Monday, January 30, 2017

Siempre Pizza

Diálogo con Nacho, sobrino de 3 años y 10 meses.

Yo: ¿Qué vas a ser cuando seas grande?
Nacho: Delivery.
Papá de Nacho: No. Lo que Nacho quiere es andar en moto.
Nacho: No. Los que llevan la pizza.

Leer Más...

Friday, January 27, 2017

Ratas Descubiertas

Previously on YaVeremos: Ratas Encubiertas

Recomiendo leer el post anterior antes de seguir con este.

Fui a la reunión con cierta incertidumbre. En realidad, más bronca que incertidumbre. Bronca por tener que andar pensando en este tipo de cosas. Por no poder concentrarme en lo que iba a hacer realmente y estar obligado a andar pensando en estas cosas. Porque si lo racionalizas, en el peor de los casos ¿cuánta plata te puede llegar a cagar? ¿$20? ¿$30? ¿Entonces, si es tan poca plata, por qué da tanta bronca? Lo que me da bronca no es la cantidad de plata, sino la sensación que te estén cagando y no poder hacer nada. Además, después de más de 10 años y 1200 posts, está más que claro que en YaVeremos no estamos para andar racionalizando las cosas.

Llegué a la reunión. Al ratito llegó Persona A y pidió un café, igual que la otra vez. Yo no pedí nada. Al rato llegó Persona B. Otra vez aclaró que estaba con hambre y pidió una carta para elegir su merienda. En ese momento, se me vinieron a la cabeza todas las alternativas que comenté el otro día. Incluso pensé también en no pedir nada de nada y ver si Persona B pagaba toda la cuenta o no. Pero pensé que eso iba a ser más raro todavía. Si yo no pido nada y Persona B dice "dividimos la cuenta" igual tendría que saltar a decir "che, me estas cagando fenómeno, yo no pedí nada". Pero esta mal visto hacer eso por tan poca plata.

Decidí pedir algo más caro que Persona B y después dividir la cuenta. Porque, para ser pendejos, vas a tener que venir con mucho más que un café con tostadas para ganarme. Y eso hice. Persona B se pidió su café con tostadas, yo fui por una Coca y un tostado al cual le agregué tomate, solo porque me pintaba pagar el recargo por tomate. Comimos. Avanzamos un poco en el tema de la reunión hasta que todo iba llegando a su fin. Pido la cuenta. La moza la trae y la agarro yo.

Misma situación que la última vez. Persona A saca la billetera, Persona B vocifera "de ninguna manera, a vos te invitamos nosotros". Tengo la cuenta en mi poder y empiezo a sacar plata de la billetera. Persona B me pide la cuenta y dice "a ver si cobraron bien... porque a veces se equivocan". Pensé que extraño todo esto, la última vez no estaba preocupado por una equivocación. Cosa de mandinga. Eran $250 en total. $45 de Persona A, $90 de Persona B y $115 míos.

Persona B tiene la cuenta en la mano y empieza a mirar atentamente, con cara de intentar realizar operaciones matemáticas en velocidad en su mente. Yo lo miro y afirmo "Son $250, ¿hacemos $125 cada uno?" El tono de pregunta fue cordial, en realidad lo daba por hecho. Me tuvo que decir que sí. Porque, caso contrario, tendría que haber dicho "cada uno paga lo suyo" y él (al igual que yo la otra vez) no tuve el coraje de hacerlo.

Al menos me saqué la duda. Quedó demostrado que Persona B es tremendamente rata. El pibe divide si gastó más, pero quiere que cada uno pagué lo suyo cuando consumió menos. Es muy rata eso. Muy injusto. No podés pedir todas para vos.

Haciendo cuentas, si yo pagaba lo mío y el 50% del café, era $115 + (50% x $45) = $137,50. Me ahorré $12,50. Y me quedé chocho. Esos $12,50 no valen nada, pero tienen gusto a victoria inigualable. La tenes adentro, Persona B.

Leer Más...

Tuesday, January 24, 2017

Hola Don Pepito

Allá lejos y por los 90s, cuando estaba el 1 a 1 y éramos todos felices y ricos y teníamos muchos dólares y por ende éramos felices y ricos, en el supermercado encontrabas unas galletitas con chips de chocolate que se llamaban Chips Ahoy. Estaban geniales. Y después cerramos la importación y desaparecieron. No así los kiwis, que también aparecieron en el 1 a 1 y después se quedaron.

Durante muchos años solo tuvimos Pepitos. Las Pepitos son las galletitas con chocolate que hay. No son las mejores, no están ni cerca de serlo, pero las compramos igual. Cosa de mandinga. Vas al kiosco y te compras unas Pepitos sabiendo que en realidad no tienen mucho chocolate. El kiosquero también sabe que no tienen mucho chocolate. Hasta el Sr. Pepitos sabe que no tienen mucho chocolate. Pero nadie dice nada.

Hasta que, en el 2012, llegó la salvación. Llegaron las Toddy. Y después se agotaron. Y volvieron. Y se agotaron otra vez. Fue raro eso de que aparecían y desaparecían. Hace un tiempo también aparecieron las Cindor, que son muy parecidas. Ante la inminente competencia de un producto mucho mejor, Pepitos lanzó las Pepitos Extra Chocolate y fue como una estafa. O sea, vos ya tenías que tener chocolate. Y si ahora traes extra chocolate, ¿qué era lo que vendías antes?

En casa a veces compramos Pepitos, aunque yo prefiero las Melba. El otro día estábamos comiendo Pepitos con Flor y pasábamos una galletita tras otra sin ver chocolate. Era pura masa con algún minúsculo punto negro que se escondía en el centro de la galletita y te miraba con pocas ganas de estar ahí. Como que el chocolate no tenía esa sensación de pertenencia con la galletita. Era más bien una cara de “desconozco que hago acá, a mí no me vengan a preguntar nada”.

Sin encontrar el chocolate, Flor le sacó una foto a una de las galletitas y la subió a su Instagram y le preguntaba a Pepitos por dónde había que pasar a buscar el chocolate. Tuvo algún que otro me gusta y respuestas varias de amigas de Flor. Una recordándole que en Santa Fe comía Pepas y no Pepitos y otro acusándome a mí de tacaño por no comprar Toddy.

Al día siguiente, se comunicaron de Pepitos con ella. Le pidieron que les informe el número de lote del paquete sin chocolate (acá pensé en mandar uno al azar, total ninguno tiene chocolate) y el lugar de la compra. Flor lo hizo. A continuación, le pidieron una serie de datos personales, entre ellos un número de teléfono fijo a donde comunicarse. Flor se los dio. Y muchos otros datos personales más, un tanto irrelevantes a simple vista. Flor también se los dio.

Ese el momento exacto donde te acordas de todas las anécdotas que te cuentan de gente que hizo un reclamo a Quilmes y le mandaron 24 cervezas, otro a Cif y le mandaron 20 productos de limpieza y así sucesivamente. Te imaginas con que te van a mandar Pepitos desde acá hasta el fin del mundo. Empezas a vaciar la despensa para tener lugar para las nuevas Pepitos que están por llegar. Tiras latas de Atún y paquetes de fideos. Pones ropa en la baulera. Despejas todo lo que hay debajo de la cama. Gritas “acomoden todo que no hay lugar para las nuevas Pepitos”.

Al día siguiente, otro mensaje de Pepitos. Le dijeron a Flor que habían intentado comunicarse con ella, pero no lo lograron (había una llamada perdida en casa de número privado, tal vez sea cierto, no vamos a dudar de ellos) y le avisaron que, como retribución, le van a enviar un paquete de Pepitos por Oca y va a llegar en 14 días hábiles. También aclararon que el señor cartero de Oca solamente va a pasar dos veces y dejar constancia de su visita. En caso de no estar, hay que ir a buscar el paquete de Pepitos a la sucursal de Oca más cercana.

Solamente pasaron cuatro días, pero no aguanto de impaciencia para recibir un paquete de Pepitos. Uno. Que seguramente tampoco va a tener chocolate. Hay que comprar Toddy, no veo otra solución.

Leer Más...

Monday, January 23, 2017

Ratas Encubiertas

Por esas cosas raras de la vida, de repente te encontras en una situación donde a alguien se le ocurre algo y pensas "que buena idea". Lo volves a pensar, y la idea está tan buena, que abrís la boca y decís "quiero ser parte de esta idea". Decidís involucrarte. Hasta que hay que empezar a desarrollar la idea y ahí te preguntas "¿quién carajo me mandó a meterme en esta idea?" Yo estoy en esa fase.

Resulta que por la idea en cuestión, me junté hace un par de semanas con dos personas. No son amigos, son simplemente conocidos. Entre ellos dos, tampoco son amigos. Decidimos juntarnos los tres en un bar. La negociación del lugar fue ardua, nadie quería ceder. Uno propone un lugar y argumenta "te tomas el subte y llegas" sin tener en cuenta que esa misma persona se puede tomar el subte para el otro lado y "también llegas". Después de mucho pero mucho mensaje por Whatsapp, definimos el lugar y la reunión sucedió a principios de diciembre.

Persona A llegó primera al bar de la reunión y pidió un café. Yo llegué segundo, pedí un agua sin gas. Al ratito llegó Persona B disculpándose por la demora y aclarando que tenía mucho hambre. Persona B se pidió café con leche, tostadas, bebida, merienda, etcétera.

Llegó el momento de pedir la cuenta. Hay que recordar que Persona A estaba en la reunión haciéndonos un favor a Persona B y a mí. Llega la cuenta. Persona A saca la billetera. Persona B exclama fervientemente "de ninguna manera, Persona A, a vos te invitamos nosotros". Vio el total de la cuenta y lo dividió por dos. Resumiendo, yo pagué la mitad de la merienda de Persona B.

A mi nadie me preguntó si yo quería invitar a Persona A. Ni tampoco tuve el coraje suficiente de decir "che, Persona B, el café de Persona A lo pagamos a medias, pero cada uno paga lo suyo". Me quede callado y pagué la mitad.

Es una de esas situaciones donde si decís algo quedas mal o como rata mientras que la otra persona tiene impunidad.


Ahora mi duda. Esta tarde me vuelvo a juntar. ¿Qué hago?
Opción 1: ¿Pido lo mismo que Persona B?
Opción 2: ¿Pido más que persona B y me cobro lo de la última vez?
Opción 3: ¿Pido lo que yo quiero pedir sin importarme que hagan los demás y no me preocupo por el pago?
Opción 4: ¿Pido lo que yo quiero pedir sin importarme que hagan los demás y aclaro que cada uno paga lo suyo?
Opción 5: Ninguna de las anteriores.

Leer Más...

Friday, January 13, 2017

Muy Bien 10

No puedo creer lo mucho que me costó, y todavía está costando, escribir este post. Es el post de los 10 años de YaVeremos. Mucho tiempo. Demasiado. En realidad los 10 años fueron el 26 de diciembre. Lo empecé a escribir una semana antes. Ponía algún párrafo y lo borraba. Hasta que unos días antes, lo terminé.

Hablaba muy poquito de los 10 años y mucho más de mi último año. Se lo mostré a Flor y me dijo que estaba muy bueno y después me preguntó porque habría de publicar algo así. Me quedé con la duda y no lo publiqué. Después no se me ocurrió nada para publicar. Y fueron pasando los días. Hasta llegar a hoy, que me obligo a publicar algo.

Son las 0:30 del viernes. Estoy en el living, Flor se está bañando. Toscana duerme debajo de la mesa. De la nada, pasa una mosca de esas grandes y bien feas, que tienen partes de color verde y hacen mucho ruido. Toscana se altera y le empieza a ladrar. Yo agarro un repasador para matarla. Soy muy bueno matando cualquier tipo de bichos con un repasador. Toscana mira la mosca y le sigue ladrando. Yo hago el primer lanzamiento de repasador, tipo látigo, me creo Indiana Jones, pero fallo. Toscana sigue persiguiendo a la mosca. Mi trabajo es doble. Tengo que matarla y después agarrar el cadáver antes que Toscana, para evitar que se coma la mosca muerta. A veces logro hacerlo, otras gana ella. La mosca desaparece y vuelvo a los 10 años del blog, ahora con Toscana durmiendo en el piso y usando mi pie de almohada.

No quiero hacer un post recapitulando los posts aniversario, ya lo hice al menos otras 8 veces para el cumpleaños del blog y unas 3 o 4 para mi cumpleaños. Tampoco quiero hacer un post poniendo links a los mejores posts, ya lo hice para los 500, 800 y 1000.

Aclarado lo que no quiero hacer, vamos a lo que sí quiero hacer. Ni la menor idea. Se me pasan por la cabeza muchas cosas. Donde estaba cuando empecé esto y donde estoy ahora. Que hice durante todo este tiempo. Que cosas pude hacer gracias al blog y que cosas pude contar acá. Hay muchísimo y, como yo, un poco extremista. Desde el odio profundo de los fracasos del libro hasta la máxima alegría cuando conseguí publicarlo. Desde toda la gente genial que conocí por YaVeremos hasta Flor.

Este post se me está complicando más de lo que me imaginaba. Estoy como medio duro para escribir, no fluye tan fácil como antes. Mientras escribe esto, paro para leer posteos viejos. Algunos me parecen geniales y siento que ya no puedo escribir así. Y me da bronca. Otros me parecen una porquería y tengo ganas de borrarlos.

Casi todos los días me dan ganas de escribir acá. Nunca lo hago. Me pasa algo, se me ocurre algo, me cruzo con alguien y pienso “esto va al blog”. Y después no va al blog. Entonces se me ocurre que debería obligarme a escribir más seguido. Pero si me obligo, pierde el sentido. Se supone que esto lo hago porque me entretiene.

Por ahí me voy a contradecir con lo que puse un par de párrafos arriba y voy a recapitular un poco todo este año. Pero es difícil, como que hay censura. Auto censura. En las cosas buenas, un poco por culpa y otro poco porque sigo con la sensación de que cuando te pasa algo realmente bueno, la gente no se alegra por vos. Vamos a un ping pong. Un párrafo bueno, uno malo. Aunque ya no se dice malo, sino que en las evaluaciones de performance se dice que son ítems a mejorar.

Sin orden en particular.

Bueno. En Agosto estuvimos 3 semanas en Europa con Flor y fueron espectaculares. Recorrimos Ámsterdam, Berlín, Praga, Viena, Atenas y Milán. Pude hacer cosas increíbles. Praga es alucinante. Estar caminando al lado del Partenón es algo que nunca pensé que iba a hacer en mi vida. Praga es, probablemente, la ciudad más linda del mundo donde pude ver Don Giovanni en el mismo teatro que se estrenó hace más de 200 años. Hice un crucero por las islas griegas y nadé en el Mar Egeo. Y, para cerrar, fui a ver un partido en el San Siro.

Malo. Las cosas familiares siguen igual que siempre. Fui al psicólogo casi todo el año, pero creo que quienes deberían ir son todos ellos.

Bueno. Toscana ahora duerme en la cama con Flor y conmigo. (Tal vez esto también sea malo).

Bueno. Excelente año de stand-up. Haciendo durante muchos meses dos shows por semana y fui dos veces a hacer el show a Rosario.

Bueno. Cambié (otra vez) de laburo y estoy en una empresa donde la gente es copada. Y me pagan más que en el anterior.

Malo. Pasó otro año sin que pise el gimnasio ni haga nada por el cuerpo.

Bueno. Estoy metido en una asociación (tal vez sea una secta, no puedo develar cual es) que me permitió conocer muchísima gente tremendamente interesante.

Malo. Casi que no estoy escribiendo más.

Bueno. Estoy con Flor.

Bueno. Terminé definitivamente Espirales (Segundo libro, primera novela) y estoy intentando publicarlo.

Malo. No estoy ni cerca de lograr publicar Espirales.

Bueno. Sigue apareciendo gente con ganas de jugar al Mortal Contest.

Bueno. Vi muchas pero muchas series. Black Mirror de lo mejor que hay. También The Night Of y Stranger Things.

Bueno. Gracias a Whatsapp estoy en contacto frecuente con un grupo de 10 amigos de la época de la universidad. Ahora quedamos desparramados por el mundo: Los Ángeles, Columbus, Owensboro, Madrid, Ginebra, Guayaquil y Buenos Aires.

Que difícil ahora. Al final, me quedaron un montón de cosas buenas y el post deja de tener gracia. Son mucho más entretenidos de leer cuando el protagonista la está pasando mal.

Todos los principios de año me propongo un montón de cosas. Cumplo algunas y otras me miento y las pongo como objetivo nuevamente para el año siguiente. Uno de todos esos objetivos, es escribir más seguido acá. Ojalá esta vez sea cierto. Ya veremos.

Leer Más...