Lo que Mata es la Humedad III

Después de varios intentos, logré que el administrador se dignara a apersonarse por el departamento a verificar el tema de la humedad. Aquellos lectores memoriosos recordaran el asombroso parecido del administrador con Aldo Rico. Esta vez, el parecido no era tal, ahora el administrador se dejó la barba estilo candado. Y todos sabemos que la barba candado es típica de garcas. Ser administrador de consorcio también es típico de garca, mi edificio se encuentra administrador por un garca al cuadrado. Casualmente, también un garca cuadrado.

Aldo lucía una campera roja fluorescente que encandilaba. Fue directo a ver la mancha de humedad. Miro fijo, pensativo, concentrado. Silencio durante unos segundos hasta que Aldo dijo "acá hay un tema con el agua, es un problema de cañerías". Felicitaciones, Aldo. Menos mal que viniste, no tengo ni idea que haríamos sin vos. Ahora, por favor, decime algo que valga la pena.

Del bolsillo de la campera roja, Aldo extrajo un aparatito de tamaño similar a un control remoto de televisor, aunque un poquito más ancho. El aparato parecía algo ultra moderno de una película de 1980. Con una especie de medidor de algo y en la parte superior tenía dos antenas de tres centímetros de alto. Aldo miró el aparatito, me miró y con un gesto de suficiencia exclamó "es un aparato muy sensible, es un detector de humedad". Oh, un detector de humedad, que invento tan útil.

Aldo acercaba el detector de humedad a la mancha de humedad de la pared y el detector comenzaba a sonar bip-bip-bip al ritmo de alarma de despertador. Eso es un detector de humedad. La parte que nadie dijo, es que debe ser un detector de humedad para ciegos, porque cualquier persona vidente puede utilizar sus propios ojos para detectar una mancha de humedad.

Mientras Aldo jugaba con el sensible detector, sonó su celular. Lo tenía en vibrador, me quede con la curiosidad de saber que tendrá de ringtone. Era su hija para decirle que podía acercarse con el auto a buscarlo. Aldo, ciertamente ofuscado, respondió "no, para eso me tomo el 59 y listo; no me sirve acercarme" y cortó el teléfono. Nos miró a mi novia y a mí y dijo "para acercarme, me tomo el 59 y listo, me deja en la puerta de casa". Esto nos lleva a dos conclusiones. La primera, Aldo desconoce que si habla por teléfono la gente que se encuentra a su alrededor también puede escucharlo. La segunda es que Aldo no tiene auto. El administrador garca no tiene auto. Yo quiero un administrador garca de verdad, que nadie en billetes al estilo Tío Rico, no que se tome el 59. El trabajo de administrador radica en robar, Aldo ni siquiera puede hacer bien eso. Un papelón, deberían expulsarlo de la asociación de administradores por no saber robar.

Aldo continuó mirando las diferentes manchas de humedad y tratando de llegar a un diagnóstico. Mirando una mancha en la pared del pasillo que va al baño argumentó "del otro lado está la rejilla, debe ser la rejilla". Le mostré que la mancha estaba a 40 centímetros del piso mientras que la rejilla se encontraba del otro lado, a la altura del piso y hacia abajo". Aldo no iba a reconocer ningún error, dijo "pasa que la humedad sube, hasta un punto y luego no sube más".

Mirando el techo del baño, Aldo dijo "esas manchitas son de humedad, se van con lavandina... pones agua y un chorrito de lavandina y listo. Un chorrito, no mucho, solo un poco. Digamos un 10% de lavandina en un 90% de agua, no más que un 10%" Aldo divagaba solo y quien quiera oír, que oiga. Cada tanto dejaba una pequeña pausa, se quedaba meditabundo para luego continuar "eso es aproximado, si pones 500 centímetros cúbicos de agua, pone 100 de lavandina" estuve muy tentado de avisarle que eso era un 20%, aunque no me anime.

Finalmente, desistió. Se rindió sin descifrar el misterio del origen de la humedad y quedamos en que nos iba a mandar al plomero e iban a tener que picar. Todavía restaba definir si picaban del lado de la pared del baño o del de la habitación. Pero que pican, pican.

Hoy estuvo el plomero, mismo plomero que la última vez. Picó la pared de la habitación. Revisó todo y llegó a la conclusión que el problema se encuentra en el desagüe de la bañera. Para solucionarlo, hay que picar el piso del baño, el trabajo se realiza en dos días, jueves y viernes de la semana que viene.

En conclusión, hay que picar todo el piso, los azulejos los reemplaza la administración. Actualmente son blancos, estoy autorizado a elegir de cualquier color siempre y cuando sean del mismo tamaño. Si son de otro tamaño, los tengo que pagar yo. Me tienta la idea de cambiar el color de los azulejos del piso, ponerle algo re loco tipo rojo; pero mi novia no me deja.

En realidad el color de los azulejos es un detalle. El tema más importante es que el trabajo demora dos días, que pasa con el baño durante la noche del medio. El plomero me dijo "la ducha queda perfecta, la podes usar sin problema; el inodoro queda provisorio". Acá viene una duda existencial, ¿alguien sabe lo que es un inodoro provisorio? Es cierto que en el mundo hay más celulares que inodoros. También es cierto que no son intercambiables. Y, si alguna vez me veo obligado a renunciar a uno, es mucho más probable que deje el celular. Así y todo, no tengo la menor idea de lo que es un inodoro provisorio. Le pregunté al plomero, amablemente me lo explicó. Es que el inodoro queda conectado el desagüe, aunque no la entrada de agua. O sea, lo puedo usar pero con balde.

Jueves de la próxima semana vienen los plomeros, pican, rompen y dejan el inodoro provisorio. Al día siguiente terminar de arreglar, dejan el inodoro definitivo y ponen los azulejos en el piso; que no se va a poder pisar por al menos cuatro horas. Y después de todo eso, va a tener que venir el pintor para arreglar la pared, lijar y pintar. Odio a los plomeros. Odio el trabajo de obra. Odio a todos.