Friday, March 2, 2018

La Montevideana - Parte II

Previously on YaVeremos: La Montevideana. (Está acá abajo)

23 de octubre, call con Allison. Me preguntó acerca de mi primer trabajo, allá lejos y hace tiempo. Me dijo "contame cuales eran tus tareas, que te gustaba, que no te gustaba y que cosa te parece que tendrías que haber hecho diferente". Después de eso, quiso saber cómo me fui de ese trabajo e ingresé al siguiente. Y de ahí a las mismas preguntas del segundo trabajo. Y lo mismo trabajo tras trabajo, paseando por todo el curriculum. Eso fue extremadamente largo y extenuante. De repente mire y ya iba una hora y media de Skype y no se vislumbraba el fin en el horizonte. Vieron cuando estás en el colectivo o en el subte y está repleto y no podes dejar de pensar en "me quiero bajar ya mismo, me quiero ir de acá". Bueno, ahí estaba yo. Pero en el call. Y con la cámara prendida. Pasamos las dos horas hablando. Fue tremendo. Nunca hablamos de La Montevideana S.A. ni de mi trabajo a realizar.

Me cuesta muchísimo lograr transmitir lo denso de la situación. O sea, imagínate que te pregunten absolutamente todo de un laburo del cual te fuiste hace 8 años. Todo todo todo. Y una vez que terminas de contarlo, tenes que contar lo que hacías en el siguiente laburo, del cual te fuiste hace 6 años. Si demoras entre 20 y 30 minutos por laburo, lo multiplicas por la cantidad de laburos y eso lo multiplicas por las diferentes posiciones que tuviste en algún laburo y a eso le tenes que sumar como te fuiste de uno para ingresar al otro más algún detalle específico te da una entrevista de 4 días. Es imposible y carece de todo sentido. Igual que Allison. Igual que La Montevideana S. A.


26 de octubre, otro mail de Allison. Me informa que el siguiente paso iba a ser una entrevista personal en Montevideo, que me iban a invitar a las oficinas dos semanas más tarde cuando su CEO vuelva de viaje. Googlee al CEO, encontré su Instagram y estaba alojándose en el Ritz-Carlton Cancun. Un hotel 5 estrellas de 300 dólares la noche que no es all-inclusive. Hay que ser muy crack para ir a Cancun y no ir a un all-inclusive.

31 de octubre, me manda un mail Estefanía. Se presenta como la asistente del CEO, me pide mis datos personales para sacar el pasaje en Buquebus para el martes 7 de noviembre. ¿Y si no puedo el 7 de noviembre? No, eso no estaba contemplado. Me rompió mucho las pelotas esa prepotencia. O sea, demostra un toque de respeto hacia mí tiempo, que vale tanto como el tuyo y como el del CEO. Igual le pasé mis datos, pero le dije que me diera opciones de horarios. Buquebus no tiene demasiadas, entonces sacó la ida para las 7:30am, llegando al puerto de Montevideo a las 9:30 y la vuelta esa misma tarde saliendo de Montevideo en colectivo a Colonia a las 17:30, embarcando en Colonia a las 20:45 y llegando a Buenos Aires a las 22hs. Día largo.

Viernes previo al viaje, Buquebus me cambia el pasaje de ida por un barco más lento e iba a arribar al puerto de Montevideo a las 10:30. Les envié un mail a Estefanía y Allison avisando del cambio, nunca me respondieron.

Lunes, día anterior al viaje, les reenvío el mail pidiendo confirmación del viaje y consultando qué tengo que hacer una vez que llego al puerto. Me contesta Allison "mándame un mensaje cuando llegues que te pido un Uber". Esto también me rompió las pelotas. Veni a buscarme vos. Y si no queres, pedí un remise antes y que me esté esperando en el puerto, que es lo que corresponde. Esos que tienen un cartelito con el nombre del pasajero. Los vi muchas veces, sé que existen. Pero no fue el caso.
Se viene el viaje. Pero antes de contar mi día en Montevideo, quiero contar otra cosa del proceso. En el medio de las entrevistas, Trinidad me pide 3 referencias, una de cada uno de mis últimos trabajos. Les paso las 3: Hugo, Paco y Luis; y le ofrezco sus contactos de mail o LinkedIn. Nunca supe más nada del tema.

Una semana más tarde, me escribe Trinidad quejándose que Paco y Luis nunca le habían respondido. Le mandé un WhatsApp a Paco y me dijo que más tarde iba a mandar algo. Trinidad me pidió nuevas referencias, esta vez le pasé a Larry, Curly y Moe. Les escribí a los 3 pidiendo que contesten.

Al día siguiente, me escribe Paco diciendo que lo del mail de referencias era un poco hincha pelotas y no sabía que responder. Me reenvió el mail, el cual constaba de 4 preguntas.
1. ¿En qué contexto trabajaste con esa persona?
2. ¿Cuáles eran los puntos fuertes de esa persona?
3. ¿Cuáles eran las áreas de mejora que tenía esa persona en aquel momento cuando trabajaban juntos?
4. ¿Cómo calificarías su performance en general para el trabajo que realizaba del 1 al 10? ¿En qué te basas para darle ese puntaje?

Y si, convengamos que es un poco paja responder todo eso. Le dije que escribiera 4 renglones con todo junto, con lo que quisiera, sin mucho detalle. Me re-preguntó que poner en las áreas de mejora, le dije que diga que tengo poca paciencia para la gente tonta. Y el muy hijo de puta lo puso de verdad. Algo que me enteré varios días más tarde.

Por otra parte, Curly me respondió que tan solo dos semanas antes había nacido su primera hija y que estaba de licencia laboral, que probablemente no iba a contestar el mail, que lo disculpe. Obviamente lo hice. Tuve este diálogo con Trinidad.

Yo: Hablé recién con Curly, hace 2 semanas nació su primera hija, tal vez no responda nunca el mail.
Trinidad: Si pudieras decirle que me responda seria genial. Son solo 3 minutos para contestar.

Obviamente no le respondí a Trinidad. Me pareció bastante irrespetuosa. O sea, irrespetuosa posta. Te digo que alguien acaba de tener un pibe, no podes contestar "Decile que me responda igual". Si no tenes empatía con alguien que acaba de tener un hijo, no sé qué te queda. Igual seguro que es de las que postean boludeces con gatitos en Facebook. Este fue uno de los tantos indicios que me deberían haber hecho desestimar el proceso. Pero no lo hice por dos motivos. El primero, soy lento para darme cuenta de estas cosas. El segundo, me gusta verme involucrado en estas cosas para después tener buenas historias para el blog. Y mantenía la esperanza de laburar desde casa, ir a correr al mediodía y cobrar en dólares. Como dije recién, soy lento. E iluso.

Martes. Día del viaje. Suena el despertador a las 6 de la mañana. No me acuerdo la última vez que me puse el despertador tan temprano. Realmente no me acuerdo. Odio levantarme temprano. A las 7 llegué a la terminal de Buquebus y unos minutos más tarde ya me encontraba arriba del Buque San Patricio con destino a Montevideo.

Estaba bastante lleno el barquito. Los asientos eran en filas de 3. Me acerco a una de las filas. En el extremo derecho, una señora de unos 55 años, en el asiento del centro su cartera, campera y bolso y el asiento izquierdo vacío. Con mucho respeto le consulto si el tercer asiento se encontraba libre, me dice "el de la punta sí, pero ahora viene una amiga para sentarse acá" (señalando el del medio). Respondí que no había inconveniente, que me sentaba en la punta. "Bueno, pero te aviso que se van a llenar y vamos a estar apretados". Hice caso omiso y me senté. Al rato ya estaba dormido. Me desperté cuando estábamos llegando a Montevideo. El asiento del medio seguía con los petates de la señora. La amiga no estaba. La amiga no existía. La señora quería los 3 asientos para ella sola.

Cuando llegamos al puerto, la señora comienza a agarrar sus pertenencias. La miro y le digo "me preocupa tu amiga, que todavía no llegó". Me miró con mucha cara de orto y se fue. Me sentí muy bien. Algún día me van a pegar mucho por decir estas cosas y me lo voy a merecer. Pero, hasta entonces, vale la pena.

Bajé en la terminal de Montevideo, prendí el celular y Claro me activo el roaming. Le escribí a Allison y comenzamos el siguiente diálogo.

Yo: Ya estoy en la terminal.
Allison: Perfecto. Ahora te pido el Uber.
Yo: Ok.
Allison: Pasame tu dirección y pido el auto.

¿Sos pelotuda? No hay otro adjetivo. ¿Dónde pensas que puedo llegar a estar?

Yo: La puerta de la terminal de arribos del puerto de Montevideo.

Unos minutos más tarde.
Allison: Está el auto en camino. Es un Fiat Uno, patente…
Yo: Ok.

Casi 10 minutos más tarde.

Allison: Dice el chofer de Uber que no te encuentra.
Yo: Estoy parado en la puerta de la terminal. Justo debajo de un cartel muy grande que dice "Arribos".
Allison: Dice que está en la puerta del edificio de aduana.


Alguien que por favor me explique porque Uber estaba en aduana si yo estaba en la terminal. Le pregunto a un tipo que laburaba ahí por el edificio de aduana. Me pone cara de "uh, estas muy perdido chabón". Me dice "ves ese edificio (señalando uno a una cuadra) ese es Gendarmería, pásalo y camina un poco que lo vas a encontrar".

Yo: Me dijeron que estoy a unas cuadras, ahora voy caminando para allá.
Allison: Ok.

Empiezo a caminar con un alto nivel de exasperación. O sea, es un remise. Pedime el puto remise y que me espera en la puerta. No tengo delirios de grandeza ni nada raro. No quiero un camarín de estrella de rock con un asistente que me separe los M&M por color. Porque en mis delirios de grandeza lo máximo a lo que accedería es a tener un asistente que me separe los M&M por color. Por ahí otro es mucho más inteligente y pide un barco con merca y putas. O Por ahí otro es muchísimo más inteligente y pide un barco con merca y putas y un chofer para el barco. No sé si se dice chofer de barco, no me suena. Por ahí se dice capitán. O tal vez piloto. No, piloto seguro que no. Debe ser capitán. Debe ser raro decir "quiero un barco con merca, putas y un capitán" porque el capitán como que estaría a cargo y se generaría cierta dicotomía, ponele que el capitán tiene una política anti-droga en su barco, pero en realidad es tu barco. Muy complicado. Mejor M&M. O un kilo entero de helado Rapa Nui. Sí. Eso. Pero no pedí nada de eso. Solo estaba deseando un medio de locomoción para poder llegar a la entrevista. Iba pensando todo esto mientras caminaba hacia el edificio de la aduana.

Dos minutos más tarde, nuevo mensaje.

Allison: Parece que estamos con mala suerte. Uber canceló. ¿Podes tomarte un taxi común? Cuando llegues al edificio te lo pago, va a salir unos 200 pesos. Si tenes pesos uruguayos, págalo vos y luego te reintegro el dinero.
No fenómena, no tengo pesos uruguayos. ¿De dónde queres que saque pesos uruguayos? Si, ya se, de una casa de cambio. Pero ahora resulta que yo tengo que ir a una casa de cambio. No me creo una estrella de rock que pide un camarín con M&M. No, mentira, no voy a seguir hablando de los M&M. Aunque aclaro que los que más me gustan son los marrones y los que menos me gustan los azules. Igualmente, si tuviera un asistente para lo de los M&M, lo haría usar guantes. Nada peor que cuando el M&M se empieza a derretir y encima todo manoseado por otro. No está bueno. Los M&M no son para compartir. No importa el tamaño de la bolsa, toda bolsa de M&M debe ser catalogada como "para consumo personal". Igual no estaba pidiendo M&M. Estoy pidiendo un remise. Entendes. Un remise.

No hubo remise, hubo taxi. Me subí al taxi y la historia va a seguir en el próximo post.

7 comments:

  1. Otra injusticia. Me siento vos cuando tenés entrevistas laborles. Sólo que soy yo, intentando leer de corrido una historia.
    Por ahí te hago un reclamo el twitter. Si es que me lo permitís..

    Mary Reed

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    1. Antes era peor! Te acordas de La Ultima Argentina Virgen? Ahí exigía 10 comentarios. Ahora no sumo ni 10 lectores.
      El lunes o martes la última parte, lo prometo.

      Leyendo posts viejos, encontré este. Mira tus comentarios:
      http://www.yaveremos.net/2009/02/panico-y-locura-en-la-casa-loca.html

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    2. Qué tiempos aquellos, donde tenía un trabajo que me permitía tener tiempo ocioso..
      Y que bueno, ya me guardé el post para releerlo.

      Mary Reed

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  2. Hace como un año fui a una entrevista en la que estuve más de una hora detallando cada cosa de todos mis trabajos. Me preguntaban, por ejemplo, "si yo ahora me encuentro con tu jefe, qué creés que me diría de vos?" QUÉ ME IMPORTA!!! Y todo para hora y media después ofrecerme un trabajo de morondanga.
    Qué seres nefastos son los de RRHH. Las referencias no las pueden pedir por teléfono? Yo tampoco contestaría un mail tan rompe pelotas.
    Con lo del Uber me volví loca. No puedo creer que te pasen estas cosas. Son (sos) material de sitcom.

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    1. La gente de RRHH es muy especial. Pero especial para mal.
      Te juro que cuando estaba ahí, lo de Uber me había indignado de una manera tremenda. Tenía ganas de no responderle más y quedarme sentado en la terminal hasta que llegue la hora del barquito de vuelta.

      Lo de sitcom puede ser. Hace poco me pelee con el seguridad de un edificio y seria una historia muy blogueable si no fuera por quien vive en ese edificio y no da ponerlo acá. Pero le conté a unos amigos y me dijeron que esas cosas solo me pasan a mí y a Larry David.

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  3. Que historia!!! De terror! Con ganas de saber como sigue..
    Se comprende tu bronca!
    beso

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    1. Hola! Obviamente ya está publicada la 3ra parte, asumo que la leiste.
      Odio profundamente a esta empresa y a todos sus miembros.
      Gracias por volver a comentar. Beso

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La gente es mala y comenta