Previously on Ya Veremos: El Rey del Nilo
Mucho tiempo antes del viaje, leí mucho pero mucho acerca de viajar a Egipto. Desde los atentados del 2011, el país entro un una lista que se llama algo así como "Lista Negra de las Embajadas" o similar, no recuerdo. Eso hace que la cantidad de turismo de primer mundo allá bajado a prácticamente cero. Y, quienes deciden ir de todas formas, lo hacen bajo sus propios riesgos. Eso es obvio y redundante, siempre haces las cosas bajo tus propios riesgos, pero eso es lo que te avisan. La caída general del turismo hace que los precios también hayan bajado mucho.
Leí también mucho acerca de la seguridad, de cómo manejarse en el país, que hacer, que no hacer, a donde ir, a donde no ir, etcétera. Y una de las cosas más sorprendentes que leí, es la historia de los turistas dentro de las pirámides. Aparentemente, por la módica suma de 100 dólares podes entrar a la pirámide. Es un pasillo muy angosto, bajo y oscuro con mucha humedad y olor a encierro donde caminas agachado y te van llevando por esa especie de laberinto interno hasta llegar a una especie de cámara. La única luz es la antorcha del guía egipcio. En ese momento, el guía la apaga y les dice a los incrédulos turistas que si no ponen 200 dólares cada uno, se va corriendo.
Desconozco si todo lo que acabo de comentar es cierto o no, sólo digo que lo leí. Se lo consulté a mi amigo personal Richard. Richard es un irlandés muy copado que tiene excelentes historias, muchas de ellas muy blogueables. Como cuando su novia se enojó conmigo porque le dije que Richard no es alguien como para estar de novio. Eso queda para otro post. Richard tiene 34 años, hace 6 o 7 que vive en Buenos Aires y, cuando tenía 16, vivió con su familia durante 2 años en El Cairo. Cuando le pregunté lo de la antorcha se rió y me dijo que si, que era algo que se hacía antes con los turistas pero ya no se hace más. No vamos a juzgar a los egipcios, nosotros les vendíamos los buzones a los del interior.
Respecto a los temas de seguridad, Richard me dijo para el día a día, El Cairo es muchísimo más seguro que Buenos Aires. Allá no hay robos ni nada raro en la calle. Si tenes los atentados y las revoluciones, pero eso es otra cosa. Y también tenes un poco de “caguemos al turista” pero nada diferente al resto del mundo.
hasta
Desde Buenos Aires, contraté un remise para que nos lleve desde el aeropuerto hasta el hotel y la excursión para ir al día siguiente a ver las pirámides. Tanto la agencia de remises como la del tour eran las que tenían mejor reputación en TripAdvisor. La agencia de remises era internacional, proveía chat online y atención telefónica las 24 horas en todos los idiomas y todas esas cosas que te venden. En el mail de confirmación me avisaron que un tipo me iba a esperar en el aeropuerto con un cartel con mi nombre y el logo de la agencia.
El viaje comenzó a fines de julio del año pasado. El primer destino fue Ginebra, donde nos quedamos en la casa de unos amigos que fueron excelentes anfitriones. El martes 1 de agosto, tomamos el vuelo de EgyptAir desde Ginebra hasta El Cairo sin escalas y aterrizamos a las 18:50. Flor no estaba nada contenta, yo estaba chocho.
Hicimos migraciones, buscamos las valijas, cruzamos las puertas de vidrio que en todos los aeropuertos del mundo son prácticamente iguales y nos encontramos con decenas de remiseros con carteles y diciendo "ride" o "taxi" o "turist, turist". Adivinen si entre todos los remiseros con carteles estaba el nuestro. Dale, a que no adivinan. No, no estaba.
Wednesday, September 26, 2018
El Rey del Nilo II
Monday, September 17, 2018
El Árbol de la Vida
Tengo la duda si puedo publicar esto o no, porque es una anécdota de Flor y no le pedí permiso. Bueno, ya fue, se publica. Y va dedicada con mucho amor a todos los que comentaron el post Chaco For Ever solidarizándose con ella.
El otro día estaba Flor en la facultad y tenía que hacer un árbol genealógico desde sus abuelos hacia abajo poniendo determinados datos de cada persona. Entonces ella lo hizo, sus abuelos, padres, tíos, primos, etc. Una compañerita de facultad ve el árbol de Flor y le pregunta "¿Y tu marido?" A lo que Flor responde "¡Uh! Cierto que estoy casada" provocando risas en todo el curso. Si, ella se olvidó que estaba casada.
La profesora, quien también se había reído, le preguntó hace cuánto que estaba casada. Flor contestó "como 3 años". La profesora le dijo que ya es hora que lo fuera asumiendo.
Mientras tanto, yo sigo casado con alguien que no sabe (o se olvida) que está casada conmigo.
Thursday, September 13, 2018
Casamiento – La Verdadera Historia
El posteo de Don Barredora fue un hit en cantidad comentarios, que llevó a comentarios en posteos viejos y así apareció Dos Bodas y una Patada en los Huevos que me llevó a Casando Bajo la Lluvia. Pueden leerlos, si quieren. Los links están, es solo un click. No les cuesta nada.
Los releí y caí en la cuenta que no conté la verdadera historia respecto del casamiento ese. Un poco porque me caía bien esa gente en ese momento y otro poco ni idea porqué. Quiero contarlo ahora. Lo cual generaría ciertas dudas. Cualquier lector medianamente escéptico se estaría preguntando como saber si lo que estoy contando ahora no es cierto y lo anterior si lo había sido. Misterio.
Como dije antes, pero ninguno fue a releer los posteos, así que los pongo al día. La chica era una compañerita mía del laburo en el banco de inversión. Yo jugaba poker con amigos en esa época, ella me mandó a su novio a que juegue conmigo y mis amigos porque él era canadiense y casi no tenía amigos en Buenos Aires. Ellos vivían juntos a dos cuadras de mi casa. Así comenzó la historia, a principios de 2008.
Acá empiezan algunos interrogantes. El primero es como se conocieron ella siendo de Buenos Aires y él de Canadá. La respuesta es que no tengo ni idea. Eso lo salteamos y pasamos a la siguiente pregunta. Qué hacia él en Buenos Aires. La respuesta es absolutamente nada.
Para fines de 2008, ellos ya tenían una hija. Era bastante fea la hija. Este comentario es un poco cruel e innecesario, lo reconozco y parecer infundamentado. Aunque no lo es. Hay que parar con este complot en el cual está prohibido describir a un infante como feo. Es feo. Punto. Acá alguien se puede enojar y lo primero que me dice es si yo me creo lindo y lo segundo es quien me autorizó a mí a determinar la fealdad de esta nena. No, no me creo lindo. Y nadie me autorizó a determinarlo, simplemente lo estoy diciendo. Pero ojo, que el árbol no nos tape el bosque. El simple hecho de que tal vez yo no sea lindo ni me encuentre debidamente autorizado a determinar la fealdad de esta nena no quita que la nena no sea fea.
Acá viene otra pregunta que por ahí se están haciendo en este momento, que es de que vivían. Ellos tenían un departamento de como 150 metros en Palermo y él no laburaba. Bueno, vivían de los viejos de él, que les pasaba una mensualidad (en dólares canadienses, obviamente) en calidad de abuelos de la nieta fea. Además, en Argentina vivía el abuelo de él, quien era el dueño de varias bodegas de vinos, muchos de ellos muy famosos que ustedes pueden ver en cualquier supermercado del país. Mucha pero mucha guita tenía el abuelo.
Decía que ya estábamos a fines del 2008 y ella renunció al laburo porque había conseguido otro mejor. Su fiesta despedida iba a ser en un boliche por la zona de River, pero mi pidió usar mi casa de previa. Era porque quedaba a dos cuadras de la suya y en la suya iba a estar la hija durmiendo con alguien que la cuide. Esa era la razón, o la excusa, no importa. Como que querían estar cerca de la hija durante la previa (por eso mi casa) y después en el boliche ya no importaba tanto la cuestión geográfica de la niña. En ese momento sonó muy convincente y acepté. Cuento esto para mostrar lo copado que soy, de prestar mi departamento para una previa. Y lo cuento acá porque es mi blog donde cuento lo que quiero.
A mediados de 2009 se terminó el poker y ya nos veíamos cada vez más esporádicamente. Igual eran buena onda, él vino un par de veces a mi casa a arreglar algo. También me lo crucé alguna vez en el gimnasio, me acuerdo porque usaba una remera musculosa Nike color naranja fluorescente muy apretada. Demasiado para él, que estaba apenitas gordito, aunque esté mal decirlo.
Para mediados de 2010, creo, no me acuerdo exacto, anunciaron su casamiento. La fiesta iba a realizarse en una estancia en Gualeguay, cuyo dueño era el abuelo de él. Porque además de bodegas de vino, el tipo tenía estancias. El novio es canadiense y vive en Buenos Aires y prácticamente no conoce a nadie en la ciudad. La mujer es porteña y vive en Buenos Aires y tiene varios amigos en la ciudad y toda la familia en la ciudad. Acá viene la mejor pregunta de todas, que es por qué se van a casar a Gualeguay. Me encantaría contarles una respuesta romántica acerca de algún viaje que hicieron, o que fue donde se conocieron o algo así, o porque bajo un árbol de esta estancia hicieron el amor por primera vez. Pero no sería cierto. La verdad es que se fueron a casar a Gualeguay porque era gratis. Y que los invitados se jodan y se garpen su viaje.
Yo no quería ir a Gualeguay. No quería, no quería, no quería. Y no sabía cómo hacer para zafar. Faltaba cada vez menos para el casamiento y seguía sin encontrar una excusa como para faltar. Lo mejor que tenía era que estaba en camino y hubo un problema en la ruta, pero no me convencía del todo porque era injusta con ellos. La excusa ideal tenía que ser con la suficiente anticipación como para que no paguen el cubierto. Porque aun siendo mala persona, soy considerado y buena persona. Igual lo importante era que necesitaba una excusa y no tenía. No es fácil conseguir excusa para un evento importante y con tanta antelación.
Faltaban menos de 2 meses para el casamiento cuando me llama él por teléfono y me pide lo inimaginable. Me pide que sea testigo del casamiento. Por si alguno no sabe, cuando te casas en Buenos Aires, cada uno de los novios tiene que tener un testigo con domicilio en la ciudad, se llama "testigo obligatorio". Además pueden optar por tener hasta dos más cada uno, sin importar donde residan. Se llaman "testigos innecesarios" los extras, no es chiste. Y hay que pagarlos.
Como dije varias veces, él no conocía a nadie en Buenos Aires y me pidió que fuese su testigo. Alto honor. Tan alto honor, que dificultaba enormemente la posibilidad de no ir a la fiesta.
Fui testigo. Fui a la fiesta. No me quedó otra. Con Flor tuvimos que ir a un hotel porque él me dejó bien en claro que no nos íbamos a poder quedar en la estancia, que no tenía muchas habitaciones e iban a ser utilizadas para la familia cercana. Se ve que testigo de civil porque no queda otra no califica como familia cercana.
En la fiesta hubo menos de 60 personas. Claramente hay mucha gente mucho más inteligente que yo a la que si se le ocurrió alguna buena excusa para no ir. Los envidié mucho. La fiesta no estuvo buena porque, salvo con Flor, no hablé con nadie ni nadie me habló. Los novios nunca me agradecieron haber sido testigo ni nada.
Después del casamiento casi que no los volví a ver. Una vez me los crucé por la calle, yo iba con Flor, ellos tres bajaban de un taxi. No cruzamos más que un hola. Flor estaba indignada, se quejaba diciendo "fuiste testigo de su casamiento".
En algún momento después de eso y antes del 2014, se fueron a vivir a Canadá y no supe más de ellos. Hicieron fiesta de despedida de Argentina, pero no me invitaron. Testigo de civil no ameritaba el compromiso de asistencia a la fiesta de despedida del país.
En septiembre 2014, seis meses antes de mi casamiento, le mandé un mensaje vía Facebook invitándolos a mi casamiento y, obviamente, pidiéndole descuento en vinos. Me clavó el visto y me respondió un mes y medio más tarde. En su respuesta decía "ojalá no te hayas casado todavía" y también me pedía que le mande lo mismo pero al mail porque Facebook lo usaba poco y ahí iba a saber lo de los vinos. Me parece genial esa respuesta. Te mando un mensaje y me respondes pidiendo que te mande el mensaje por otro medio y seguís sin responder el mensaje. Viva la modernidad, la abundancia de medios de comunicación y la posibilidad de estar hiperconectados.
Le mandé un mail, no respondió. Le mandé otro mail, tampoco respondió. Le mande un mensaje por Facebook preguntando por los mails no respondidos, me clavó el visto. Y yo fui testigo.
Tuesday, September 11, 2018
Chaco For Ever
Mediodía, suena el celular. No reconozco el número, era una característica del interior aunque no sé de dónde. Atiendo.
Yo: Hola.
Voz en el teléfono: Hola, ¿Alejandro?
Yo: Si.
Voz en el teléfono: Te habla Josefina de la empresa Perez & Company, nos llegó tu curriculum para una posición de...
Yo: Si...
Esperando que me dijera algo más. La verdad es que mando muchos curriculums y, algunas veces, ni siquiera leo la descripción completa del puesto. Solo la posición, la empresa y uso el buscador por palabras clave.
Voz en el teléfono: Antes que nada, quería preguntarte, ¿Por qué te queres mudar a Resistencia?
Se ve que en esa manía de no leer absoutamente todo el aviso me saltee el pequeñísimo detalle de que el laburo no era en Buenos Aires sino en Chaco. Aunque a esta altura, no me van a ganar. Vos me llamas de Chaco, yo me voy a Chaco.
Yo: Bueno, te cuento, en realidad mi esposa y yo no queremos vivir más en Buenos Aires y estamos buscando trabajo en el interior. Leí la posición y me interesó mucho, por eso envié la aplicación.
La entrevista continuó por unos 20 minutos más y quedamos para una nueva entrevista la semana siguiente. Esa misma noche, cuando llegó Flor le dije "Nos vamos a Chaco".
Flor: No me quiero ir a Chaco.
Yo: Chaco está bueno, es lindo, tierra de ciudadanos ilustres como Lilita Carrio, Corky Capitanich y el Chaqueño Palavecino.
Flor: El Chaqueño Palavecino no nació en Chaco.
Yo: No importa, empezá a hacer la valija que nos vamos a Chaco.
Thursday, September 6, 2018
Don Barredora II
Previously on YaVeremos: Don Barredora
Me respondió con el apellido de Marcelo, que era un tipo con quien yo había laburado en la empresa de internet allá por el 2014. Buena onda el chabón, pero nunca fuimos amigos ni hubo mucha onda entre nosotros. Es difícil de explicar, alguien buena onda pero con quien no tenes onda. Eso.
Hablé con el tipo este del laburo, quien sería mi jefe, de la transformación digital y demás cosas. En realidad, habló todo él. Fueron 45 minutos de entrevista de los cuales yo hablé menos de 5. Además de buena onda, era muy pilas. Al final de la entrevista le pregunté por el magnánimo pack de relocación, me dijo que no sabía, que eso lo tenía que hablar yo con recursos humanos. Le quise contestar que ya lo había hecho y que nunca me respondieron nada, pero no dije nada.
Para este momento, ya varias personas conocían de las entrevistas en Rosario y del fantástico y fabuloso pack de relocación del cual nadie conocía absolutamente nada. Debía ser un pack secreto.
Unos días más tarde, me manda un mail la mina de la consultora, la primera de todas, en la cual me explica que el siguiente paso sería una entrevista en las oficinas de Rosario, que la empresa me iba a pagar todo el viaje. Yo debía estar en las oficinas el miércoles siguiente a las 14hs. Respondí que el miércoles siguiente para mí era imposible, que podía el lunes, jueves o viernes de esa misma semana, sino cualquier día de la semana siguiente. Me respondió "fíjate si podes cancelar lo que tenes el miércoles y venir a la entrevista".
Me pareció brillante esa respuesta. Te dicen que tenes que ir a un lugar, vos decís que no podes y lo que te responden es algo del siguiente multiple choice:
Me chupa un huevo lo que tengas que hacer, cancela lo tuyo y veni a la entrevista
Me importa una mierda lo que tengas que hacer, cancela lo tuyo y veni a la entrevista
Mi tiempo vale más que el tuyo, cancela lo tuyo y veni a la entrevista
Todas las anteriores
A todo esto, todavía no sabía cuánto me iban a pagar por mudarme a Rosario ni cuál era el maravilloso y suntuoso pack de relocación. Con mucha amabilidad respondí que no podía cancelar, que era un compromiso previo y que la entrevista iba a tener que ser otro día. Me parece que es un poco injusto tener que andar justificándote por estas cosas. Fueron y vinieron varios mails más, hasta que me dice "listo, quedamos para el lunes siguiente a las 10 de la mañana."
Contesté explicando que tengo más de 3 horas de viaje en auto, que necesitaría que la entrevista fuera más tarde. Acá por ahí soy yo que estoy sensible y susceptible, lo reconozco. Por ahí incluso el multiple choice de antes también es un poco exagerado. Pero es como que realmente no le importas un carajo a la gente. Estilo "venite a las 10 que es la hora que yo llego, mucho no me importa que vos tengas que levantarte a las 5 para salir a las 6 por las dudas de que haya tránsito en la autopista y llegar a tiempo".
Otro idea y vuelta de mails, hasta que quedamos para ese lunes a las 12:30. En uno de los tantos mails, le consulté acerca de la agenda del día. Lo que menos quería era vivir otra vez La Montevideana. Ya había aprendido. Siempre mejor prevenir. Me contestó con un detalle de reuniones planeadas para todo el día.
El día convenido, ahí estuve, muy puntual. Es un edificio grande en el centro de Rosario, que en planta baja tienen una especie de galería de arte. En realidad son algunos cuadros colgados, pero no importa. Ellos dicen que es una galería de arte y yo les creo. Me presento en recepción y pido por la mina de recursos humanos de la empresa, tal como me habían indicado que debía hacer. La recepcionista la llama por teléfono y le responden que no se encuentra en su oficina. La recepcionista me ofrece sentarme en un sillón a esperar.
Espero. Espero. Espero. Sigo esperando. Se hacen las 12:50 y todavía sin noticias. Al menos el sillón era muy cómodo. Vuelvo a la recepcionista y me ofrece esperar en el primer piso, que la de recursos humanos me va a encontrar ahí. Subo al primer piso y no había ningún sillón para esperar, solo unas sillitas de plástico blancas. Me hubiese convenido seguir esperando en planta baja en el sillón. A la 1:08 aparece la de recursos humanos, me pide disculpas por la demora y me lleva a una sala de reuniones. En la sala de reuniones estaba la de la consultora, la de recursos humanos me la presenta, dice "los dejo trabajar" y se va.
A ver si se entiende lo que acaba de pasar. Estuve 38 minutos esperando a alguien que no era a quien tenía que esperar. Otra vez, seré sensible o lo que sea, pero estoy convencido de que todo eso es una falta de respeto. Igual no dije nada.
Estuve cerca de dos horas con esta mina en la oficina donde me hizo una entrevista y un examen psicotécnico. Me ofreció agua y café, acepté el vaso de agua. Al finalizar, ella llamó por teléfono a la de recursos humanos de la empresa, le dijo que había terminado y se fue. Me quedé solo en la sala de reuniones.
Unos 15 minutos más tarde, apareció la de recursos humanos, me preguntó que tal todo con la otra mina, dije que todo bien y me contestó que ahora volvía para la entrevista con ella. También me ofreció agua y café, y se fue.
Unos 10 minutos después, apareció el que sería mi jefe. Siempre buena onda, me saludó con un "¿qué hace’ Ale?", dejó su laptop en el escritorio, me dijo que estaba lleno porque recién se había terminado un terrible sandwich de milanesa, que iba a buscar un café y volvía". Otra vez me quedé solo.
Cinco minutos después apareció otra vez la de recursos humanos y ya llegamos a una muy mala comedia de enredos francesa, donde la gente entra y sale y no pasa nada. Me preguntó de quien era la laptop, me dijo que iba a buscar algo y volvía. Otra vez me quedé solo.
Apareció otra vez quien sería mi jefe, con un café en la mano y hablando por el celular. Alejó el celular de su boca, me dijo "estoy en un call" y se fue. Otra vez me quedé solo. Juro que todo esto es cierto. Comencé a sospechar que no tenían mucho interés en entrevistarme. Soy muy perspicaz, por cierto.
Volvió la de recursos humanos y tuvimos una entrevista cortita, digamos unos 20 minutos. Hablamos exactamente lo mismo que habíamos hablado por Skype unas semanas antes, hasta que llegó otra vez quien sería mi jefe. Mientras él me entrevistaba, la de recursos humanos chateaba por su celular. Seguí sospechando sobre su falta de interés. En un momento de la entrevista, la de recursos humanos me dice "lástima que no viniste el miércoles pasado, ese fue el día de las entrevistas". Me justifiqué como si hubiese sido mi culpa y pedí disculpas por no haber podido ir. A lo que me contesto "todo bien, igual hubiera esa bueno que hayas venido". Después se fue la mina y quedé solo con quien sería mi jefe. Fueron menos de 10 minutos y se fue. Otra vez quedé solo en la oficina.
A los pocos minutos volvieron mi jefe y la de recursos humanos, eran apenas pasadas las 4 de la tarde. Delante de mí, se ponen a hablar acerca de quien estaría bueno que me entrevistara. Se ve que el detalle de reuniones para todo el día no era tan en detalle. Resolvieron quien me iba a entrevistar y se fueron.
Un ratito más tarde cayó un pibe que era muy parecido a Matt Damon, pero gordo. Fat Damon, digamos. Con mucha cara de buena onda. En caso de entrar, este pibe iba a ser par mío. Me hizo dos preguntas y me dijo "la verdad que no sé qué más preguntarte, por mí está todo bien, yo no decido nada acá". Algo que ya me había dado cuenta por las preguntas que me había hecho, pero igual me cayó excelente el pibe. Aproveché y le hice preguntas yo a él. Más que nada, acerca del pack de relocación, me dijo que la mayoría de la gente vivía en Puerto Norte o casa en las afueras. Puerto Norte es una zona más o menos nueva con torres con pileta que están muy buenas. El tema es que lo que me habían ofrecido a mí para el alquiler no cubría ni un monoambiente ahí. Igual no dije nada.
Se hicieron cerca de las 4:30 y me había quedado sin preguntas. Matt se fue, volvió la de recursos humanos y me dijo que ya había terminado. Resumiendo, llegué, me tuvieron 40 minutos esperando, hice un test de algo menos de dos horas y después me entrevistó gente que ya me había entrevistado por Skype que no me hizo ninguna pregunta nueva, después mandaron a un X a entrevistarme y después me dijeron que ya estaba. Seguí con mis sospechas de que tal vez no estarían muy interesados en contratarme. Tal vez por eso, o tal vez porque estuve más tiempo solo en la oficina que con entrevistas, tal vez porque en tres horas y media lo único que me ofrecieron fue 2 vasos de agua y 2 cafés. Anda a saber.
Le dije a la de recursos humanos que quería saludar a Marcelo, ella me llevó a su oficina y me quede con él un rato largo. Mientras iba caminando con la de recursos humanos, me crucé a quién sería mi jefe que estaba con Fat Damon y dos personas más hablando. Me vieron y ni siquiera me saludaron.
Llegué a la oficina de Marcelo, me comentó un poco de la forma de trabajo, que cosas hay para hacer, etc. No me dijo del pack de relocación porque depende de la posición y lo que negocie cada uno.
Finalmente un poco antes de las 6 me fui. Al día siguiente, tal como había quedado con la de la consultora, le mandé por mail todos los comprobantes del viaje: nafta, peajes y estacionamiento en Rosario. Eso fue hace más un mes. Adivinen si me devolvieron la plata del viaje. Dale, a que no adivinan. Adivinen si la de la consultora me responde los mails o los llamados telefónicos. Dale, a que no adivinan.
Por último, adivinen quien estuvo todo el día en Rosario y pagó su propio viaje a cambio de hacer un test psicotécnico, repetir entrevistas que pudieron haber sido por Skype, dos vasos de agua, estar gran parte del día solo en una sala de reuniones y sigue sin saber que incluye el pack de relocación.
Monday, September 3, 2018
Don Barredora
Usted me llama, entonces voy, Don Barredora es quien yo soy. Así se debería titular mi búsqueda laboral. Me llamaron para una entrevista de trabajo para un posible laburo en Rosario y fui. Y no quede. Aunque empiezo por el principio.
Hace dos meses más o menos, me mandó un mail una mina de una consultora de recursos humanos en el que decía que había visto mi perfil en LinkedIn y quería saber si estaba dispuesto a mudarme a Rosario. Respondí que sí y agendamos una entrevista telefónica para unos días más tarde. Me dijo que me iba a llamar el jueves a la tarde.
Hablamos el jueves. Me comentó que el trabajo era para una empresa de seguros que es la número uno del país, aunque no tienen tanta presencia en Buenos Aires. Sin embargo, tienen todo el mercado del interior. Eso dijo la mina. Y eso mismo es lo que dicen absolutamente todas las empresas de seguros. Siempre son re grosos en el lugar donde no estás vos. Esta empresa estaba creando un área nueva de "transformación digital". Gran nombre.
Desconozco quien se lo puso, pero hay que reconocer que "transformación digital" es un gran nombre. Una de las formas de darte cuenta tu nivel de grositud dentro de las corporaciones es quien le pone nombre a los proyectos. Yo solo pude hacerlo una vez, cuando estaba en el e-commerce. Estábamos armando una campaña de marketing muy específica, segmentada para clientes puntuales en la Patagonia y la bauticé "Conozca el Interior", como el sketch de Les Luthiers. Un pibe que se llamaba Pablo y trabajaba en el área de marketing digital, quien no conocía Les Luthiers, dijo que le sonaba a una campaña de limpieza de colon.
Cuestión, estaba en la entrevista de recursos humanos. Hablamos de todo un poco y me hizo esa pregunta mágica que me encanta. Me preguntó por mi nivel de inglés. Claramente no había leído mi curriculum. Pocas cosas tan lindas como estar en el medio una entrevista con un reclutador profesional que no leyó tu curriculum. Igual eso no me importaba mucho. Lo que más me importaba era cuanto me iban a pagar por irme a Rosario. Le pregunté y no me respondió, me dijo que dependía de varias cosas, pero que "la empresa tiene un excelente pack de relocación".
Esa noche, cuando llegó Flor, le dije "nos vamos a Rosario" y ella me respondió "pero yo no me quiero ir a Rosario". Le expliqué que no importaba eso, que nos íbamos a Rosario igual. Una vez cada tanto, diría cada 2 o 3 meses, tengo alguna entrevista para un laburo en el exterior. Sé que Rosario no es el exterior. Entonces, después de la entrevista, le digo a Flor "nos vamos a vivir a Dubai". En caso que la entrevista sea para un laburo en Dubai. Sino, le digo para el lugar desde donde me hayan contactado. Flor dice que no se quiere ir. Después jugamos a que la convenzo, le cuento los beneficios de vivir en ese lugar y finalmente no queda en nada.
Unos días más tarde, me volvió a contactar la mina para tener una entrevista con la Gerente de Recursos Humanos de la empresa. Quedamos para un día después, la entrevista iba a ser por Skype. Nuevamente hablamos de todo lo mismo que había hablado con la mina anterior. O sea, esta vez no solamente no había leído mi curriculum, sino que aparentemente tampoco tenía un informe de la primera entrevista acerca de mí. Muy profesional todo.
Una de las últimas preguntas que me hizo fue "contame que haces en tu tiempo libre". Empecé a hablar de stand-up, de la asociación esa que nombré alguna vez y empecé a meter más cosas porque pensé que mientras más cosas hiciera, mejor. Metí futbol con amigos, otras actividades, parapente, lo que sea. Todo suma. Estuve un rato largo enumerando actividades diversas. Cuando termine, me preguntó, "haces muchas cosas, ¿seguro que te queres mudar a Rosario?" Ahí tuve que aflojar y decir que si, que en realidad tampoco me gustaba mucho hacer parapente, es peligroso, mejor dejarlo. Para finalizar la entrevista, le pregunté acerca del sueldo, beneficios, etc. En realidad, lo que quería saber, era cuanto me iban a pagar por irme a vivir a Rosario. Lo demás mucho no importa. Me costesto que no estaba definido, pero que había "un pack de relocación muy beneficioso". Le repregunté acerca de ese pack y me dijo que incluía el pago de toda la mudanza y un monto fijo por un alquiler por los 2 primeros años.
El monto ese fijo estaba bien pero no era una cosa de locos. Era como para alquilarte un 2 ambientes lindo o un 3 ambientes no tan lindo, siempre en una zona mediana y en un edificio sin pileta ni nada de eso. Yo acá vivo en mí 2 ambientes muy lindo en una zona que me gusta en un edificio sin pileta. Hasta ahora no le veo ningún tipo de beneficio en irme a Rosario, pero no dije nada.
Unos días más tarde, se vuelve a contactar la primera mina para agendar una entrevista con quien sería mi jefe, también por Skype. Comenzamos la entrevista, y el tipo me saluda con un "¡Ale! ¿Cómo andas?" con muy buena onda, como saludas a un amigo al que queres saludar con muy buena onda. Demasiada buena onda, diría. Pero yo no sabía quién era ese tipo. Nunca lo había visto en mi vida, nunca ni siquiera había hablado con él. Nunca está bueno hablar con alguien tan buena onda. Le conteste que todo bien y me respondió "Marcelo me habló muy bien de vos".
Acá fue un punto de inflexión. Me dio miedo preguntar "¿Qué Marcelo?" porque no quería que me hiciera el chiste fácil. Por otra parte, se supone que es una entrevista de laburo seria, segura, para una empresa de seguros. Entonces, junté coraje y le pregunté "¿Qué Marcelo?"
Continuara.