Con el tema de la casa me había quedado en que volví a tener canilla de agua caliente pero no agua caliente. Según el plomero que la arregló, el problema era de la bomba de presión. Llamé al técnico de la bomba, me atendió la recepcionista. Siempre está bueno llamar a un service de algo y que te atienda una recepcionista. Claro indicio de una empresa seria. O al menos indicio de que la empresa tiene recepcionista. También es un indicio que todo va a ser más caro que un técnico sin recepcionista.
Quedamos que unos días más tarde me iba a llamar directamente el técnico para pactar la visita. La pregunta del millón es "¿Cuántos días más tarde?" Pregunta que, obviamente, le hice a la recepcionista. Y pregunta que (otra vez obviamente) no me supo responder. Solo se limitó a repetir su frase anterior, "en unos días te va a llamar el técnico para que puedas pactar directamente con él la visita".
Al día siguiente, alrededor de las cuatro de la tarde, me llama mi novia, que estaba en casa, era uno de sus días de home office. Un poco asustada me dice que recién habían tocado el portero eléctrico del service de la bomba de presión, que el encargado ya les había abierto y ya estaban subiendo. Todos temas de sensación de inseguridad moderna. Le dije que no los deje entrar. Ella hizo eso. Mientras tanto, volví a llamar a la empresa, me atendió la misma recepcionista intelectual del día anterior.
Yo: Hola, soy Alejandro del departamento (...) Vino el técnico.
Recepcionista Intelectual: Ah...
Yo: Habíamos quedado que me llamaba antes así podía estar.
Recepcionista Intelectual: ¿Y no te llamaron antes?
Yo: No.
Recepcionista Intelectual: Ah...
Yo: Necesitaría que vengan otro día.
Recepcionista Intelectual: No hay problema, te llaman para coordinar y vuelven a pasar.
Yo: Si, pero por favor que esta vez me llamen.
Recepcionista Intelectual: Te estoy diciendo que te van a llamar. (En muy mal tono)
Momento difícil, ¿Qué hago? ¿Le digo que la otra vez también me lo habían dicho y vinieron sin avisar? Si se lo digo, ¿se enoja? Y si se enoja, ¿no viene más? Decidí no decir nada, un poco por prevenido y otro poco por cobarde.
A los cinco minutos, me llaman los de la bomba. No la recepcionista intelectual, esta vez un técnico. Me explicó que los técnicos estaban en el edificio porque los habían llamado de la administración y, ya que estaban, podrían ver mi bomba sin cobrar la visita. Las palabras sin cobrar fueron la clave, al fin algo gratis.
Entraron los técnicos, vieron, revisaron, desarmaron, midieron y volvieron a armar. Llegaron a la conclusión que la bomba funcionaba a la perfección y se retiraron tal como habían ingresado. Otra vez sin agua y sin saber la causa del problema.
Llamé al service oficial de mi súper caldera marca Euterma. Porque, cuando pienso en calderas, pienso en Euterma. Otra vez una recepcionista me tomo los datos y me dijo que un técnico me iba a llamar para coordinar la visita.
Dos días más tarde, alrededor de las nueve de la mañana, sonó mi celular. Era el técnico oficial de Euterma, quedamos que iba a pasar al mediodía, aproximadamente a la una. Todo perfecto. Mi idea era tomarme un horario de almuerzo laboral algo extendido mientras este buen señor se dedica a arreglar la caldera. Adivinen si vino al mediodía. Dale, adivinen. No, no vino. Adivinen si llamó al mediodía para avisar que no venía. Dale, adivinen. No, no llamó. Llamé, me dijo que estaba retrasado e iba a llegar a las dos. Obvio que a las dos tampoco llegó. Dos y media me mandó un mensaje que llegaba tipo cuatro. Cosa que tampoco hizo. Finalmente, a las cinco me mandó otro SMS diciendo que había llegado. Al igual que el otro imbécil, este técnico también viene sin avisar. Creo que el problema es la reencarnación. Todos los técnicos, plomeros, service de algo o instaladores de cable o internet en vidas anteriores fueron reyes o emperadores o zares o cosas así. Los tipos vienen genéticamente preparados para tener a la gente a su disposición. Y nosotros, los inútiles que no sabemos arreglar nuestra propia caldera, debemos quedarnos sentados esperando a que este buen señor se digne a hacer su trabajo que se había comprometido a hacer y por el cual nosotros le pagamos para que haga. Así estamos.
Cuestión, le pedí permiso a mi jefe, salí a las cinco, tomé un taxi y llegué a casa. Mi novia estaba en el living, me dijo que el técnico estaba en el baño probando la ducha. Fui al baño. La ducha estaba prendida. Toda la cortina abierta. Y el técnico parado en el centro del baño, con un brazo extendido cual el Cristo Redentor de Río de Janeiro y la mano izquierda bajo el agua de la ducha. Lucía una sonrisa de suficiencia, como si fuera él mismo quien hubiera hecho llover.
El técnico se parecía mucho a Chris Penn, el hermano menor de Sean que palmó de sobredosis. Es uno de los de Perros de la Calle, el petiso gordito, Googleen. La diferencia es que no estaba vestido como los de Perros de la Calle. Chris nos deleitaba con un pantalón de jogging color negro marca Adidas, un buzo polar color celeste y la marca de una gorrita en el pelo, indicio que la luce todo el tiempo y se la saca para trabajar. Un look bastante conurbano, digamos.
Entro al baño y me encuentro a Chris tocando el agua, con su sonrisa. Me mira y va a hablar. Pensé que estaba por ponerse a cantar "Es una Experiencia Religiosa" a lo Enrique Iglesias y tirarse bajo la ducha, me dio algo de miedo. Por suerte no lo hizo, mis miedos no eran fundamentados. Chris me dijo "sale caliente, la caldera funciona perfecto".
El tema con la ducha es que una vez cada diez salía agua caliente y, cuando quería, dejaba de salir. Por supuesto que la vez que Chris prendió la ducha, salió caliente.
Chris: Sale caliente, la caldera funciona perfecto. No tengo más nada que hacer acá (dijo como si hubiese hecho algo).
Yo: Muy rara vez sale caliente y si prendes la fría se corta. O si la apagas y volves a prender sale caliente.
Chris: No creo.
Cerré la canilla, volví a abrirla y solamente salía agua fría.
Yo: Ves, sale fría.
Chris: Tenes que esperar cuatro a cinco minutos que caliente.
Yo: No, no puede ser.
Chris: Si, es lo que demoran estas calderas.
Yo: Hasta hace dos semanas demoraba 20 segundos en calentar, no puede demorar tanto.
Chris: Es así.
Nos quedamos los dos en el baño bajo un silencio incómodo. Él esperando que el agua comience a salir caliente, yo sabiendo que se iba a mantener fría. Los minutos pasaban a la vez que su sonrisa de suficiencia fue desapareciendo lentamente de la comisura de sus labios. El agua nunca salió caliente.
"Bueno, veamos la caldera" me dijo mientras apagaba la ducha haciéndose el que no pasó nada pero con tono de cierta frustración al darse cuenta que iba a tener que trabajar.
Fuimos para la cocina y empezó a desarmar la caldera. Bueno, mentira, no desarmo nada, solamente sacó el frente y empezó con las preguntas. Me parece que Chris creía que era médico y la caldera paciente mientras yo debía responder las preguntas. Algunas de las preguntas fueron "¿de dónde viene el agua fría?", "¿para qué lado va este caño?", "¿este es el cierre de la llave de paso?" Me sorprendieron un poco, se ve que asumí mal que esas cosas las debería saber el técnico. Después pasó a otra tanda de preguntas, más de diagnóstico, "¿notaron algo extraño en la caldera últimamente?". "Solo que no funciona más" quise responderle pero no me animé. Solo atiné a decir "no". Aunque no fue suficiente para Chris, quien inquisitivamente prosiguió con el cuestionario,
Chris: ¿Nada extraño? ¿Ruidos raros?
Yo: ¿Ruidos Raros? ¿Cómo cuáles?
Chris: Ruidos de explosiones.
Yo: No, ningún ruido de explosiones. No estaría en el departamento si llegara a escuchar ruidos de explosiones.
De mala gana y sin más por preguntar, Chris se puso a trabajar. Era uno de esos narradores que explican lo que van haciendo. Estilo "ahora saco esto" o "ahora pruebo lo otro". Mi novia y yo, en el living, no le prestábamos mucha atención y se palpaba cierta incomodidad en el aire.
Unos 15 minutos más tarde, Chris descubrió el problema. Era el rotámetro. ¿Cómo no me di cuenta antes? Cuestión, milagrosamente él tenía un rotámetro de repuesto en el auto y fue a buscarlo. Volvió, lo cambió y todo listo. Salvo el precio. Porque Chris me hizo una factura en la que detallaba el importe del rotámetro, el cargo por la visita y la mano de obra. O sea, la visita es solamente visita, no incluye mano de obra. Chris cobra por hacer acto de presencia, es como las minitas lindas de los boliches. Pero bueno, nada importa, ahora tengo rotámetro nuevo y agua caliente. Ya veremos por cuanto tiempo.
Wednesday, July 17, 2013
Una Experiencia Religiosa
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que bueno leer de vez un cuando un post con final feliz
ReplyDeleteque dure y dure
Mientras vos comentabas esto, yo estaba escribiendo el post que publique recien, que no me parece que sea tan feliz... depende de que lado estes. abrazo.
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