Estoy paseando a Toscana. Paso por un bar, donde hay un tipo tomando solo, sentado en una mesa afuera. Lee el diario. Debe tener unos 60 años. Al lado de su mesa y acostado en el piso, un perro Labrador enorme. El perro totalmente tirado, con ganas de nada.
Toscana lo ve, se le acerca, lo huele y de repente... se tira boca arriba y bien abierta de piernas. Toscana es así, es fácil y directa. Ve un perro que le gusta y se abre de patas sin dudarlo. Los labradores están en general entre sus preferidos. Porque ella no se abre de piernas con cualquiera, ella en general busca perros grandes y con pedigree.
Ante una señal tan directa, el labrador se levanta y comienza a oler y lengüetear la entrepierna de Toscana. A los bifes, digamos. Menos mal que Toscana ya está castrada, sino tendría como 20 crías en casa.
Me quedo parado, sosteniendo la correa mientras espero a ver qué sucede con la situación. El tipo de la mesa mira los acontecimientos y me dice "yo veo esto y siempre pienso lo mismo, ojalá las minas fueran así de fáciles". Lo miré en silencio. Ese silencio quería decir "por favor señor dueño del labrador, realmente no estoy con ganas de ponerme a hablar de la facilidad o no facilidad de las mujeres en este momento ni asociar una especie de sexo oral entre perros con la posibilidad de tener relaciones sexuales con otro ser humano, voy a agradecer mucho que cambiemos de tema". O algo parecido. Pero el tipo interpreto que mi silencio era pie para que pudiera continuar con su teoría. Y siguió diciendo "la perra lo ve y se abre de gambas, ¿te imaginas si las minas se abrieran de gambas tan fácil? Sería genial esto".
Decidí que lo mejor iba a ser contradecirlo. Entonces comencé mi misión.
Yo: Las minas son igual de fáciles. (Lo dije con mucha autoridad en el tono)
Dueño del Labrador: ¿Cómo? (Me respondió con cierto titubeo, sin entender lo que le estaban diciendo).
Yo: Y si, las minas se abren de gambas (imitando su expresión) igual que los animales. Lo único que necesitas tener, es algo que ellas quieran.
Dueño del Labrador: ¿Qué? ¿A ver, qué tengo que tener?
Yo: Eso no lo sé, porque depende de cada mina. En algunos casos puede ser guita, el auto, el trabajo, fama, carisma, personalidad. Algo. Depende de lo que esté buscando cada mina.
Dueño del Labrador: No es así. Yo tengo auto, laburo y guita, pero no consigo lo que quiero.
Yo: Depende siempre de que estés buscando.
Dueño del Labrador: Yo busco una mina de 35-40. ¿Viste esos miñones de 35 que están tremendas? Bueno, busco una así. El tema es que esas buscan tipos de hasta 40-42 y yo tengo 62.
Ahí me di cuenta del problema. No es la diferencia de edad, sino que no gana la suficiente guita. Porque si queres una mina que tenga 27 años menos que vos y no le importe la diferencia de edad, tenes que ganar muchísima más guita de la que ganas, señor pervertido dueño del labrador que está lengüeteando a Toscana. Pero no se lo dije. Solo sonreí con cara de circunstancia, esperé a que Toscana termine y seguimos paseando.
Monday, May 9, 2016
Amores Perros
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