Wednesday, June 26, 2013

Feliz Cumpleaños a Mi 2013 – Parte III

Previously on YaVeremos:
- Feliz Cumpleaños a Mi 2013 – Parte I
- Feliz Cumpleaños a Mi 2013 – Parte II

Volviendo al director, a los seis meses le conté de otro posgrado, uno similar al que no me quisieron pagar pero que costaba menos de la mitad. No me respondió nunca. Me junté para ver lo del aumento. Me increpo "¿pero vos por qué crees que tenes que tener un aumento de sueldo? ¿Por inflación?" Le expliqué que no, que era porque me habían contratado para hacer una cosa y estaba haciendo 14. Y 13 de esas 14 no tenían nada que ver con lo que había estudiado ni estaban vagamente relacionadas con la descripción original del puesto. También dije que las estaba haciendo desde hacía cinco meses y bien. Me respondió que no había presupuesto. La parte del posgrado no me la contestó nunca. Y, la frutilla, me dijo que en la empresa las cosas eran así. Te contratan para una cosa pero hay que hacer muchas más.

Ya estábamos por Junio y fue el mes más interesante de todos. Por algún motivo que desconozco, el director dejó de hablarme. No me hablaba. Mi escritorio estaba a cuatro metros del de él y no me hablaba. No me saludaba, no me consultaba nada de trabajo. Podía seguir haciendo mi laburo o no hacer nada, el tipo no me dirigía la palabra. Dejo de hablarme por completo. Antes de eso, estaba todo (bastante) bien, al menos en lo laboral. Teniamos varias reuniones juntos, armabamos cosas. El tipo estaba al día de mis cosas. De repente, nada de nada.

En ese momento paso algo muy divertido que es que dejé de ser jefe, aunque nadie me avisó. Para que se entienda, el director se juntó con las empleadas que dependían de mí y les contó que iba a entrar un nuevo empleado que iba a estar a cargo de toda esa área, mientras que yo iba a pasar a otro sector. Pero a mí nadie me aviso. Debe haber pocas cosas más extrañas en la vida pensar que sos el jefe de un grupo de empleadas y no serlo. Que ellas sepan que no lo sos, que tu jefe sepa que no lo sos, pero que vos no lo sepas. Y que nadie te avise. Juro que no es tan divertido como suena. Es más, es lo más parecido que viví a que me hicieran una cámara oculta.

Entre el no-aumento, la no-respuesta respecto al posgrado, el no-comunicación y el cambio de puesto sin aviso, dije basta. Era el momento indicado para irme. Me puse a tirar curriculums y menos de un mes después conseguí trabajo en una empresa de internet, que sí ofrecia beneficios. Faltaba lo difícil, avisarle a mi jefe que me renunciaba. Y más difícil todavía, que acepte hablar conmigo. Fui para su oficina sin pedir permiso ni reunión.

Yo: Vengo a avisarte que conseguí otra cosa, me voy.
Director: Aja. ¿A dónde vas?
Yo: A una empresa de internet.
Director: ¿Cuándo?
Yo: El viernes de la semana que viene va a ser mi último día acá, doy las dos semanas de preaviso. Por favor avisame a quien tengo que delegarle mis cosas así paso todo y dejo todo como corresponde.
Director: Bueno.
Yo: Lo único que te quería pedir es que el mismo viernes que me voy, me paguen todo. Sueldo proporcional, aguinaldo, vacaciones, etcétera.
Director: Y... la verdad que no lo sé.
Yo: ¿Cómo que no sabes?
Director: Y no, vos te estas yendo de una manera muy desprolija, así que no se si te vamos a pagar.
Yo: No, mira, la ley dice que el empleado debe dar dos semanas, pero no está obligado a hacerlo.
Director: No me parece.
Yo: Sí, es así.
Director: Bueno, mándame un mail confirmando que renuncias, voy a hablar con la chica de pagos a ver que se hace.

Le mandé el mail comunicándole la renuncia y con un link a la ley, donde dice lo mismo que dije más arriba. No me respondió. Ni me hablo. Ni nada de nada durante la primera semana del preaviso. Fui a hablar con la chica de pagos, me dijo que no sabía nada de nada. Es más, ni siquiera sabía que había renunciado.

Esa misma semana, el empleado nuevo a cargo del área me ofreció continuar trabajando de manera independiente para la empresa. Me ofrecía un tercio de mi sueldo por hacer el trabajo original para el cual me habían contratado. Que, dicho sea de paso, nadie sabía hacer. El problema era ese. Me iba y nadie podia reemplazarme. No porque fuera dificil mi labor. Pasa que ni siquiera sabian usar el Excel ahí adentro. Mi respuesta fue, textual, "ni en pedo". Le dije que si el director quiere que siga laburando, me lo pida él. Porque, ante todo, los caprichos.

Todo mi trabajo era para una empresa externa. Y, por ese trabajo, cobraban 2,5 veces mi sueldo. Usando el ejemplo de los $1000, la empresa cobraba $2500 y quería que yo hiciera absolutamente todo por $333. Algo que no iba a pasar. Nunca llegué a contraofertar, solamente dije que por esa plata ni lo pensaba considerar.

Durante mis escasos ocho meses en ese lugar, sabía que a la gente que renuncia no le pagaban. A los que joden mucho, les pagaban en cuotas y varios meses después. No iba a ser mi caso. Durante mi primer semana de preaviso nadie me hablo. El viernes hable con la chica de pagos y me dijo que no tenia ni noticias de lo que me deberian pagar.

El martes siguiente dije basta. Fui a hablar otra vez con la chica de pagos (el director seguia sin hablarme) y le avise que en caso que no me pagaran todo, iniciaba una demanda en la cual iba a agregar discriminación porque no me habían dejado tomarme los días de fiesta judía. La mina se puso pálida. Porque es una idiota; pero, a diferencia del director, ella si conocía la ley. Se preocupó un poco y funciono bien, porque al final cobre todo lo que me correspondía en tiempo y forma.

Al día siguiente de haber dejado de trabajar, el tipo que me había ofrecido $333 me volvió a llamar. Me dijo que habló con el director y se podía estirar como máximo absoluto a $550. Le dije que no era solamente un tema de plata, también había que considerar seguir trabajando con alguien que no cumple sus promesas ni me llama para pedirme esto, con lo cual no confiaba y tendría que cobrarles por adelantado. Obviamente ellos no estaban dispuestos a pagar por adelantado, así que quedo todo en la nada. Unos días más tarde, empecé a laburar en la empresa de internet, donde todavía sigo.

Así fue mi año "dinero". Laburando en un lugar que era un desastre pero que me dejo incontables anécdotas, muchas de las cuales no se pueden publicar. Algunas otras tal vez las vaya publicando con el tiempo.

Igual confieso que no conté todo. Me saltee a una persona. En la empresa había una colombiana de quien hay infinitas anécdotas más. Pero no puedo. Porque todo lo que conté antes me parece gracioso. En cambio, la colombiana, es por lejos el peor ser humano que conocí en mi vida.

Y el sábado pienso ir a jugar a la quiniela. Voy a jugarle a todos mis números y cualquier otro posible derivado en todas las quinielas disponibles. Más les vale que salgan mis números. Más les vale.


Continuara.
Mañana se viene amor.

5 comments:

  1. necesito saber la historia de la colombiana, es una cuestion de salud ya...

    excelente post loco

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    1. ya voy a contar todo lo de la colombiana... creo que puedo hacer un libro solo con ella.

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  2. Yo también tuve una vez un jefe que dejó de hablarme, me siento menos sola.

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    1. mal de muchos es re consuelo.

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    2. Sil, perdon que no respondi nunca esto!
      Es que son todos iguales los jefes de pymes? En el post anterior una chica conto que le paso algo parecido... hay que matarlos a todos! beso.

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