durmiendo con alguien que la cuide. Esa era la razón, o la excusa, no importa. Como que querían estar cerca de la hija durante la previa (por eso mi casa) y después en el boliche ya no importaba tanto la cuestión geográfica de la niña. En ese momento sonó muy convincente y acepté. Cuento esto para mostrar lo copado que soy, de prestar mi departamento para una previa. Y lo cuento acá porque es mi blog donde cuento lo que quiero.
A mediados de 2009 se terminó el poker y ya nos veíamos cada vez más esporádicamente. Igual eran buena onda, él vino un par de veces a mi casa a arreglar algo. También me lo crucé alguna vez en el gimnasio, me acuerdo porque usaba una remera musculosa Nike color naranja fluorescente muy apretada. Demasiado para él, que estaba apenitas gordito, aunque esté mal decirlo.
Para mediados de 2010, creo, no me acuerdo exacto, anunciaron su casamiento. La fiesta iba a realizarse en una estancia en Gualeguay, cuyo dueño era el abuelo de él. Porque además de bodegas de vino, el tipo tenía estancias. El novio es canadiense y vive en Buenos Aires y prácticamente no conoce a nadie en la ciudad. La mujer es porteña y vive en Buenos Aires y tiene varios amigos en la ciudad y toda la familia en la ciudad. Acá viene la mejor pregunta de todas, que es por qué se van a casar a Gualeguay. Me encantaría contarles una respuesta romántica acerca de algún viaje que hicieron, o que fue donde se conocieron o algo así, o porque bajo un árbol de esta estancia hicieron el amor por primera vez. Pero no sería cierto. La verdad es que se fueron a casar a Gualeguay porque era gratis. Y que los invitados se jodan y se garpen su viaje.
Yo no quería ir a Gualeguay. No quería, no quería, no quería. Y no sabía cómo hacer para zafar. Faltaba cada vez menos para el casamiento y seguía sin encontrar una excusa como para faltar. Lo mejor que tenía era que estaba en camino y hubo un problema en la ruta, pero no me convencía del todo porque era injusta con ellos. La excusa ideal tenía que ser con la suficiente anticipación como para que no paguen el cubierto. Porque aun siendo mala persona, soy considerado y buena persona. Igual lo importante era que necesitaba una excusa y no tenía. No es fácil conseguir excusa para un evento importante y con tanta antelación.
Faltaban menos de 2 meses para el casamiento cuando me llama él por teléfono y me pide lo inimaginable. Me pide que sea testigo del casamiento. Por si alguno no sabe, cuando te casas en Buenos Aires, cada uno de los novios tiene que tener un testigo con domicilio en la ciudad, se llama "testigo obligatorio". Además pueden optar por tener hasta dos más cada uno, sin importar donde residan. Se llaman "testigos innecesarios" los extras, no es chiste. Y hay que pagarlos.
Como dije varias veces, él no conocía a nadie en Buenos Aires y me pidió que fuese su testigo. Alto honor. Tan alto honor, que dificultaba enormemente la posibilidad de no ir a la fiesta.
Fui testigo. Fui a la fiesta. No me quedó otra. Con Flor tuvimos que ir a un hotel porque él me dejó bien en claro que no nos íbamos a poder quedar en la estancia, que no tenía muchas habitaciones e iban a ser utilizadas para la familia cercana. Se ve que testigo de civil porque no queda otra no califica como familia cercana.
En la fiesta hubo menos de 60 personas. Claramente hay mucha gente mucho más inteligente que yo a la que si se le ocurrió alguna buena excusa para no ir. Los envidié mucho. La fiesta no estuvo buena porque, salvo con Flor, no hablé con nadie ni nadie me habló. Los novios nunca me agradecieron haber sido testigo ni nada.
Después del casamiento casi que no los volví a ver. Una vez me los crucé por la calle, yo iba con Flor, ellos tres bajaban de un taxi. No cruzamos más que un hola. Flor estaba indignada, se quejaba diciendo "fuiste testigo de su casamiento".
En algún momento después de eso y antes del 2014, se fueron a vivir a Canadá y no supe más de ellos. Hicieron fiesta de despedida de Argentina, pero no me invitaron. Testigo de civil no ameritaba el compromiso de asistencia a la fiesta de despedida del país.
En septiembre 2014, seis meses antes de mi casamiento, le mandé un mensaje vía Facebook invitándolos a mi casamiento y, obviamente, pidiéndole descuento en vinos. Me clavó el visto y me respondió un mes y medio más tarde. En su respuesta decía "ojalá no te hayas casado todavía" y también me pedía que le mande lo mismo pero al mail porque Facebook lo usaba poco y ahí iba a saber lo de los vinos. Me parece genial esa respuesta. Te mando un mensaje y me respondes pidiendo que te mande el mensaje por otro medio y seguís sin responder el mensaje. Viva la modernidad, la abundancia de medios de comunicación y la posibilidad de estar hiperconectados.
Le mandé un mail, no respondió. Le mandé otro mail, tampoco respondió. Le mande un mensaje por Facebook preguntando por los mails no respondidos, me clavó el visto. Y yo fui testigo.
Thursday, September 13, 2018
Casamiento – La Verdadera Historia
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Habría que ver bien que significa en Canadá la palabra "testigo".
ReplyDeleteA mi en lo personal me aburren y embolan las fiestas de casamiento (y los 15 que de alguna manera es hacerle jugar a la nena que se casa sin novio), así que en esos casos dónde no se puede evadir la situación tengo 2 opciones: 1) me la pego en la pera, lo cual se pierde noción de lo que pasa y por ende no juega el aburrimiento. 2) Bomba de humo, este caso requiere de cierta habilidad.
En mi caso depende de cada casamiento, de cuan bien me caiga quiene se casan, cuanta gente conozco de la fiesta, etc.
DeleteEn mi casamiento (creo) que la gente la pasó bien porque no hubo ningún invitado por compromiso, sino toda gente que genuinamente se alegraba por nosotros. O al menos eso me dijeron!
Qué soretes! Odio cuando hago algo que no quiero sólo por compromiso, y después la otra persona no se comporta de la misma manera. Eso me enseñó (ya de grande) a no hacer cosas por obligación.
ReplyDeleteUna vez me invitaron a un casamiento en La Plata (soy de Córdoba) y la excusa que puse fue la verdad: es mucho gasto, y punto.
Totalmente de acuerdo y lo peor es que pasa muy seguido.
DeleteLo ideal sería no hacer cosas por compromiso nunca, aunque a veces no se puede. Te juro que estuve mucho tiempo intentando zafar y cuando apareció lo de ser testigo fue increíble. Parecía a propósito.
Lo de La Plata, en realidad es (creo) porque no te interesa tanto quienes se casan. Si fuera alguien que queres mucho, intentas hacer todo lo posible por ir.
Quienes eran?
Obvio que por un familiar o amigo hago el esfuerzo!! (De hecho uno de mis primos se casó hace dos años también en otra ciudad y todo bien... pero un año después se separó y toda la familia muerta de odio por haber tenido que gastar xD )
DeleteEl de La Plata era un compañero de trabajo no muy cercano. Justo después del casamiento renuncié y no lo vi nunca más. Estuve bien en no ir.
Con los compañeros de trabajo es otro tema.
DeleteYo invité a demasiados de mi laburo de ese momento. A los 6 meses me fui y a la mayoría no los vi nunca más.
No me arrepiento, pero si me volviera a casar claramente hay varios de ahí que no invitaría.
El comentario políticamente correcto sería: Vos actuaste bien, le diste una mano a estos infelices (¿?) y listo. A otra cosa mariposa.
ReplyDeleteAhora, lo que realmente pienso es: Ojalá la nena fea les caiga de novia con una mina llena de tatuajes y piercings. Ojalá una bacteria asesina le arruine todos los viñedos. Ojalá Canadá se hunda y desaparezca del mapa.
Hoy estoy un poco belicosa.
Mary Reed
Desear el lesbianismo de la hija no es mala idea... teniendo en cuenta lo que conozco a los padres, dudo que les cause mucha gracia.
DeleteEl de los viñedos ya se murió, no se quien habrá heredado todo.
Y con Canadá todo bien, nos cae bien el primer ministro.
Me imaginé, por eso le desee el lesbianismo.
ReplyDeleteMary Reed