Monday, February 4, 2013

Operación Triunfo

A mediados de Diciembre, en un examen de rutina, le detectaron cálculos en la vesicula a mi novia. De ahí consulta con el clínico que la derivó con el cirujano. Porque eso es lo que hacen los clínicos, derivar. Primero la había derivado a hacerse exámenes, con los resultados de los exámenes en mano, deriva con quien va a solucionar los problemas. Lo dije un monton de veces y no me canso de repetirlo; para lo único que sirven los médicos clínicos es para unir con flechas. Si son copados, también sirven para hacerte recetas y que puedas conseguir descuentos en farmacias. Pero nada más.

Pasaron las fiestas y a mi novia nunca le dolió nada. A principios de Enero fue la consulta con el cirujano, quien le dio dos alternativas a mi novia. La primera, operar. La segunda, esperar a que le doliera y operar. Podria empezar a dolerle al dia siguiente o en cuatro años, pero en algun momento le iba a doler. Y mucho. Y operar iba a haber que operar. Mi novia decidió que cuanto antes mejor. El médico dijo que literalmente cuanto antes mejor, porque a fines de enero se iba a ir de vacaciones. Acordaron fecha para el viernes 11 a las dos de la tarde.

Mi novia se hizo los exámenes de rutina, se fue a dar la antitetánica en Farmacity. Pésimo lugar para que te den vacunas. Los tipos no son farmacéuticos, solo acomodan cajas en un local que parece un shopping. Se le hizo una bolita en el lugar del pinchazo y le dolió durante los siguientes cuatro días.

Llegó el día de la operación. Teníamos que hacer el check-in a las 12. Porque en las clínicas se hace check-in, eso lo aprendí hace poco. Muy poca onda todos los empleados administrativos, que nos fueron derivando desde el planillero en recepción al empleado de informes y de ahí a la empleada del check-in, quien con una actitud altanera completó nuestros datos, como si nos estuviese haciendo un favor. Oh, muchas gracias señora de recepción por dignase a tipear nuestros nombres en su computadora. No sé qué haríamos si usted no estuviera acá brindándonos tan magnánimo servicio. Maldita gente con delirios de grandeza que no podes poner en su lugar.

De ahí a hacer el deposito, tenes que dejar $1000 en garantía. Obviamente el cajero también tiene su actitud pedante. ¿Por qué no tenerla? Es cajero en una clínica médica. Es el encargado oficial de recolectar depósitos y, al final del día, hacer un balance de caja. No estamos hablando de cualquier cosa. No no. Este es un señor muy importante, es por eso que me trataba como si estuviese interrumpiendo su trabajo. Dejas la plata y a cambio te dan un recibo y un menú con todos los precios. Desde la botella de agua a $15 hasta la cama del acompañante por $350. Pasando por el almuerzo a $30, la cena a $45 y otras bondades hoteleras que ofrecia la clínica.

Finalizadas las formalidades, el botones nos acompañó a mi novia, a su mamá (la de mi novia, no del botones) y a mí hasta la habitación. Igual poco solidario el botones, nunca se ofreció a cargar el bolso. El tema de los bolsos y mi novia siempre es complicado. Para una internación de 24 horas, ella llevó: dos jeans (uno puesto, otro en el bolso), un pijama, dos remeras, dos pantalones de jogging, un vestido. Un par de zapatos, uno de zapatillas y otro de ojotas. Más mudas de ropa interior. No es chiste. Eso es lo que ella considera lo mínimo indispensable para una noche de hospital. Imagínense el bolso que habíamos llevado para estar dos semanas en Brazil.

La habitación muy limpia, vista al contra frente porque nuestra obra social no cubre ocean-view. Una cama, un sillón grande, otro pequeño, una mesita. Todo muy moderno. Salvo la mesa de luz, de madera oscura, con un cajón y una puertita de esterilla, parecía sacada de una botica de 1930. Mucho no combinaba con el resto de las cosas. Dos cuadros pequeños en las paredes con unas imágenes que no estoy seguro que significaban. Creo que el encargado del arte de la clínica compra los cuadros en Carrefour. Una tele LCD bien clavada a la pared para que no te la puedas robar, pero solo de 20 pulgadas. Mi novia se tiró en la cama y empezó a jugar camarri-bacamaabajo por los siguientes diez minutos y sugirió con énfasis que pongamos una cama así en casa.

Al ratito llegó una enfermera. Con una mala predisposición y actitud que combinaba con la del resto de los empleados, dejó un jabón desinfectante, le indicó a mi novia como enjabonarse y le dijo que esté preparada. Era la una de la tarde y la operación estaba programada para las dos.

La hora de espera es tediosa. No sabes que hacer y tampoco hay mucho para hacer. Mi novia se bañó y se vistió con el uniforme de cirugía, que consistía en un poncho grande de color celeste que intentaban vendértelo como bata, pero no era una bata. Unos zapatos de color verde de la misma tela que el poncho, creo que son los mismos que usa Robin. Y un gorro para el pelo. Ya toda vestida y ante el horror de su madre, le saqué dos fotos. No puedo publicarlas. Pero aclaro que no estaba muy sexy que digamos, pero si sonriendo y posando.

Pasaron las dos de la tarde y no vinieron los camilleros. Dos y media y tampoco. Dos cuarenta y cinco y seguían sin venir. Nervios. A las tres me acerqué al puesto de enfermeras para consultar por la demora. Me dijeron "debe haber una demora". Esa parte ya la sabia, volví a interrogar a la enfermera. Me dijo "a veces se atrasan un poquito, debió haber habido un pequeño problemita, pero en un ratito van a venir a buscarla". Todo en diminutivo, como si un problemita fuera mucho menos peor que un problema. Más o menos lo mismo que dicen en los aeropuertos cuando un avión se demora. Pero la duda existencial radica en la definición de "un ratito". Porque, para mí, un ratito no son más de 10 minutos. Peor no sé cuánto es un ratito para la enfermera. Intenté preguntarle, pero solo volvió a responder "un ratito".

Volví a la habitación y seguimos esperando. Pasaron las tres, las tres y media. Nada de nada. Tres cuarenta y cinco salí de la habitación y caminé dos pasos hacia el puesto de enfermeras. La enfermera me vio. La vi. Cruzamos miradas. No dije ni una palabra, pero ella sabía que estaba yendo a reclamar. Entonces se le transformó la cara y me miró muy mal. Frene y sin decir nada, di media vuelta y volví a la habitación. La enfermera, solamente con una mirada, infundió terror. Creo que les tengo miedo a todas las enfermeras. Desconozco si es por mi aversión al dentista o si es por la película de Jack Nicholson, pero me dan miedo.

A las cuatro finalmente llegaron los camilleros y se llevaron a mi novia. Ese es un momento extraño. Por un lado es "por fin" pero por otro es complicado, una sensación rara difícil de explicar. Salí a dar una vuelta manzana y después hable un rato con unas empleadas de limpieza. Hasta ese momento, únicos empleados con cierta amabilidad que conocí. Me contaron que muchos famosos se atienden en esa clínica. Por ejemplo, Fabian Vena que —según ellas— es un asqueroso. El arquero de la selección tuvo ahí a su hijo. También Tinelli se atendió ahí y resultó muy buen tipo.

45 minutos más tarde, me llaman al celular y me dicen que mi novia salió de la operación y fue un éxito. Me pidieron que me acercara hasta el quirófano para que el cirujano me diera el parte. Eso hice. El cirujano me dijo que fue todo excelente, sin ningún problema, todo fantástico, que mi novia estaba despierta y en unos minutos la iban a llevar otra vez a la habitación. Volví a la habitación a esperar.

Unos 15 minutos después, llegaron los camilleros con mi novia. Nos pidieron que saliéramos de la habitación para acomodarla. La mamá de mi novia y yo salimos. En el pasillo, mi novia acostada en la camilla. Tenía los ojos abiertos, pero no estaba del todo despierta. Solo fueron 10 segundos que la pude ver, en seguida los camilleros la entraron en la habitación. Nosotros esperando afuera por unos tres o cuatro minutos que parecieron horas. Los camilleros salieron y nosotros pudimos entrar. Detrás nuestro, la enfermera mala onda quien fue a acomodar el suero.

Mi novia pálida, temblando y con cara de pánico. Casi sin poder hablar, le dice a la enfermera "me duele" y la enfermera responde "y si nena, recién te operaron, es normal" y se fue. O sea, ponele que para la enfermera es normal porque lo ve todos los días. Pero para mi novia no, para mí tampoco y para su mamá tampoco. Igual no le importo demasiado. Le pedí unas frazadas y, con gesto pedante me respondió "hay en el placard". Perdón enfermera, no sabía que este estaba molestando cuando te pedía que hicieras tu trabajo. No va a volver a suceder. Busqué más frazadas mientras mi novia con poca amabilidad le pidió a su madre que se fuera.

Las tres horas que siguieron entran en el Top 5 de los peores momentos de mi vida. No sé si alguno vio cómo sale una persona de una operación, pero no está nada bueno. Todos te dicen que la operación es una boludez, que es laparoscopia, que son solamente 40 minutos, que la hace el jefe de cirugía de la clínica y que el tipo es re groso y todo eso. Probablemente sea cierto desde el punto de vista médico. Pero quedarte solo ahí, no está nada bueno.

Me quede en la clínica hasta pasadas las 10 de la noche y me volví a casa. La mamá de mi novia durmió con ella en la clínica. A la mañana siguiente volví y al mediodía estaba todo listo para el alta médica.

Tuve que volver al área de administración para que me devolvieran los $1000 del depósito. Nuevamente me atendieron bastante mal. Se supone que vos vas a la clínica por un tema de salud y preocupado por eso. Los empleados de administración son tan pero tan copados, que para sacarte la preocupación por la salud, te tratan mal. Entonces vos te pones un poco de mal humor por eso y, durante unos instantes, te olvidas del problema de salud. Es un plan genial, esos tipos son unos capos. O sea, sé que los empleados de administración de la Clínica Trinidad de Palermo parecen unos reverendos hijos de re mil puta y soretes mal cagados por atender mal. Pero no. No lo son. Solamente lo hacen porque están pensando en vos.

El trato de las enfermeras, en cambio, es aleatorio. La primera fue un desastre. La segunda excelente y la tercera más o menos. El cirujano y el medico clínico muy bien y eso es lo importante. Creo.

Check-out a las 17 horas de haber salido de la operación. Porque las camas tienen que rotar, sino no es negocio.

7 comments:

  1. Que bronca da que te atiendan de mala gana, así sea por un tema de salud o para comprarte un par de zapatos!
    Pero en tema de salud se llevan todos los premios a pésima atención sea donde sea!
    Saludos!

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  2. Patricia, no se entiende que gente que laburo atendiendo al publico te atienda mal. o sea, es tu laburo ese!
    beso

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  3. Mucha bronca! A mi siempre me hubiese gustado trabajar en esos lugares para ser la persona que realmente trabaja, y ser la que atiende bien. No puedo entender como estos forros no se ubican, no se dan cuenta de que uno está pasando por un momento de mierda y en consecuencia son amables. Uno no pide que lo mimen, pero tampoco que lo traten tan mal!
    De todos modos, me alegro que ya todo haya pasado.
    Y sirvió para que nos des tu opinión sobre esa clínica, ahora yo al menos, no iría ni loca.
    Un beso

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  4. Muy fuerte que te traten mal!

    Yo tuve la "suerte" de ser operada de urgencia, así que zafé de todo lo previo.
    Salí de la operación divina, pero a las horas me vino un dolor y una dificultad para respirar que me hizo pensar que estaba muriendo.

    Hasta que un enfermero buena onda me explicó que cuando se hace laparoscopía, te inflan (literalmente) con un gas, para poder trabajar tranquilos.

    Pero.. el gas tiene que salir por algún lado.. y ahí viene el asunto.

    24hs. mas tarde estaba en mi casa, y 72hs luego en la oficina.

    Eso sí, comparto con tu novia el asunto de la ropa. Lo que llevó, es lo mínimo indispensable.

    Y suerte que se quedó la madre. Yo no tuve esa opción, se quedó mi por entonces novio, que roncó a pata suelta la noche entera, mientras yo aullaba.

    En fin..

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  5. Chivi, demasiada bronca!
    Igual yo volveria a la clinica porque los medicos atendieron bien. A veces no podes elegir clinica y bueno, caes en eso. Ojala se googleen y lleguen aca. Beso.

    Mary Reed, igual en la operacion de urgencia tambien tenes algunas de estas cositas, como lidiar con enfermeras y todo eso.
    la madre de mi novia no ronco, pero digamos que si durmio bastante comoda... beso

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  6. Ja! Para ser una clinica privada se ve que fue una cagada. A mi mama el año pasado la operaron de cancer en el Durand, y tanto los medicos como los administrativos como los enfermeros fueron muy amables y cordiales. Ademas, durante la operacion necesitaron un equipo mas((no me acuerdo bien que era lo que hacia falta))y lo pudieron traer porque estaba continuamente de guardia, cosa que en un privado no pasa. Aguante la salud publica! A pesar de todo!

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  7. Lula, bueno, aguante-aguante la salud publica tampoco... deberia ser mejor que es, pero no da ponerse a celebrarla.
    espero que lo de tu mama haya salido todo bien. beso.

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