Thursday, February 28, 2013

The Doors

Son muchos los lugares donde falta educación. Córdoba es un claro ejemplo. Pero no hablaba de la educación formal, sino social. En los pequeños detalles que no lo son tanto. Por ejemplo, las puertas.

En Estados Unidos hay códigos respecto a las puertas. Uso de ejemplo Estados Unidos porque, cuando era chico, Estados Unidos era lo mejor del mundo. Todos queríamos ir a Disney y nos asombrábamos porque la gente respetaba las normas de tránsito y nadie tiraba basura a la calle. En este siglo, todo cambio y ahora Estados Unidos son los más malos de todos. Y además, todos los yanquis son idiotas y no entienden nada y no saben dónde está Argentina. Por más que hayan puesto a un negro en la Casa Blanca, igual los odiamos.

A pesar del odio, tenemos que reconocer que en cuanto a puertas se refiere, están mucho más avanzados. Las puertas de todos los locales o edificios (que no son automáticas) se abren hacia afuera. La lógica dice que en caso de alguna emergencia, la gente de amontonaría en la puerta y si esta no se abre hacia afuera, se podría producir una tragedia. Entonces, todas las puertas unificadas se abren hacia afuera. Acá no pasa eso, acá se abren para donde le pintó al obrero que puso la bisagra. Entonces, nos vemos en la obligación de leer los carteles de "tire" y "empuje". Pero como somos tan capos, no leemos. Por eso siempre empujamos las puertas, estas no se abren, leemos el cartel grande que dice "tire" y pasamos a sentirnos un tanto idiotas.

Hay otras puertas complicadas, por ejemplo, la de los ascensores automáticos. En realidad no son las puertas las complicadas, sino la gente con complejo de superhéroe. Por ejemplo, todo ascensor automático tiene un botón para mantener las puertas abiertas, es el que tiene un iconito más o menos así << >>. Algunos ascensores también tienen un botón de parar. Pero no usamos ninguno de los dos porque no nos hace falta. Lo que hacemos es, cuando se está cerrando el ascensor, metemos y sacamos rápidamente la mano, el brazo o hasta la pierna entre la puerta y el marco esperando que el lector de puerta vea movimiento y se vuelva a abrir. Hay que ser realmente un imbécil para hacer cosas como esta. Es una relación costo beneficio que no tiene sentido. Porque si el ascensor ve tu mano y la puerta se abre, todo bien. Pero si no, quedan dos alternativas. La primera, la puerta se cierra y el ascensor se va. En ese caso, tenes que esperar alrededor de un minuto a que vuelva a tu piso. O, lo que podría llegar a pasar, vos te distraes y la puerta agarra tu mano. Las chances de que eso llegue a pasar son extremadamente bajas. Pero, si te pasa, es muy probable que el ascensor le gane a tu mano y vos no solamente pierdas el ascensor, sino también quedes con un muñón. Son de esas cosas que pasan menos de una vez en mil millones, pero no debe estar bueno salir en el noticiero como el elegido que perdió la mano tratando de frenar un ascensor.

Igual, lo más complicado de todo es la educación en sostener la puerta para que pasen los demás. Por un lado, por educación hay que dejar pasar a las mujeres. Pero, por otro, las maleducadas son las mujeres que pasan antes que las dejes pasar. O sea, no te pido mucho, pero si queres un gesto de caballero, compórtate como una dama. En el único lugar que estamos exentos de no respetar las reglas de caballerosidad es en los transportes públicos. Ahí entra el que entra y sale el que sale, sálvese quien pueda y no importa nada. Incluso a veces se entra antes que se salga. La vida moderna es así.

El tema raro es sostenerle la puerta a una persona que va a pasar pero todavía está lejos. Ponele que vas caminando y estas a cinco metros, justo alguien sale y te sostiene la puerta para que vos entres. Esa persona se queda parada, sostiene la puerta y durante esos segundos su única misión en el mundo es esperarte a vos. Eso me pone en un compromiso horrible, me genera la obligación de ir al trotecito hasta la puerta porque si voy caminando me siento pedante y parece que estoy abusando. Encima no está claro a que distancia hay que sostener la puerta. Si está viniendo pero a 10 metros, ¿se sostiene o no? Creo que debería haber una línea amarilla pintada en el piso que diga "a partir de acá, sostener la puerta" y listo. Es una ley, es igual para todos. Pero como siempre, hay un vacío legal. Mientras tanto, si me ves venir, no me sostengas la puerta que me pone incómodo.

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Wednesday, February 27, 2013

Problemas Inesperados

Desde el jueves hasta ayer vendí 10 libros. Bastante digno, teniendo en cuenta que solamente lo vendo yo. No está en librerías ni distribuidoras, ni va a estar. Tampoco en kioscos de revistas ni nada por el estilo. Me lo compran a mí por mail y punto. Y si no se vende ninguno más y quedan todos en cajas en mi casa, no me importa.

Las ventas trajeron dos problemas. El primero, el precio. Ya lo dije, el precio es $75, con la excepción de quienes lo compraron en ideame, que cuesta $40. En realidad el precio no es un problema, el problema es que me cuesta venderlo. Pararme y decir "¿queres el libro? Son $75". Me da un poco de vergüenza y termino diciendo "ehh... bueno... en realidad..." y no sé cuánto cobrar. O de repente si alguno es un familiar cercano (mío o de mi novia) o algún amigo que colaboro con el proyecto, o quienes viven más lejos y deberían pagar envío; me siento en la obligación de regalárselo. Y no es así. O no debería serlo, pero lo hago igual. Hoy digo basta. ¿Queres el libro? Son $75. Y no se lo regalo a nadie.

El segundo problema es con quienes ya lo compraron. Paguen lo que paguen, quieren el libro con dedicatoria. Algo lógico y coherente. Tengo varios libros dedicados en mi haber y el más preciado es Toda Mafalda, firmado por Quino en una Feria del Libro hace ya muchos años. Cuestión, todos los que me compraron el libro me conocen y lo quieren dedicado. Y ya no sé qué escribir en la dedicatoria. Se me acabó la creatividad. En realidad nunca la tuve porque ya desde el primero que dediqué siento que es muy goma lo que escribo. "Gracias por tu compra" me suena hasta casi ofensivo. "Gracias por el apoyo" me suena hasta casi pornográfico. "Gracias por tu colaboración" me suena a que estoy vendiendo la solidaria. Además, eso es solo un renglón y creo que debería dedicar una carilla entera. Como solución provisoria, estoy dedicando cada vez con letra más grande. Creo que me voy a buscar ahora a Google algunas dedicatorias standard y con eso soluciono todos los problemas que me aquejan. Estos problemas que trae la fama de ser un autor consagrado.

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Tuesday, February 26, 2013

Lawn Tennis Club

El domingo fuimos con mi novia a ver la final de la Copa Claro en el Lawn Tennis. No es muy complicado de ir, solo hay que comprar las entradas y apersonarse en el estadio. Lo difícil es comentarle a alguien que vas a ir, porque la primera pregunta que te hacen es "¿te regalaron las entradas?" No no, las compré solito.

Llegamos al estadio algo después de la una del mediodía, el partido estaba previsto para las dos. Agarramos el gorrito rojo muy feo que regalaba la gente de Claro, revista con el programa y cualquier volante que repartían. Por ejemplo, había promotoras de DeAutos repartiendo cupones de descuento mientras decían a viva voz "descuentos en DeAutos". ¿Qué se entiende por descuentos en DeAutos? Yo entiendo descuentos en autos. O a lo sumo, descuentos en algún service. Estaba equivocado. Lo que ofrecían era un 50% de descuento para publicar tu auto usado. Muy ratas.

Caminamos por el resto de los stands. Había uno del Gobierno Nacional y otro del Gobierno de la Ciudad. No importa con que política se adhiera, lo que más me gusto es que los dos estaban vacíos. Porque es importante ver como mis impuestos nacionales y municipales se despilfarran por igual. Democracia. Eso sí, los de la ciudad me regalaron una birome y los de la nación nada. En la Lawn Tennis la nación no crece.

Lo que no va a adivinar nadie fue que estuvo haciendo mi novia mientras recorríamos los stands. No, creo que no vaya a adivinar nadie. Así que les voy a dar una pista. Estaba haciendo exactamente lo mismo que hizo en Retiro antes de Navidad. Sí. Eso. Mi novia estuvo otra vez filmando su primer Keek.

Post recorrido de stands, fuimos a comer algo. Como en todo evento que se precie, toda la gente se encuentra en el puesto de choripán. Desde el Abierto de Tenis hasta la Feria del Libro, la gente lo que quiere son choripanes. El menú también incluía sándwiches de bondiola y de cuadril. Y arriba del cartel de precios decía bien grande "hoy es el día del permitido". Genios del marketing.

No pudimos comer ahí por la cantidad de gente, así que fuimos a un lugar más vacío. Un lugar donde no había más de tres personas comprando comida. Fuimos al stand del Noble Repulgue. Aunque creo que ya no se llama más el Noble Repulgue, ahora son solamente El Noble. Y nadie sabe Noble que. Es como que a su título de nobleza les falta algo. Tenes que ser Noble algo, no podes ser Noble a secas. Hasta Ernestina es Herrera de Noble.

En el stand ofrecían empanadas y pizzetas. Mientras nos acercábamos, sale un tipo gritándole a un amigo de él que estaba a unos 10 metros de distancia "che, las pizzetas son así de chiquitas" haciendo un gesto juntando sus dedos índice y pulgar. El clásico gesto de "ok" para describir el tamaño de la pizzeta. Y el señor seguía vociferando "es un curro esto".

Nos acercamos a pedir nuestro menú, el Combo 1 que traía tres empanadas y una bebida. Las empanadas no parecían muy nobles que sigamos y solamente podían ser de carne, de pollo o de queso y espinaca. ¿Espinaca? ¿Qué soy, Popeye? ¿Quién le pone espinaca a la empanada? La gente que come empanadas de espinaca es peor que la que come de humita. Y eso que los de humita son raros.

Me imagino a los ejecutivos del Noble a cargo del abastecimiento del stand. Uno preguntandole a otro, "¿Cuántas llevamos de jamón y queso?" y el otro respondiendo "ninguna, tuve una idea genial, en lugar de jamón que está muy caro, le vamos a poner espinaca y va a ser un golazo". Si hay dios, a quien tuvo esa idea le tienen que estar haciendo enemas de espinaca en este preciso momento.

De postre fuimos a Freddo, donde solamente había ocho sabores. Quise pedir un cubanito, no tenían. Entonces tableta, tampoco tenían. "¿Alfajor?" pregunté con cierto desgano, me respondieron "si, pero solo me quedan de maicena". Por favor que alguien me explique cuando paso que Freddo empezó a vender alfajores de maicena. Por cosas como estas prefiero Persicco.

Después del helado, efectivamente nos metimos en la cancha. En ese momento, me di cuenta que me había olvidado a Troy. Una lástima. Voy a tener que volver el año que viene.

Las entradas son, obviamente, numeradas. Pero la gente disfruta de sentarse en la silla de otro. Y cuando el dueño de esa silla aparece; se indignan, se enojan y se corren a desgano. Me encanta cuando el sistema funciona al revés y quien está haciendo lo que no corresponde es el que se enoja. Eso les pasa por jugar al juego de la silla en un estadio.

A pesar que los precios eran más baratos que el año pasado, el estadio estaba a menos de la mitad de la capacidad. Eso no impedía los gritos particulares de gente particular. Como la señora que gritaba "vamos Ferru" porque resulta que a Ferrer le dicen Ferru. O al menos esta señora lo hacía con cierta impunidad.

La máxima impunidad de todas fue la de mi novia, cuando mirando a Wawrinka me pregunta, indignada, "¿todos los puntos que gané se los tiene que dedicar a alguien?". Me costó un poquito decirle que no estaba señalando a la tribuna para dedicar el punto, sino al ball boy para pedirle la toalla.

Terminó el partido, ganó Ferrer. Aplausos para todos. Habló Jaite y dijo unas palabras para Chela, Ferrer y Wawrinka. Notable como se parecían los discursos. Todos eran simples y humildes y grandes jugadores. O al menos eso fue lo que dijo Jaite. Martin, de onda, para el año que viene pedí a alguien con un diccionario de sinónimos que te escriba el discurso final.

Chela estaba presente para entregar la copa, pero la copa del subcampeón. La copa del campeón la entregó el gerente de algo de Claro, que es el sponsor oficinal del torneo. Medio grasa eso. Claro, entendemos que sos el que pone la guita y todo eso, pero la gente no quiere ver a tu gerente. Por un misterio que desconozco, en los eventos deportivos la gente prefiere ver a glorias del deporte antes que gerentes de corporaciones que despreciamos.

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Thursday, February 21, 2013

Con la Espada, la Pluma y la Palabra

Este debería ser el post más largo de la historia de YaVeremos. Tal vez no en longitud, pero si en tiempo. Es un post que, sin querer ni pensarlo demasiado, empecé a escribir el 2 de Junio de 2010. Ese día conté que una chica que conozco había publicado un libro desde su blog y se me ocurrió que tal vez yo podría hacer lo mismo. Lo puse sin pensarlo demasiado ni esperando nada, simplemente para ver que pasaba. No hubo comentarios. Esa fue la primera señal (de muchísimas) que recibí para no hacerlo. Un indicio, digamos.

Al día siguiente, mi amigo personal Pini me envió un afiche que armó él mismo. Pensé en que podría ser la tapa del libro. Me puso contento que alguien había leído el post del día anterior. Decidí avanzar para ver qué pasaba.

Unos seis meses más tarde, en Diciembre de 2010, el día del cumpleaños número cuatro de YaVeremos, dije que para mediados del año siguiente iba a estar listo el libro. Esta vez hubo más repercusión, ya estaba trabajando en la selección y edición de posts. Todo seguía viento en popa.

El 2011 fue un año muy raro. Por un lado, excelente porque mi novia se mudó conmigo, empezó la convivencia y todas esas cosas. Pero con ciertos reveses económicos muy complicados. Muy complicados posta. Jodidamente complicados. No teníamos un mango. Las tarjetas reventadas. Antes de hacer las compras, llamábamos a Visa para ver cuál era el límite disponible porque esas cosas siempre son un misterio. De repente, el telemarketer nos decían $18. O tal vez por algún milagro decía $500 y aprovechábamos para ir corriendo al supermercado a comprar cosas antes que Visa se avive. Aclaro que nunca nos faltó para comer. Pero el sueño de la auto publicación quedo en espera en búsqueda de un futuro venturoso.

Era Octubre de 2011, el sueño del libro seguía presente, la plata seguía ausente. Me puse a averiguar la posibilidad de publicar el libro a través de una editorial. Pedí ayuda a conocidos que tienen libros publicados por editoriales. Ninguno me ayudo. Es así, hay gente que ayuda y gente que no. Pero se daba esa maldita casualidad que siempre les preguntaba a los que no. Y lo de mandarme por mi cuenta a las editoriales no me convencía. No me gusta depender de si le agrado o no al editor de turno que recibe decenas (o tal vez cientos) de copias por semana. Además, si a Anthony Burguess le borraron el último capítulo, ¿Qué me queda para mí que escribo anécdotas de no garchar e ir al dentista?

Para los cinco años de YaVeremos y el fin de 2011 el sueño del libro seguía siendo utópico. Pero en Abril del 2012 la situación económica se había estabilizado y volví a la carga por el libro. Había pasado tanto tiempo desde la primera selección de posts, que tenía que empezar de cero. Pero no me importaba.

En Mayo 2012 escribí un post (recién lo volví a leer y se parece muchísimo a la primera parte de este post, es bueno leer que no evoluciono en absoluto) donde contaba que iba a vender el libro a través de una web de financiamiento colectivo. Resumiendo, ustedes compran el libro a través de la web y a mí me llega la plata a pesar de la inexistencia del libro. Uso toda esa guita para publicarlo y, una vez publicado, les doy el libro que ustedes ya lo habían comprado anteriormente. Es simple, es claro. Mucha gente comentó ese post prometiendo colaborar.

En paralelo, estaba buscando un editor para el libro que corrigiera algunos de mis errores de tiempos verbales, mis inconvenientes de dequeísmo, deslices de tipeo varios y alguna corrección de estilo en general. El problema radicaba en que estaba empecinado en conseguir un editor que se involucre en el proyecto, que leyera YaVeremos y le parezca medianamente interesante o gracioso. O, al menos, curioso. Pero que le genere algo. Y todos los editores con los que hablaba querían revisar la ortografía en Word y nada más.

A través de una amiga conocí a Vicky y Moi Daly, dos hermanas que tienen su empresa Daly Editing. Excelente onda, profesionalismo y calidad de laburo. Las recomiendo mucho. En Mayo comenzaron el proceso de edición y pusimos un plan de laburo de ocho semanas. Las cosas empezaban a funcionar.

Mientras tanto, conseguí la tapa del libro que quería. Es un cuadro de Marcelo Albinati, un pintor que me gusta mucho pero que no tengo plata para pagar lo que valen sus cuadros. Le pedí permiso para usar uno como tapa del libro y me dijo que sí. Fueron y vinieron varios mails para poder conseguir una foto del cuadro en alta definición, el tipo se portó excelente. Un fenómeno.

En Julio finalmente apareció online mi proyecto en Idea.me, la web de financiamiento colectivo. Eso mismo que me habían aprobado en Mayo, llegó a internet dos meses más tarde. En Idea.me se toman su tiempo para hacer las cosas. Además, la parte de edición se había atrasado pero más que nada por responsabilidad mía. Estaba totalmente abocado a reunir los fondos necesarios para la publicación.

Necesitaba doce mil pesos y tenía 55 días para conseguirlos. Como conté en su momento, era doce mil o nada. Si no recolectaba el 100% del dinero solicitado, idea.me no me daba nada. Unos nueve mil iban a ser para el libro que se iban entre editoras, diseñador e imprimir 300 ejemplares. Dos mil para la fiesta inauguración y mil para Idea.me, porque el financiamiento colectivo se lleva su 10% de comisión. En ese momento, mi amigo Maty me quería convencer para que imprimiese 500 ejemplares, me decía que el blog estaba buenísimo y se iban a vender todos. Y un poco le creí. Que iluso.

Los siguientes 55 días fueron durísimos. La gente tenía que entrar a comprar el libro y no lo hacía. No lo compraban. No lo difundían. Publiqué dos videos de Mica (ver video uno y video dos) y posteé un Top 10 para que compren el libro. Salí en cuatro programas de radio, en blogs y twits de amigos y todas las promociones que se me ocurrieron. No hubo caso, el libro no lo compraba nadie.

Todo el proyecto dependía de la colaboración de los lectores y fueron contados con una mano los que realmente colaboraron. En ese momento había hecho el siguiente cálculo, sumando todos los visitantes diferentes que tenía la web en una semana, más todos los seguidores de Blogger, Twitter y Facebook me daba que con que menos de uno cada 40 de todos esos compren el libro, iba a ser un best seller. No fue uno cada 40, el resultado final fue menos de uno cada 100.

Necesitaba vender unos 150 libros en idea.me para conseguir los $12mil. Pasaban los días, nadie compraba el libro, pero seguía insistiendo porque se supone que la esperanza es lo último que se pierde. No llegué a los 150. Ni cerca. Vendí 29. La gente de Idea.me brilló por su ausencia y no colaboro en absolutamente nada. Incluso tres semanas antes que terminara el proyecto y cuando ya se veía venir que no iba a llegar al objetivo, dejaron de responderme los mails. No los culpo, ellos trabajan a comisión y no tenía sentido emplear tiempo y recursos en un proyecto por el cual no iban a ver un peso. La buena onda de idea.me funciona así, que se le va a hacer.

Hasta ese momento, no me había rendido nunca. Hasta que me rendí. Tremenda sensación de fracaso total. Aunque la gente que me quiere insiste en que no fue un fracaso, no puedo dejar de verlo o sentirlo como tal. Una frustración enorme. El enojo no fue con todo el mundo, sino que tenía destinatarios muy específicos. Un grupito de menos de 10 personas que me desilusiono mucho. En ese momento escribí un post bastante violento que dejo el link sin volver a leerlo. No tengo ganas de volver a leerlo porque no quiero que me vuelva a dar bronca. En ese momento pensaba y sentía eso, ahora ya se me paso.

Debido al fracaso deje de escribir por tres semanas. Fue mi periodo de luto. Después de eso volví y publique Perdono Sus Pecados. En realidad no estaba perdonando nada, solo quería dejar en claro que el enojo no era con todo el mundo sino con un grupo selecto.

En Octubre decidí volver una vez más con la ilusión de poder publicar el libro. Se había terminado el sueño de los 300 o 500 ejemplares y una fiesta inaugural muy top y con show de stand-up incluido. La idea iba a ser imprimir una edición chiquita pagarla por mi cuenta y regalársela a los 29 que ya habían comprado el libro. Y los otros ejemplares quedaran en cajas en mi casa o no sé. Pero nada de mandarlos a editoriales, intentar ganar plata. No me importa. Quiero publicar el libro y punto.

A fines de Octubre se terminó la edición del libro y comenzó el diseño. Mi diseñador se llamaba Tomás, que es quien me había hecho una página web (para un proyecto que no tiene nada que ver) varios meses antes. Me había gustado su laburo y quedamos que iba a diseñar el libro.

Para lo que sigue, quiero aclarar que nunca jamás y bajo ningún punto de vista discuto un presupuesto. Me limito a pedir un presupuesto y, si me parece excesivo, busco en otro lado. Pero soy de la idea que los presupuestos no se negocian. Aviso al principio que no negocio, que digo que sí o que no y ahí se termina. Igual, para este proyecto, también aviso que es un libro personal y que me pasen un presupuesto acorde. No soy una empresa con capital ilimitado, el libro sale de mis recursos escasos.

Aprobé el presupuesto y Tomás comenzó el diseño del libro. Elección de tipografía, alineación y todas esas cosas. Él armaba, me lo pasaba por mail, yo indicaba cambios. Así un ida y vuelta de laburo, como tiene que ser. En unas tres semanas todo iba tan bien y con el libro casi terminado; que le ofrecí a Tomás adelantarle la mitad del total. Muchos diseñadores cobran la mitad por adelantado. Pero a Tomás siempre le había pagado todo junto al final y nunca hubo problemas.

Al día siguiente del pago, 13 de Diciembre, publiqué el post número mil de la historia de YaVeremos. Ahí dije, entre otras cosas, la tremenda y nefasta frase "ya está el libro". Mi novia leyó el post y me preguntó si me parecía apropiado decir "ya está" cuando todavía no estaba; si mejor no me convendría esperar a que finalmente esté listo. Le respondí que ya estaba listo, que faltaban detalles pero que ya estaba. El diseñador tenía que hacer un cambio más e iba derecho a la imprenta.

Pero para ser coherentes con toda la historia y seguir con el libro como si fuera Frank Grimes, si algo puede salir mal, va a salir mal. Al día siguiente, recibí un fatídico mail por parte del diseñador que copio.

Te tengo que decir una cosa, es difícil trabajar así. El presupuesto que yo te había pasado era para trabajar con un texto final y terminado que me ibas a pasar y que podría tener mínimos cambios (correcciones gramaticales), yo pensé que me ibas a mandar un texto, y solo había que plantarlo junto con los comentarios y los comentarios en los pies. Por eso el precio barato que te pase en su momento.
A mí ya no me cierra seguir trabajando moviendo textos y agregado cosas porque cada vez que muevo algo los comentarios no quedan en sus respectivos posts y tengo que mover todo. El trabajo que yo te había presupuestado era para hacer rápido y esto ya nos está llevando más de 2 meses.
No quería decírtelo así pero ya habiendo recibido 4 versiones diferentes del texto me habías complicado bastante porque fueron 4 veces de plantar el texto.
Si queres que el libro tenga 208 páginas y vamos a seguir agregando cosas y moviendo todo para llegar a eso te paso un presupuesto nuevo.

La queja de Tomás era porque la idea original era hacer un libro de 208 páginas. Pero los posts ocupaban menos lugar de lo que había supuesto y estaba agregando posts. No puedo terminar de explicar mí bronca. El tipo había cobrado la mitad y menos de 24 horas más tarde me escribía esto. O sea, no me lo dijo antes. Agarró la guita y ahí elevó la queja. Eso es de mala persona y peor profesional. Era tirar todo y empezar de vuelta. Tenía que joderme y pagarle más o perder lo que ya le había pagado. Ninguna opción estaba buena. Decidí esperar al día siguiente intentando que se me pase el enojo y responderle el mail. Escribí lo siguiente.

Tu mail me parece totalmente fuera de lugar. Una falta de respeto y una actitud extorsiva que no corresponde. Vos me pasaste un presupuesto y eso se tiene que cumplir. Los argumentos que esgrimís no tienen sentido.
"Pensé que iba a ser copiar y pegar" y no. Es un laburo esto.
"Hubo muchos cambios" y sí. Los cambios se pueden hacer únicamente cuando veo el libro completo. No es lo mismo un archivo de Word que ver cómo va a quedar. Al cambiar de Word o inDesign, tipografía, márgenes, etc es otra cosa.
El tema de la cantidad de cambios viene de los dos lados. Nunca dijiste "esto incluye el diseño y dos cambios". De mi lado, siempre pensé que el diseño era incluir cambios hasta que quede como me gusta a mí. Soy el cliente.
"Presupuesto barato" tampoco es un argumento. Así como yo no puedo decirte que lo pensé bien y como no hice ningún cambio xxx es mucho y mejor te voy a pagar xxx; no corresponde que mandes La primera vez que nos juntamos por la web te dije que nunca discuto presupuestos ni honorarios. Los acepto o no. Pasaste xxx por esa web y te dije ok. Pasaste xxx por el libro y te dije ok. No es caro ni barato, es el presupuesto que vos pasaste y ahora deberías cumplir.
Lo que me parece una falta de respeto es que lo hayas hecho dos días después que te pague la mitad del trabajo.
Si queres terminarlo, excelente. Si no queres hacerlo más, no hay problema. Devolveme la plata y cada uno sigue por su lado.

Un tanto violento el mail, lo reconozco. Y es de esos mails que no tienen vuelta atrás. Por suerte me iluminé y estuve un poco astuto. En lugar de mandarle el mail a él, se lo mande a mi novia y a una amiga para que me lo corrigieran. Correcciones mediante, le mandé una versión más light.

Entiendo lo que me decís, sin embargo, los dos acordamos el presupuesto que vos pasaste. Si me hubieses pasado un presupuesto mayor, yo hubiese buscado otros diseñadores para comparar precios.
No sé si tu presupuesto es "barato" o no, lo armaste vos. La primera vez que nos juntamos por la web te dije que nunca discuto presupuestos ni honorarios. Los acepto o no. Pasaste xxx por esa web y te dije ok. Pasaste xxx por el libro y te dije ok. No es caro ni barato, es el presupuesto que vos pasaste y ahora deberías cumplir. De la misma manera yo puedo decirte que lo pensé mejor y que en vez de xxx te voy a pagar xxx, no corresponde.
Por otro lado, no me parece correcto que me avises de esto dos días después de que te haya pagado la mitad del trabajo.
La verdad es que me gusta el laburo que haces, así que si queres terminar el libro, excelente. Si no, no hay problema, me reintegras el dinero y yo busco otro diseñador.

El diseñador respondió:
La culpa es mía por no haberte pasado un presupuesto formalmente armado y te dije un número en el aire que ni yo encontraba entre mis mails.
Como fue todo así en el aire, hasta los tiempos te los dije en persona y nunca quedaron por escrito, el trabajo te lo voy a terminar pero quiero que entiendas que yo te dije que era para hacer rápido porque yo te pedí que me mandes el texto final para usar y plantar porque después andar cambiando de versiones y agregando cosas me hace el trabajo mucho más difícil y lleva mucho más tiempo.
Por lo caro o barato, supongo que ya con la web sabrás cuando algo está en precio o no, y más si tenes amigos diseñadores, hoy en día un trabajo, cualquiera sea por menos de xxx pesos es barato, sabelo, no te voy a discutir porque es verdad que me lo aceptaste sin poner ni un pero.
Espero que entonces terminemos el libro casi inmediatamente. Si tenes que agregar más posts te pido que me los mandes inmediatamente.

Todos relativamente contentos. No hice más cambios y me conformé con el libro como estaba. El diseñador terminó el laburo, le pague la otra mitad y me envió los archivos. En ese orden. El tipo esperó a que le pagara para mandarme las cosas. Mientras tanto, guardo el más íntimo deseo de no verlo nunca más. Y que se vaya a la reputísima madre que lo re mil pario.

Con el libro finalizado, quedaba mandarlo a la imprenta. La elección de la imprenta fue bastante fácil, la había hecho varios meses antes. Mandé el libro y a la semana, me llegó la copia de prueba. Cuando vos mandas a imprimir muchos ejemplares a una imprenta, hacen uno y te lo mandan. Si das el ok, hacen la impresión masiva.

El jueves 10 de Enero, día que cumplimos tres años con mi novia, llegó el libro a mi casa. Yo no estaba en casa; ella lo recibió, le sacó una foto y me la mandó por celular. No lo podía creer. Felicidad. Satisfacción. Realización. Alivio. Sueño cumplido. Todo junto y mucho más.

Esa tarde llegué a casa, abrí el libro, lo miré y... era una reverenda bosta. Mi libro, mi sueño, la ilusión de dos años y medio de laburo era un desastre que no servía ni para prender el asado. La letra era tan chica que parecía uno de los nuevos testamentos que te regalan en el colectivo. Los márgenes interiores también eran tan angostos y no se leían las primeras/ultimas letras de cada oración. La letra en el lomo también era chica. En fin, mi libro era una porquería.

Le escribí un nuevo mail a Tomas. Le explique lo de la letra y le dije que había que agrandarla y el detalle de los márgenes, eso iba a ser que el libro tuviese más páginas, con lo cual había que reacomodar todo. Tomás me explicó que el problema de la letra era culpa mía por no habérselo dicho antes. A ver, como te lo explico, no soy el diseñador. El diseñador sos vos. Por algo te pago. Si pudiera decidir todas estas cosas, no necesitaría un diseñador. Además, me paso un presupuesto por hacer los cambios. O sea, todos los cambios que había que hacer eran porque el diseñador trabajó mal. Pero como no me había dado cuenta que su trabajo estaba mal y había que volver a hacerlo, entonces debía volver a pagarlo. Es excelente esa lógica. Alta mentalidad de no hacerse cargo de la situación.

Tomás me mandó un nuevo presupuesto que incluían solamente los cambios. Esta vez, con el detalle de que ítems estaban incluidos y cuáles no. El presupuesto por hacer todo el libro había sido de, supongamos, $100. Bueno, por hacer los cambios de lo que él había hecho mal, me cobraba $110. Un reverendo hijo de una gran puta. No le respondí nunca más.

Me puse a buscar diseñador nuevo y fue difícil. Principalmente porque los diseñadores no quieren trabajar. Hay un grupo de Facebook de diseñadores en los cuales se quejan por cosas como que tienen que hacer tres o cuatro modelos para que el cliente elija. Ellos argumentan que cuando van a un restaurant no piden cuatro platos y solo pagan el que les gusta. No puedo creer el nivel de idiotez de esa gente, con Tomás a la cabeza.

Los diseñadores seguían sin aparecer. Uno no podía, el otro se iba de vacaciones, otro no quería, otro quería pero podía empezar en Marzo, otro no sabía usar el programa y así sucesivamente. En este país nadie quiere trabajar. Hasta que Vicky (mi hermana) me paso el contacto de Belén, una diseñadora conocida de ella. Belén me dijo que para este tipo de trabajos, ella cobraba por hora. Genial. Ahora iba a poder pedir todos los cambios que quisiera. Me tuve que poner otra vez a revisar absolutamente todo y encontré más errores de Tomas. Por ejemplo, comentarios en los posts equivocados, un post al que le faltaban dos párrafos y cosas del estilo. En fin, un crack el pibe.

Empecé a arreglar y cambiar posts de lugar, correr comentarios, agregar/cambiar Sending Fruit y más. Pero lo más complicado, seguir buscando errores en el texto. El libro tuvo tantas modificaciones y pasó por tantas manos, que los errores nunca se terminan. Creo que no hay de ortografía ni de tipeo. Espero. Ruego. Los errores más frecuentes son los de espacios indebidos. Por ejemplo, falta el espacio después de una palabra o hay un doble espacio antes que alguna coma. Cosas del estilo, pequeños detalles pero de esos que arruinan todo el trabajo.

Durante casi tres semanas estuvimos laburando con Belén. Una vez terminada su parte, mandé el libro nuevamente a la imprenta y a la semana volvió una nueva prueba. Como era la segunda, la tuve que pagar. Como en todos lados, la primera te la regalan y la segunda te la venden. Estaba bien. Pero no perfecta. Siempre hay errores. Belén los corrigió y el libro otra vez a la imprenta. Ya casi estaba listo. Como siempre, casi listo. Siempre casi, nunca listo.

Apenas había terminado de mandar ese mail, me llegó de respuesta un mail automático con un "estoy de vacaciones, vuelvo en dos semanas". Esto nunca se termina. Pero por suerte, otra persona había quedado a cargo del proyecto. Me respondió que iba a estar listo el viernes 15.

Adivinen sí estuvo listo el viernes 15. Dale, adivinen. A que no adivinan. No. No estuvo listo el viernes 15. Tampoco estuvo listo el lunes 18. Pero el martes 19 me avisaron que hoy, jueves 21 de Febrero de 2013, me iban a mandar el libro.

Y hace un ratito, llegó a casa. Tengo un libro. Soy autor de una obra publicada. Sí, sin editorial, no muchos ejemplares, pagándola yo y todos los peros que quieran y se les ocurran. Pero no me importa. Pasaron 995 días desde que tire la idea para ver que pasaba. Son dos años y casi nueve meses. Pero tampoco me importa. Tengo un libro publicado. Y es una sensación que esta buenísima.

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Thursday, February 14, 2013

San Valentín 2.0

0.20 horas del día de hoy. Estoy tirado en la cama con mi novia.

Ella: (Con tono de queja) Nadie me dijo "feliz día de los enamorados".
Yo: ¿Cómo qué no? Te lo dije yo hace cinco minutos.
Ella: Si, pero no por Twitter que es lo que importa.

Así empezó mi San Valentín.

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Wednesday, February 13, 2013

Sending Fruit - Febrero

Año 5 / Número 57

# Se complica hacer el Sending Fruit el 12 del mes si justo cae martes 12 después de feriado largo.

# Pero no importa, lo hago igual. Me debo a mi público.

# Me cae muy mal la gente que se queja porque hay muchos feriados.

# Volvió Noche de Peli. Con más críticas y nuevos críticos. Mucho más mejor que nunca con lo mismo de siempre.

# Se siguen buscando críticos frustrados. Interesados consultar aquí.

# No es por alardear ni sonar agrandado ni nada, pero YaVeremos es el sitio número 360mil con más visitas de todo Argentina.

# Pleno 2013 y todavía hay gente que tiene pelos en la nariz.

# Hasta Sprayette te vende el cortador de pelos de nariz.

# Dijo mi abuela: "no miro más las necrológicas porque ya se murieron todos los que conocía".

# Entiendo que estén en contra del maltrato animal. Pero no hace falta copiar y pegar todos los mensajes solidarios que aparecen en Facebook. Eso más que solidarizarte, te hace parecer un nabo. Quienes maltratan animales no te tienen como amigo en Facebook, no se enteran de lo que pensas.

# Además, al cuarto mensaje en la semana ya pareces zoofílico

# El otro día vi a un Emo subirse al colectivo. Pensé que se habían extinguido, pero parece que algunos todavía quedan. Greenpeace debería cuidarlos.

# Quiero sahumerios con olor a milanesa o asado.

# Autobombo: todos los miércoles show de humor negro en el Paseo La Plaza. Pueden chequear la info en el Facebook o Twitter del show. Después no digan que no les avise.

# Y de paso, ponganle "me gusta" al Facebook. Dale, copense. No les cuesta nada y yo me pongo re contento.

# Teniendo en cuenta el nuevo caso de Gripe A, los "Te Busco" de este mes están integramente dedicados a la salud.

# Te Busco: La subseccion de Sending Fruit donde están algunas de las cosas que la gente busca en Google y termina en YaVeremos.

# Los "Te Busco" están copiados tal cual los ponen los visitantes. Las faltas de ortografía corren exclusivamente por su cuenta.

- en un estudios de sangre del preocupacional me dio 15 y es el maximo y a mi me dio 30
- motivos rechazo examen preocupacional hemorroide
- decadron inyectable para un flemon
- tomar tafirol con keterolac es malo
- me tengo que sacar muelas y tengo terror
- ibupirac va en la heladera
- sirve el decadron para un flemon de muelas
- dolor de muela buche de agua calma
- enemas verguenza
- convencer a mi dentista de sacarme una muela
- es conveniente que el farmaceutico aplique inyecciones
- feliz cumpleaños para un dentista
- examen preocupacional con periodo menstrual
- me saque una muela y me duele
- diferencia entre perno y corona
- fotos de conducto perno y corona fotos
- condunto en una muela de mi hijo
- las muelas estan agarradas al hueso
- se puede poner una corona sin perno
- muela con un hoyo negro
- se me cae el arreglo de la muela
- pelirrojos hiv
- yoguhrt bebible y hemorroides
- hernia en los pies isquierdo
- aveces me duele una muela rota cuando como algo frio
- terapeuta bostesando en medio de mi sesion

Related: Sending Fruit

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Sending Fruit™ Los 12 de cada mes en Ya Veremos.

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Thursday, February 7, 2013

Viva la Segregación

Se supone que somos todos iguales. Incluso hay campañas de concientización para inculcar que somos todos iguales. Las positivas expresan "somos todos iguales" y otras un tanto extrañas exclaman "no somos diferentes". La gente lo repite y, para mostrarse como abiertos de mente, dicen cosas como "ellos son iguales a nosotros" como si eso tuviera una connotación positiva. Porque nunca jamás se escuchó a alguien decir "nosotros somos iguales a ellos".

Estoy a favor de la integración de todo el mundo. Bueno, no, mentira. No todo el mundo. Los cordobeses no me caen bien. Nada personal, no es que tenga un problema con ellos. Es que son ellos. Soberbios, hablan cantando y no hay nada menos gracioso que el humor cordobés. Después si, ya no tengo problemas con nadie. No, bueno, me caen mal los chilenos. Pero en serio, seamos honestos, ¿a quién no le caen mal los chilenos? Son muy feos y hablan muy raro. Conjugan el verbo estar como "estis", pronuncian como CH la SH y viceversa y creen que son Suiza cuando en realidad si Argentina fuera un bife de chorizo, ellos serían la grasa. Ahora ya sí, no tengo problemas con nadie y me encuentro en condiciones de afirmar que somos todos iguales.

Bueno, casi todos. Porque los que viven en Caballito son raros. Y los que estudian en la Universidad de Flores son raros y bobos. Pero ahora ya si, posta, somos todos iguales y felices y está todo bien con todo el mundo.

Somos todos iguales. Por eso estoy muy a favor de la integración en todos los ámbitos de la vida. Pero. Siempre hay un pero. Porque en realidad, somos todos iguales, pero. Hay que poner un pero porque en algunas cosas no somos todos iguales. En algunos ámbitos, hay que segregar. No soy yo, son ellos. Y es por el bien de todos. Estoy totalmente a favor de la segregación laboral. Todo bien con laburar con extranjeros. Es más, cuando estaba viviendo y laburando afuera, el extranjero era yo y todos me trataron muy bien. O al menos razonablemente bien. Pasa que hay países enteros llenos de gente con las cuales es absolutamente imposible trabajar. Se viene mi Top 3 de indeseables laborales.

En el puesto número tres, los mexicanos. Mi laburo anterior era para una multinacional mexicana. Puedo afirmar que son vagos, perezosos. No les gusta laburar. No hacen las cosas. Se quejan cuando tienen que hacer su laburo. Y son extremadamente lentos. "Ahora" y "ahorita" quieren decir cosas diferentes. Uno es "en este momento" y el otro es "cuando se me cante". Por ahí les pedís algo y te dicen "ahorita lo hago" y sentate a esperar porque no va a pasar.

En la posición número dos, los indios. India es muy complicada. Primero, porque ellos creen que hablan inglés. Yo hablo inglés y puedo afirmarles que ese engendro raro que hablan los indios no es inglés. Segundo, son buchones. Está bien visto en su sociedad buchonear. Si vos no estás haciendo algo bien, se lo dicen a tu jefe. Y si el vos sos su jefe, igual se lo dicen a tu jefe. Todo bien con puentear, ellos lo ven como una obligación laboral. Y, además, también soy muy feos. Los indios son los chilenos de Asia.

El puesto número uno de gente que motiva la segregación laboral son los colombianos. Odio fervientemente trabajar con colombianos. Reconozco que mi muestra es chica, solamente dos colombianas. En mis últimos dos laburos tenía como par a una colombiana en cada uno. No se conocían entre sí, pero eran iguales. Las dos treintañeras haciéndose las pendejas, pelo teñido, gorditas pero se ponían ropa apretada para hacerse las sexies y se chamuyaban hasta a los taxistas con tal de que alguien les mendigue un piropo. Ambas eran paren míos, pero las dos se creían mis jefas. Buchonas, malas compañeras, falsas y chusmas; se creían inteligentes y eran las personas más huecas con las que alguna vez trabajé. Odio laburar con colombianos.

Viva la segregación laboral.

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Tuesday, February 5, 2013

Ser Padres Hoy

Dicen que tener un hijo te cambia la vida, que te da una nueva perspectiva de las cosas y todo eso. Pero hay algo que no dicen. No dicen que (casi) todas las personas con hijos de entre cero y cinco años son vuelven absolutamente insoportables. No lo digo porque solo hablan de la caca de sus descendientes. Tampoco cuando creen que su primogénito es un verdadero intelectual y heredero directo de Einstein porque hicieron un dibujito. Menos todavía cuando utilizan al hijo como excusa para zafar de eventos. Sino por esa especie de ranking que arman respecto a todas las personas que tienen relación con sus hijos.

Lo peor de todo este sistema de rankings, es que los padres lo hacen sin darse cuenta. Antes de tener descendencia, son normales y está todo bien. Incluso se dan cuenta de la existencia de este ranking porque lo ven en otros padres y se horrorizan del mismo. Pero apenas nace su hijo, se transforman y empiezan con el ranking ellos también.

El ranking es una especie superioridad moral a la cual los padres se subieron solos y creen merecer. Los padres, especialmente los primerizos, realizan este ranking por el cual las personas vamos sumando o restando puntos según un algoritmo muy complejo entre los siguientes ítems:
- Dinero gastado en regalos
- Frecuencia de regalos
- Cumplir con los regalos que solicitan los padres
- Frecuencia de visitas al niño
- Tiempo jugado con el niño cuando se lo visita
- Llamados por teléfono para hablar con el niño
- Llamados por teléfono para hablar con los padres y preguntar por el niño
- Que hacen por el niño
- Hacen todo lo que pueden hacer por el niño
- Están dispuestos a dejar sus obligaciones por el niño

El sistema de ranking es como el de tenis, donde los puntos hay que defenderlos al año siguiente. Por ejemplo, si para el cumpleaños de dos regalaste algo de $150 y al año siguiente regalas algo de $30, perdes posiciones.

La superioridad moral pasa por realizar ese ranking y sentirse con autoridad para comentártelo. Y hasta reclamártelo con frases como "hace mucho que no lo ves" o "Valentino estuvo preguntando por vos". Ahí bajaste puntos y por esa superioridad moral, los padres se creen con derechos de invitarte o no invitarte a eventos sociales. Dicen cosas como "no lo voy a invitar porque la última vez ni jugó con el nene".

Para los padres, su hijo es lo más importante del universo. Es entendible y lógico. Lo que no se puede comprender es que esos mismos padres no entiendan que su hijo no es lo más importante del universo para los demás. Por ahí vos tenes tus problemas del día a día, pero a ellos no les importa. Y logran convertir un placer en obligación. Tal vez vos tenías ganas de pasar a visitar a su hijo, pero te rompen tanto que te sacan todas las ganas. Y ahí perdiste, porque bajaste puntos en el ranking y no los recuperas más. Porque en realidad, es todo culpa tuya.

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Monday, February 4, 2013

Operación Triunfo

A mediados de Diciembre, en un examen de rutina, le detectaron cálculos en la vesicula a mi novia. De ahí consulta con el clínico que la derivó con el cirujano. Porque eso es lo que hacen los clínicos, derivar. Primero la había derivado a hacerse exámenes, con los resultados de los exámenes en mano, deriva con quien va a solucionar los problemas. Lo dije un monton de veces y no me canso de repetirlo; para lo único que sirven los médicos clínicos es para unir con flechas. Si son copados, también sirven para hacerte recetas y que puedas conseguir descuentos en farmacias. Pero nada más.

Pasaron las fiestas y a mi novia nunca le dolió nada. A principios de Enero fue la consulta con el cirujano, quien le dio dos alternativas a mi novia. La primera, operar. La segunda, esperar a que le doliera y operar. Podria empezar a dolerle al dia siguiente o en cuatro años, pero en algun momento le iba a doler. Y mucho. Y operar iba a haber que operar. Mi novia decidió que cuanto antes mejor. El médico dijo que literalmente cuanto antes mejor, porque a fines de enero se iba a ir de vacaciones. Acordaron fecha para el viernes 11 a las dos de la tarde.

Mi novia se hizo los exámenes de rutina, se fue a dar la antitetánica en Farmacity. Pésimo lugar para que te den vacunas. Los tipos no son farmacéuticos, solo acomodan cajas en un local que parece un shopping. Se le hizo una bolita en el lugar del pinchazo y le dolió durante los siguientes cuatro días.

Llegó el día de la operación. Teníamos que hacer el check-in a las 12. Porque en las clínicas se hace check-in, eso lo aprendí hace poco. Muy poca onda todos los empleados administrativos, que nos fueron derivando desde el planillero en recepción al empleado de informes y de ahí a la empleada del check-in, quien con una actitud altanera completó nuestros datos, como si nos estuviese haciendo un favor. Oh, muchas gracias señora de recepción por dignase a tipear nuestros nombres en su computadora. No sé qué haríamos si usted no estuviera acá brindándonos tan magnánimo servicio. Maldita gente con delirios de grandeza que no podes poner en su lugar.

De ahí a hacer el deposito, tenes que dejar $1000 en garantía. Obviamente el cajero también tiene su actitud pedante. ¿Por qué no tenerla? Es cajero en una clínica médica. Es el encargado oficial de recolectar depósitos y, al final del día, hacer un balance de caja. No estamos hablando de cualquier cosa. No no. Este es un señor muy importante, es por eso que me trataba como si estuviese interrumpiendo su trabajo. Dejas la plata y a cambio te dan un recibo y un menú con todos los precios. Desde la botella de agua a $15 hasta la cama del acompañante por $350. Pasando por el almuerzo a $30, la cena a $45 y otras bondades hoteleras que ofrecia la clínica.

Finalizadas las formalidades, el botones nos acompañó a mi novia, a su mamá (la de mi novia, no del botones) y a mí hasta la habitación. Igual poco solidario el botones, nunca se ofreció a cargar el bolso. El tema de los bolsos y mi novia siempre es complicado. Para una internación de 24 horas, ella llevó: dos jeans (uno puesto, otro en el bolso), un pijama, dos remeras, dos pantalones de jogging, un vestido. Un par de zapatos, uno de zapatillas y otro de ojotas. Más mudas de ropa interior. No es chiste. Eso es lo que ella considera lo mínimo indispensable para una noche de hospital. Imagínense el bolso que habíamos llevado para estar dos semanas en Brazil.

La habitación muy limpia, vista al contra frente porque nuestra obra social no cubre ocean-view. Una cama, un sillón grande, otro pequeño, una mesita. Todo muy moderno. Salvo la mesa de luz, de madera oscura, con un cajón y una puertita de esterilla, parecía sacada de una botica de 1930. Mucho no combinaba con el resto de las cosas. Dos cuadros pequeños en las paredes con unas imágenes que no estoy seguro que significaban. Creo que el encargado del arte de la clínica compra los cuadros en Carrefour. Una tele LCD bien clavada a la pared para que no te la puedas robar, pero solo de 20 pulgadas. Mi novia se tiró en la cama y empezó a jugar camarri-bacamaabajo por los siguientes diez minutos y sugirió con énfasis que pongamos una cama así en casa.

Al ratito llegó una enfermera. Con una mala predisposición y actitud que combinaba con la del resto de los empleados, dejó un jabón desinfectante, le indicó a mi novia como enjabonarse y le dijo que esté preparada. Era la una de la tarde y la operación estaba programada para las dos.

La hora de espera es tediosa. No sabes que hacer y tampoco hay mucho para hacer. Mi novia se bañó y se vistió con el uniforme de cirugía, que consistía en un poncho grande de color celeste que intentaban vendértelo como bata, pero no era una bata. Unos zapatos de color verde de la misma tela que el poncho, creo que son los mismos que usa Robin. Y un gorro para el pelo. Ya toda vestida y ante el horror de su madre, le saqué dos fotos. No puedo publicarlas. Pero aclaro que no estaba muy sexy que digamos, pero si sonriendo y posando.

Pasaron las dos de la tarde y no vinieron los camilleros. Dos y media y tampoco. Dos cuarenta y cinco y seguían sin venir. Nervios. A las tres me acerqué al puesto de enfermeras para consultar por la demora. Me dijeron "debe haber una demora". Esa parte ya la sabia, volví a interrogar a la enfermera. Me dijo "a veces se atrasan un poquito, debió haber habido un pequeño problemita, pero en un ratito van a venir a buscarla". Todo en diminutivo, como si un problemita fuera mucho menos peor que un problema. Más o menos lo mismo que dicen en los aeropuertos cuando un avión se demora. Pero la duda existencial radica en la definición de "un ratito". Porque, para mí, un ratito no son más de 10 minutos. Peor no sé cuánto es un ratito para la enfermera. Intenté preguntarle, pero solo volvió a responder "un ratito".

Volví a la habitación y seguimos esperando. Pasaron las tres, las tres y media. Nada de nada. Tres cuarenta y cinco salí de la habitación y caminé dos pasos hacia el puesto de enfermeras. La enfermera me vio. La vi. Cruzamos miradas. No dije ni una palabra, pero ella sabía que estaba yendo a reclamar. Entonces se le transformó la cara y me miró muy mal. Frene y sin decir nada, di media vuelta y volví a la habitación. La enfermera, solamente con una mirada, infundió terror. Creo que les tengo miedo a todas las enfermeras. Desconozco si es por mi aversión al dentista o si es por la película de Jack Nicholson, pero me dan miedo.

A las cuatro finalmente llegaron los camilleros y se llevaron a mi novia. Ese es un momento extraño. Por un lado es "por fin" pero por otro es complicado, una sensación rara difícil de explicar. Salí a dar una vuelta manzana y después hable un rato con unas empleadas de limpieza. Hasta ese momento, únicos empleados con cierta amabilidad que conocí. Me contaron que muchos famosos se atienden en esa clínica. Por ejemplo, Fabian Vena que —según ellas— es un asqueroso. El arquero de la selección tuvo ahí a su hijo. También Tinelli se atendió ahí y resultó muy buen tipo.

45 minutos más tarde, me llaman al celular y me dicen que mi novia salió de la operación y fue un éxito. Me pidieron que me acercara hasta el quirófano para que el cirujano me diera el parte. Eso hice. El cirujano me dijo que fue todo excelente, sin ningún problema, todo fantástico, que mi novia estaba despierta y en unos minutos la iban a llevar otra vez a la habitación. Volví a la habitación a esperar.

Unos 15 minutos después, llegaron los camilleros con mi novia. Nos pidieron que saliéramos de la habitación para acomodarla. La mamá de mi novia y yo salimos. En el pasillo, mi novia acostada en la camilla. Tenía los ojos abiertos, pero no estaba del todo despierta. Solo fueron 10 segundos que la pude ver, en seguida los camilleros la entraron en la habitación. Nosotros esperando afuera por unos tres o cuatro minutos que parecieron horas. Los camilleros salieron y nosotros pudimos entrar. Detrás nuestro, la enfermera mala onda quien fue a acomodar el suero.

Mi novia pálida, temblando y con cara de pánico. Casi sin poder hablar, le dice a la enfermera "me duele" y la enfermera responde "y si nena, recién te operaron, es normal" y se fue. O sea, ponele que para la enfermera es normal porque lo ve todos los días. Pero para mi novia no, para mí tampoco y para su mamá tampoco. Igual no le importo demasiado. Le pedí unas frazadas y, con gesto pedante me respondió "hay en el placard". Perdón enfermera, no sabía que este estaba molestando cuando te pedía que hicieras tu trabajo. No va a volver a suceder. Busqué más frazadas mientras mi novia con poca amabilidad le pidió a su madre que se fuera.

Las tres horas que siguieron entran en el Top 5 de los peores momentos de mi vida. No sé si alguno vio cómo sale una persona de una operación, pero no está nada bueno. Todos te dicen que la operación es una boludez, que es laparoscopia, que son solamente 40 minutos, que la hace el jefe de cirugía de la clínica y que el tipo es re groso y todo eso. Probablemente sea cierto desde el punto de vista médico. Pero quedarte solo ahí, no está nada bueno.

Me quede en la clínica hasta pasadas las 10 de la noche y me volví a casa. La mamá de mi novia durmió con ella en la clínica. A la mañana siguiente volví y al mediodía estaba todo listo para el alta médica.

Tuve que volver al área de administración para que me devolvieran los $1000 del depósito. Nuevamente me atendieron bastante mal. Se supone que vos vas a la clínica por un tema de salud y preocupado por eso. Los empleados de administración son tan pero tan copados, que para sacarte la preocupación por la salud, te tratan mal. Entonces vos te pones un poco de mal humor por eso y, durante unos instantes, te olvidas del problema de salud. Es un plan genial, esos tipos son unos capos. O sea, sé que los empleados de administración de la Clínica Trinidad de Palermo parecen unos reverendos hijos de re mil puta y soretes mal cagados por atender mal. Pero no. No lo son. Solamente lo hacen porque están pensando en vos.

El trato de las enfermeras, en cambio, es aleatorio. La primera fue un desastre. La segunda excelente y la tercera más o menos. El cirujano y el medico clínico muy bien y eso es lo importante. Creo.

Check-out a las 17 horas de haber salido de la operación. Porque las camas tienen que rotar, sino no es negocio.

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