Después del último post había decidido tomarme una semana de vacaciones del blog y ver que pasaba. No solo del mío, sino de todos los blogs, no leí ninguno en los últimos siete días. Si miré Twitter, tampoco es que colgué el teclado, la adicción se mantiene.
También leí los comentarios que me iban dejando. Creo que algo del post se malinterpreto. O por ahí yo redacte pésimo, puede pasar. No es que yo iba a dejar de escribir porque había pocos comentarios, eso nunca se me cruzo por la cabeza. Si paso que ese día venia pensando en que había pocos comentarios cuando tuve un Déjà vu bloguistico (o blogueril) y de ahí venia lo de repetirme.
Es cierto que ese día si se me ocurrió dejar de escribir. Había tenido un mal día. En realidad vengo de un par de semanas medio garompas. Me cuesta un poco explicar los motivos, más abajo voy a comentar algo. Así, al pasar, como quien no quiere la cosa.
Esta semana sin escribir estuve pensando bastante en el blog y resolví que quiero seguir escribiendo. Me gusta, me divierte, me entretiene, lo necesito. Es una especie de descarga, algo obvio para cualquier persona que tenga blog pero inentendible para los que no lo tienen. En fin, mucho de nada y poco profundo. Pero me sirvió para volver a darme cuenta que el blog es mío. Hay gente que se va a enojar siempre, pero no me importa. Es mío lo lean dos millones de personas o tres (mi novia, mi hermana y mi tía Luisa me leen siempre).
Yendo a una de las cosas que me tiene medio como el orto es no poder publicar el libro. Todavía. La palabra clave es todavía. Pero como desconozco cuanto va a durar ese todavía, no sé cuando lo voy a poder publicar. Paso a puntualizar motivos, ahondando en detalles lo máximo posible. Hay una semana sin escribir, busquense un café que esto se va a hacer largo.
A principio de año decidí publicar el libro del blog. Hice la primera edición de posts hasta fines de enero y empecé a averiguar editoriales. Indague vagamente, lo suficiente para descubrir que las editoriales no me iban a publicar. Entonces, como esto es un capricho y no me importa nada, resolví publicármelo yo solo. O sea, pagar la impresión.
El petit detalle es que la impresión es cara. Sumado a un par de problemitas económicos que surgieron en los últimos meses (no voy a entrar en pormenores) hacen que no pueda pagar la publicación en este momento. Supongo que en el futuro todo se va a resolver, este es el ‘todavía’ al que hacía referencia unos párrafos arriba.
Con el rabo entre las patas, resolví que lo mejor era volver a averiguar en las editoriales. Las puertas de las editoriales estaban cerradas. Entonces pensé en conseguir un contacto en alguna editorial decididamente iba a facilitarme las situación. Eso se me ocurrió todo a mi solo en una tarde, de casualidad, mientras ordenaba mi biblioteca. Biblioteca-biblioteca no, son solo un par de estantes con libros. Debido a la distribución del mueble, solo se ve la mitad del estante donde se encuentran los libros. Estaba acomodándolos para que se vieran los libros más copados y ocultar los no tan copados. Hornby a la vista, Harry Potter no. Porque, en definitiva, los libros son como trofeos. Es muy importante que cuando alguien entra a tu casa, vea todo lo que leíste.
En el apogeo del nuevo orden apareció un libro de un tal Juan. No voy a develar el apellido para no darle fama. Porque, les juro, no la tiene y la necesita. Resulta que el libro me lo habían regalado hacia un par de años. En ese momento leí 20 páginas y lo deje pensando que yo escribo mejor que eso. Soberbia al margen, no estoy para leer cosas peores que está habiendo infinidades de cosas mejores. El tema es que cuando vi el libro, me di cuenta que este Juan en cuestión había sido compañero mío de un curso. Apalala. La trama se pone interesante. O no. No importa. Ya estoy en paz conmigo mismo habiendo resuelto que el blog es mío y no me importa más nada, quien se aburra puede dejar de leerme en cualquier instante.
Se me ocurrió pedirle un favor a Juan. Acá viene un tema en el que estoy sumergido hace varias semanas con la idea de sacar un post y no se me ocurre bien la forma de hacerlo. Cuando vos pedís un favor, se lo podes pedir a dos tipos de personas, los que tienen la obligación de ayudarte y los que no. Ya publiqué una vez que no necesariamente los que tienen la obligación de ayudarte lo hacen. Pero ese post me trajo muchos problemas, gente muy enojada, yo pidiendo disculpas, así que no vale la pena repetirlo. En realidad, ya que estamos, cuento que quienes se enojaron son los aludidos en ese post. Yo pido disculpas únicamente por dos motivos. Si realmente estuve mal. O si no me importa y para la otra persona es importante. Claramente este fue caso un caso de la segunda opción.
Para no seguir yéndome de tema, nuevamente, están las personas a las que les pedís favores y no están obligadas a hacerlos. Es muy complicado eso, porque la gente —en general— es bastante mierda. Hace unos días vi un documental sobre la vida de Eliot Spitzer, el que era gobernador de Nueva York y tuvo que renunciar por haberse garchado un par de putas. Un personaje secundario del documental dice que los seres humanos somos mitad animales, mitad ángeles. Resumiendo, la parte animal es la de la guerra; la parte ángel es el arte. Según este tipo los humanos somos capaces de crear las cosas más lindas y las más feas. Bueno, nada muy original ni que no se haya dicho antes. Pero yo estaba pensando que con el tema de los favores es relativamente similar. Somos solidarios cuando no nos importa ni nos cuesta nada. Juntamos las tapitas de plástico para el Garraham, o llevamos una lata de leche en polvo a Un Sol para los Chicos. Y nos quedamos tranquilos. "Si si, fui al supermercado y compré el alimento no perecedero" pensamos y creemos que con eso ya somos merecedores de la gloria eterna. La lata de leche en polvo es el altruismo utópico en su máximo esplendor y nosotros ya estamos a la altura de Jesús lavándoles los pies a los pordioseros, por más que cuando nosotros vemos a un tipo durmiendo en la calle, cruzamos. El tema con los favores es que la leche en polvo todo bien; ahora, cuando hay que hacer algo por el otro que requiera cierto esfuerzo y sin esperar nada a cambio, no lo hacemos. Sobre todo si quien lo hace tal vez hasta puede verse ligeramente perjudicado. Léase un autor publicado compartiendo información de su editorial con un autor potencialmente publicable.
Le mandé un mail a Juan narrándole de lo maravilloso de su libro. Si, le mentí. Pero bueno, necesitaba algo. No me gusta mentir pero acá vale, mi escala de valores puede cambiar de acuerdo a mis necesidades insatisfechas. Como la de todos los seres humanos en un boliche a las 5 de la mañana. Además de las loas al libro, le comenté a Juan sobre el mío y le pedí el contacto en la editorial.
Unas horas más tarde, Juan me respondió el mail. Primero me puse contento, después vi que lo había contestado desde su Blackberry. Mala señal. Desde el celular solamente se responden mails que te queres sacar de encima. Si vos mandas un mail de 8-10 renglones y te devuelven 3 renglones desde Blackberry, es que la relación no va y viene de la misma manera. Yo se que la idea de tener mail en el teléfono es responderlos, pero si te escribo algo de verdad, al menos metete en tu PC y respóndemelo como corresponde.
En la respuesta, Juan me deseaba mucha suerte. No había datos de editoriales, ni ideas, ni sugerencias, ni nada de nada. Solo sus más profundos deseos para que mi futuro encuentre una dicha venturosa. Pero nada realmente útil. Le respondí agradeciéndole sus buenas intenciones y pidiéndole más que buenas intenciones. Nunca obtuve respuesta. Lo mismo con un par de casos similares al de Juan que no vale la pena recordar.
Las alternativas para la publicación del libro serian contar con una editorial o un sponsor. Si algún lector acaudalado desea serlo, no me voy a oponer. Caso contrario, voy a seguir esperando. En algún momento todo se va a resolver.
Mientras tanto sigo escribiendo. Lo mejor de esta semana fue volver a darme cuenta que el blog es mío y lo disfruto. El resto, ya veremos.
Tuesday, October 11, 2011
Literatura Barata y Zapatos de Goma
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Cheee,
ReplyDelete(remediando mi mala onda anterior) tengo un par de contactos, hoy te mando un inbox que lo tengo en Favoritos, pero en casa.
Así que, ATENTI!
Odio a esa gente garca que no se si garca, pero se hace la boluda mientras el pedido es explícito, en este caso, un contacto. ¬¬ Sí, es de garca.
no tengo ni idea si esto que te voy a decir te sirve o es una mierda (no lo estudie en profundidad suficiente pero son las que tengo marcadas para cuando quiero convertir mi blog en libro) pero investigate lulu.com o librosenred.com.
ReplyDeletesuerte!!!
Hoy día se hacen tiradas re chicas, incluso sobre demanda, pagás lo que querés, simplemente tenés que tener cuidado con las imprentas: yo este año saqué un libro por mi cuenta, y en los presupuestos llega a haber un 300% de diferencia entre las imprentas baratas y las caras. Salú.
ReplyDeleteLes agradezco a todos por los links... pero esas son editoriales donde yo tengo que pagarme el libro.
ReplyDeleteLo que quiero, es que lo pague la editorial.
Debo haberte leído pocas veces, no sé si escribís bien o mal; no puedo emitir un juicio al respecto. Pero sí decirte que tu situación es la misma de tod@s l@s escritores/as de hoy. Yo edite mi libro -desde Nqn- con la editorial Creadores Argentinos -de BsAs-, que no sólo es mil veces más económica que el resto, sino que tienen una muy buena calidad. En fin, si te sirve, te paso el dato. El mail es creadoresargentinos@gmail.com. Si querés deciles que yo te pasé el dato, ya que no es muy conocida.
ReplyDeleteOtra opción es editar con alguna editorial artesanal, acá esta Cartonerita Solar; en BsAs, si no me equivoco, Eloísa Cartonera.
Y, sino -pero en lo personal no me gustan- están las ediciones electrónicas, como te dice alguien más arriba.
Fijate.
Salutes!
Yo siempre le hago favores a todo el mundo. No sé si soy buena o pelotuda. Bueno, quedemos en 50 y 50, así quedo medio contenta (y medio pelotuda) :P
ReplyDeleteel blog es para eso: para disfrutar escribiendo.
ReplyDeleteUn poquito jodido ese señor, tampoco es que te lo iba a publicar él. Pero bueh, algo va a salir (si, suena a consuelo de tontos pero va con todo el optimismo que me sale).
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