Monday, January 21, 2013

Santa Fe, Dos Viajes de Ida – Parte II

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Sábado 29. Otra vez viajando solo, esta vez de ida. La diferencia fue que esta vez decidí viajar un sábado en vez del viernes. Sabia decisión de mi parte. Retiro con poca gente, menos tránsito en la autopista. Sin tránsito, todo fluye mejor y todos contentos. Porque hay pocas cosas tan molestas como el transito lento. Tan contentos, incluso, que aproveché para llevar a Troy y sacar nuevas fotos, que serán publicadas próximamente.

Subí al micro y fui para mi asiento. El de al lado seguía vacío y comenzaba el mágico/trágico juego de "adivinen el acompañante". Después del último viaje, mi deseo era tener un acompañante inodoro. Esta vez, el tamaño del señor era una cosa de un tamaño descomunal. No puedo describirlo. Imagínense que Hagrid se hubiese comido a tres luchadores de sumo. Bueno, eso sería el hijito del señor que estoy tratando de describir pero no me entra en la hoja. El tipo –cual Shamu– encalló en su asiento y rebalsaba por todos lados. Una cosa jamás vista.

En todos los viajes llevo una vianda. Observando a este señor, mi miedo no era que mirara mi vianda con cariño y se la comiera. Mi miedo era que me comiera a mí. Me sentía como esos dibujos animados que, cuando el personaje principal tiene hambre, se imagina a todo como comida; solo que yo no era el personaje principal sino la comida. Por suerte los dos asientos de atrás estaban vacíos y me cambie de lugar. Eso sí, hay que reconocerlo, olor no tenía. Tengo que empezar a pedir más de un deseo a la vez.

Llegue a la tardecita, taxi para la casa, salida al centro a tomar algo con mi novia y después a dormir.

Domingo 30. Fuimos con mi novia a la cancha. En este pueblo/ciudad hay dos clubes que vendrían a ser como el River-Boca local. Los habitantes son hinchas de algún equipo de primera división y de un equipo de la ciudad. Pero la ciudad es mucho más importante que primera división. O sea, lo que pasa en la ciudad es mucho más importante que lo que pasa en el país.

Los hinchas son realmente pasionales. Putean al árbitro, escupen al banco de suplentes rival y todas esas cosas que se ven en la tele. Lo interesante es que es una actitud que pasa de generación en generación. Entonces, no solamente se ven a los padres insultando, también se puede observar a nenes de menos de 10 años que escupen e insultan al equipo rival. Probablemente sea la misma gente que se queje de Buenos Aires y se la pase hablando de las bondades de las ciudades chicas.

Lunes 31. Fuimos a almorzar hamburguesas a la parrilla a la casa de una amiga de mi novia, junto con el novio y la familia de la amiga. Todo buena onda. Hasta el momento de jugar al truco. Por primera vez en la relación, mi novia y yo jugamos al truco juntos. Fue un punto de inflexión. Ella cree que juega excelente y no hay forma de que entienda que no es así. No juega mal. El problema es que no entiende que el truco de a cuatro se juega dos contra dos. Eso a ella no le importa. Ella juega sola. Algunos de los diálogos.

Yo: ¿Me vas a pasar las señas?
Mi novia: ¿Por qué te las tengo que pasar yo a vos? Pasamelas vos a mí.
Yo: Porque yo soy pie.
Mi novia: Eso a mí no me importa.

Un poco de su habilidad
Mi novia: Envido.
Jugador rival: Envido.
Mo novia: Quiero. 26.
Jugador Rival: 31
Yo no digo nada, solo la miro atónito.
Mi novia: (A mí, increpandome) ¿Y todos los que robe mintiendo antes y no me quisieron, que?"

Pero el momento culmine fue cuando ella tenía el 7 y 5 de oro. Debía jugar el 5 en segunda y guardar el 7 para el final; pero se equivocó y jugo al revés. Su justificación fue "Y bueeeeno... "

Después de perder dos partidos seguidos, le dije que si jugáramos en equipo tal vez tendríamos más chances de ganar. Pero ella me dijo que le gusta más jugar así, sola.

A la noche cena familiar y esas cosas. Un primo de mi novia tiene 14 años. Es el único de esas edad, después las generación van de 25 a 35, la que sigue de 50 a 60, otra de 75+. Y la generación más joven, niños de cinco años o menos. O sea, el de 14 está bastante descolgado.

Cuestión, que como todo ser de esa edad, quiere tirar fuegos artificiales. Y va y los tira. Pero son cosas que hacen ruido y nada más. Sera que estoy viejo, pero mucho no entiendo el divertimento. En un momento, decidió tirar una pequeña cañita voladora. Apoyo la botella sobre la pared de casi 1.80m de alto que divide el jardín con el terreno aledaño, la encendió y salió corriendo de ahí. La cañita no voló hacia arriba, sino que se disparó para el costado, luego para abajo y voló a menos de cinco centímetros del piso. Y me pegó a mí en el pie. Tenía zapatillas puestas, no me dolió ni me paso nada de nada. No quiero sonar alarmista ni hipocondriaco, pero si te pega en otro lado, no debe estar bueno. Fue como suficiente de fuegos artificiales para mí.

Hay dos clases de personas que sufren accidentes por fuegos artificiales. La primera, por idiota. Esos que van a verlos de cerca, o disparan un mortero con la boca o esas cosas. Esos se lo merecen, la idiotez debería estar penada por ley. La segunda clase son los idiotas que no tienen nada que ver. Me niego fervientemente a ser un idiota de segunda clase. Si alguna vez pierdo dos dedos por algún accidente, más les vale a todos que ese accidente sea culpa mía. Sino, me voy a enojar mucho.

Martes 1. Momento de la vuelta a Buenos Aires. Hubo un avance enorme en la relación con mi novia. Por primera vez en nuestras vidas, compartimos bolso. Siempre tu bolso es tu bolso y mi bolso es mi bolso. Siempre tu bolso es grande y pesado, el mío pequeño y liviano. Es por eso que apoyo fervientemente la segregación de bolsos. Pero esta vez, se dio un paso enorme a la integración. Vamos a ver que pasa el próximo viaje.

Ya en la terminal nos enteramos de la grata noticia que el micro anterior al nuestro había sido cancelado. En realidad a nosotros no nos afectaba en nada, pero se notaba la irascibilidad del lugar. Los pasajeros varados iban a ver a la única cajera de Urquiza y la puteaban. Ella respondía de mala gana "¿y que queres que haga?". Acá viene la pregunta del millón. Si el micro se rompió en la ruta, está bien o no insultar a la cajera. O sea, se supone que siempre está mal insultar. Pero hay que poner las cosas en contexto. Por un lado, ella no tiene nada que ver con que el micro se haya roto. Pero por otro, es la representante oficial de la empresa en el lugar, encargada de comunicar la noticia, lidiar con la situación y debe ser el blanco de quejas. Es una decisión difícil.

El problema era que la cajera no quería devolver la plata y ofrecía un pasaje para el día siguiente. A la gente no le servía y exigía enfáticamente y con diversos insultos el retorno de su dinero. Pero la cajera no estaba autorizada a devolver efectivo. En fin, todo un dilema del cual por suerte yo no era parte. Pero me hizo acordar a mi viaje de egresados. Todo mi viaje costo alrededor de $700. El día de ski fueron $60, pero no pudimos esquiar porque había mucho viento. El coordinador intentó por todos los medios que esquiáramos otro día para poder quedarse su comisión, pero ya estaban todas las excursiones programadas. Nunca pudimos esquiar. A mí me había devuelto la plata, pero con algunos de mis compañeros se hizo el tonto y no la quería largar la guita.

Los coordinadores de viajes de egresados son así, ladrones. Viene con el puesto. Varios de mis compañeritos le tenían un poco de bronca. Apenas subimos al micro para emprender la vuelta a Buenos Aires, uno de mis compañeros –bastante grande, por cierto– se acercó al coordinador y le dijo "o me devolvés la plata o te cago a trompadas desde acá hasta Buenos Aires". Y el coordinador devolvió la plata.

Pero eso fue Bariloche, ahora estaba volviendo de Santa Fe. Teníamos asiento arriba y el micro estaba repleto de niños muy molestos, que gritaban, pataleaban, corrían por el pasillo, iban y venían ante la indiferente actitud de sus respectivos padres. Incluso algunos niños, ni siquiera tenían asiento propio sino que viajaban a upa de sus progenitores. Y los asientos no están preparados para dos personas. Quiero proponer algo, es una idea revolucionaria. Todos los seres humanos de más de un año, deben tener su propio asiento. O al menos los que viajen justo en el asiento de atrás mío. Tengo que confesar que esos niños eran bastante idiotas. El problema es que se supone que los niños son el futuro del país. Estoy en condiciones de afirmarles que si esos niños son el futuro de nuestro país, estamos cagados.

6 comments:

  1. Estos posteos me dejan siempre con la intriga de cuál será el pueblo de tu novia.

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  2. Tengo amigos en Rafaela. El me dijo siempre que viaje con FLECHABU. Si, los santafecinos se comen las eses.
    Los cordobeses las remarcan.
    A mi este año con Urquiza dorado swit, me fué como el culo para ir a Córdoba. Pagué igual que un viaje en avión, y la parte de la comida fue un calvario. Te traen la bandeja fría que apenas entra en el posabandeja ese de mierda que ensartas como podes, y a los tres minutos la caliente en un coso de aluminio que no sabes donde poner...... NUNCA MAS!!

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  3. Todo el contenido del post es de alguna manera sorprendente pero esto me dejó atónita:

    "Pero me hizo acordar a mi viaje de egresados. Todo mi viaje costo alrededor de $700."

    Cuándo te fuiste de viaje de egresados!? Cuál era el salario mínimo? Cuarenta pesos? MI viaje tiene un cero más que eso!! Qué bárbaro...!

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  4. Hugo, agarra todas las pistas que fui dejando, busca en wikipedia todos los pueblos en Santa Fe y cae de maduro. abrazo.

    Maria2, pero lo bueno de los micros son los asientos, no la comida! beso.

    Lula Fenomenoide, me fui a mediados de los 90s... ya se, no me digas nada, estoy viejo!
    el salario minimo eran 350 creo. en ese momento un telemarketer ganaba alrededor de 400 y laburando todo el año de eso te podias ir a europa en el verano. beso.

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  5. Mmmm pueblo de Santa Fe, soy de Carlos Pellegrini, capaz estoy cerca.. mis abuelos son de Esperanza pero es una city. Cuando pases por Sta Fe quizas nos cruzamos sin saberlo!

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  6. Srta Brillantina, ni la menor idea de donde queda cada uno de esos lugares, tuve que buscar en google. Ahi me entere que el pueblo de mi novia esta a unos 100km de Carlos Pellegrini, pero un poco mas lejos de Esperanza. Asi que tal vez nos cruzamos en alguna estacion de servicio sin saberlo. Beso.

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