La Mesa de los Galanes

Cuando sos chico, en las reuniones familiares te sientan en la mesa de los chicos. Con el tiempo ascendes y te permiten sentarte en la mesa de los grandes. Ahí tocas el cielo con las manos, alcanzas la gloria. Esos grandes que antes no te dejaban sentarte en la mesa con ellos, ahora te toman como uno más y te incluyen en la manada. Ya sos un hombre. El tiempo pasa y estás siempre en la mesa de los grandes. El tiempo sigue pasando y varios de los familiares de tu generación tienen hijos y vuelve a aparecer la mesa de los chicos.

Mi duda es ¿qué pasa con los grandes-grandes? ¿Por qué está mal visto crear la mesa de los viejos? El tema es que los mismos grandes que te ninguneaban antes y te mandaban con los chicos, ahora se aferran con uñas y dientes a la mesa de los grandes. El próximo fin de semana, un primo de mi vieja cumple 60 años y organizó una reunión solo para su generación. O, como ellos prefieren decirlo, solo para grandes. Porque, pasados los 60, tienen que volver a segregar e inventar la mesa de los chicos. La otra opción sería reconocer que, en realidad, ellos ya están en la mesa de los viejos. Y nadie quiere un golpe de realidad. No importa la edad ni la mesa, lo importante es seguir mintiéndose.