Wednesday, September 28, 2011

Experimento Genético

Me genera curiosidad saber como suben (o no) las visitas de los sitios de internet ante un hecho de relevancia mundial. Mi curiosidad viene de hace rato. En Marzo 2010 postee Murió Fidel Castro para ver si el día que se muera yo estaba bien posicionado en los buscadores y poder chequear cuanta gente entraba al blog buscando eso. El tema es que Fidel estuvo muy mala onda y no se murió nada.

El otro día Twitter estaba como loco con las fotos de Scarlett. Entonces yo puse el link a mi blog diciendo que ahí estaban las fotos. Tuve 60 visitas en los primeros 10 minutos. En la siguiente hora 27 visitas más y ahí se termino el fenómeno.

No di por satisfecha mi curiosidad, voy a seguir probando. Al menos me quedo contento que desilusione por unos segundos a 87 personas. Y mi amigo personal Maty fue uno de esos 87.

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El Orden de los Factores

Diálogo entre mi hermano Pablo y Mica, mi sobrina de dos años y medio.

Pablo: Mica, ¿Cuánto es dos más dos?
Ella, con su juguete en la mano y sin mirar a quien le hablaba responde "cuatro".

Silencio en el ambiente. Incredulidad. Duda. Sospecha. Tres eternos segundos de silencio y Mica siguió hablando "cinco, seis, siete, nueve".

No, todavía no sabe cuánto es dos más dos. ¡Pero que cagazo!

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Tuesday, September 27, 2011

Tal Cual

Había contado que fuimos 13 los que terminamos el curso de stand-up. Hicimos la primera muestra y como salió tan bien, hicimos la segunda. Hacer una segunda muestra fue complicado y, en cierta medida, desgastante.

Después de la segunda muestra, llegó la bomba. Todos sabíamos que iba a pasar. Es como esas cosas que todo el mundo sabe, pero cuando llega nadie se lo esperaba. Es raro. Lo que tenía que pasar es que no íbamos a seguir los 13 juntos. Es como medio de pendejo de secundario lo que estoy escribiendo, pero fue más o menos así. En el grupo había muy buena onda. Aunque sé que la buena onda no le importa a ninguno de los lectores, el público quiere leer la bomba.

La bomba fue que se armaba un subgrupo. Cuatro compañeros y yo decidimos armar un grupo de stand-up entre nosotros. La bomba fue decirlo. Y la bomba exploto. Hubo enojos, hubo más enojos por los enojos, hubo broncas por malos manejos, hubo broncas por las broncas, pero por sobre todas las cosas, hubo actitudes de muy pendejo. Con mucho orgullo quiero contarles que yo estoy involucrado en los cinco ítems que acabo de mencionar. Pero bueno, ya esta, algunas relaciones se recompusieron un poco, otras todavía no.

Dani, Noe, Fran, Fede y yo somos los que formamos el grupo, le pusimos Tal Cual. Elegir el nombre fue complicado. La primera regla era no hacer un juego de palabras con stand y están. Ya existen los shows Stand al Pedo, Stand Listos, Stand en Patas y algún otro que por suerte me olvide. Desconozco como eso derivo en Tal Cual, yo no estuve en esa reunión. Al principio no me convencía del todo, ahora me cae muy bien. Por supuesto que cumplimos con los dos requisitos básicos para ser un gran grupo de cualquier actividad, tenemos Facebook y Twitter.

Conseguimos lugar y fecha y armamos el primer show. Fue el jueves 22 de Septiembre en un bar en Las Cañitas. El tema es que, para hacer un show, tiene que haber público. Como que sin público, no hay show. Tal vez si puede haberlo, pero como que esta la sensación que falta algo. Por ahí más que un show seria un ensayo. El problema con el público es que hay que invitarlo. Y asegurarse que vaya al evento.

Cuando empozas a hacer stand-up, casi como que deberías ir preso por trata de personas. Te invitan a un show y te dicen "trae gente". Te invitan a otro show y te dicen "trae gente". El problema es que la gente se termina agotando. Por ejemplo mi novia, ella está agotada de ir a ver mis shows de stand-up. Y no es porque sobre el escenario hablo mucho de ella, sino porque ya escuchó todo el monologo unas 40 veces, los monólogos de mis compañeros unas 15 veces y esta al día con todo el quilombo que se armo por lo que conté varios párrafos más arriba. Como que es lógico.

En mi caso, solo invite a los que alguna vez expresaron interés en ir a verme. Porque entiendo que para muchos puede ser medio embole, a esos no les digo nada. Mi problema pasa porque no entiendo como una persona me puede decir que tiene ganas de venir a verme, yo lo invito y después no viene ni me avisa. O sea, vos me dijiste que querías venir, yo no te obligué. No lo entiendo. Pero bueno, hace más de dos años que escribí la Ley de Hipocresía y todavía yo no me acostumbro a usarla.

La gente es solo una parte de hacer tu propio show, también hay que producirlo. Entonces nos organizamos, ensayamos, elegimos música, vestuario y todas las cosas. O al menos eso pensamos.

Noche anterior al show, alrededor de las 8pm, sonó mi celular. Era el encargado del lugar del evento para decirme que yo tenía que encargarme de cobrar las entradas, que no íbamos a poder usar la boletería del lugar. A 24hs del show tenía que encontrar un cajero de confianza. Se me ocurrió pagarle $50 por la onda. Me di cuenta que por $50 nadie tiene onda. Por esa plata nadie hace absolutamente nada. Hablé con mis compañeritos de grupo y me dijeron que deba subir el pago a $100.

Me puse a buscar alguien que labure un jueves a la noche dos horas sentado en un bar, tomando algo gratis, por $100. No lo conseguí. Puede ser que yo me haya quedado en el tiempo, que no esté al día con la inflación o algo por el estilo; pero para mí $100 por dos horas de laburo era re negocio. Obviamente estaba equivocado. Finalmente apareció una amiga de Noe que lo hizo de onda. Cobro los $100, pero fue más de onda que por la plata. Aparentemente, $100 ya no son lo que eran.

Día del show. Llegamos al lugar cerca de las 8. Probamos sonido, comimos pizza que nos regalaron, tomamos algo, ensayamos un poquito, empezó a llegar la gente. Siguió llegando gente. Y más gente. Y mucha más gente. Había mucha gente posta. Era como la fiesta de 15 de nosotros cinco, que íbamos por las mesas saludando, charlando, agradeciendo por venir.

Cerca de las 10 estábamos concentrando en el vip. Había nervios. Finalmente, alrededor de las 10.30, Fede se subió al escenario y empezó el espectáculo. Estuvo buenísimo. La pase muy bien. Hasta ahora, fue la vez que más disfrute arriba del escenario. Mi amigo personal Ángel me dijo después "muy profesional lo tuyo". También vino Xoi (del blog Mi No Vida) quien al día siguiente me envió un mail que decía "tenía mucha expectativa en cuanto a tu parte, si me iba a gustar como el blog o si iba a ser mejor o peor. Y si, sos gracioso en vivo, creo que superaste al blog aunque ahí quizás seas más gracioso porque te podes explayar mucho más". Gran inflador de ego.

Ahora ya estamos armando el próximo show. Próximamente en las mejores salas.

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Friday, September 23, 2011

Los Eventeros

Así como existen los etiquetadores, hay otro grupo de gente que usa Facebook de una manera un tanto extraña. No menos molestos, pero mucho más intrigantes. Ellos son los que te mandan invitaciones para eventos, mejor conocidos como los eventeros.

La mayoría de los eventeros utiliza Facebook para promocionarse y en casi todos los casos, la promoción está relacionada con el arte. Puede ser una invitación para escucharlos cantar, ver sus pinturas, su obra de teatro, algún curso, un taller. Hasta puede ser para un velatorio, pero eso no calificaría como eventero.

Hay dos tipos de eventeros, los asiduos y los esporádicos. Estos últimos no molestan, están ahí, casi como que le ponen un poquito de color a la red social. Entre invitación a mafia wars o farmville, que llegue un evento no pasa nada. Los eventeros asiduos, en cambio, son extremadamente molestos. No tiene nada de malo promocionar su obra, pero no hace falta enviar cada semana la misma invitación a todos sus contactos. Tal vez algunos contactos viven en el exterior, o tal vez ya fueron a ver la obra. O tal vez simplemente no les interesa. Creo que mandar invitaciones masivas es de mala gente e incluso contraproducente. Si entro a la invitación y veo "1380 esperando respuesta" me saca las ganas.

El tema de las respuestas a los eventos es otro tema cuanto menos polémico. Porque, en teoría, poner "asistiré" no cuesta absolutamente nada. Son dos clicks que se hacen en menos de cinco segundos. Aun así, la gente es reacia a eso. Hay miedo a quedar pegado. "¿Qué van a pensar mis contactos si se dan cuenta que yo voy a ir a este show?" es una duda existencial de estos seres humanos 2.0. Por eso muchas veces la misma persona que crea el evento, nos manda un mensaje diciendo "pone que vas" porque es muy importante que parezca que mucha gente va a ir.

Mi amigo Sebita siempre contesta que no va a ir. Es su política y hay que respetarla. A mí eso me cae bien. Los que me caen mal son los que ponen "tal vez". Poner "tal vez asistiré" es de tibio, de cagon. De gente que quiere quedar bien con todos. A esa gente le va mal en la vida simplemente por no tener carácter.

Los peores de todos, son los eventeros mismos. Esos que nos mandan invitaciones semanales para sus eventos, pero cuando los invitan a algún lado, no responden. Esos merecen la amputación de los dedos índices sin anestesia.

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Thursday, September 22, 2011

#Taller4esunaMierda

Ya conté lo que paso con Taller 4. Me encantaría poder contarles ahora que se disculparon, me nombraron cliente del mes y me regalaron una orden de compra. O que simplemente se disculparon. O que al menos me respondieron. Pero no paso nada de nada. Malditos pedantes. Acá les dejo el dialogo vía Twitter.

Yo: Hoy estuve en Taller 4 y me atendieron como el orto, hicieron el laburo mal y me culparon a mí. Por $8 perdieron un cliente.
Taller 4: Sería bueno que identifiques donde y quien, sino es muy fácil ensuciar. Da detalles.
Yo: ¿Querían detalles? Acá están todos juntos: bit.ly/pdYPiy
Taller 4: El pedido de mayor información, es para saber que sector te debe responder.
Yo: Ya está toda la información. Mi mail es ale@yaveremos.com.ar, espero la respuesta.
Taller 4: Agradeceríamos un teléfono de contacto para que el titular del local de Belgrano se comunique con vos, fijate si es posible.
Yo: No voy a publicar mi teléfono en twitter, prefiero que el contacto sea por mail.
Taller 4: Ok, te enviaremos un mail con los teléfonos de contacto.

Dos días más tarde.

Yo: Nunca me llego ni un mail ni nada... unas simples disculpas no hubieran estado mal.

¿Y si creamos #Taller4esunaMierda y lo hacemos el tema del día? ¿Alguien me ayuda con mi cruzada contra los empleados pedantes y altaneros?

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Wednesday, September 21, 2011

Raras Alegrías II

Allá lejos y hace tiempo escribí el post Raras Alegrías. Hay situaciones que nos alegran y no sabemos bien porque.

Ayer estaba en el consultorio de la dentista, quien comenzó con la ardua tarea del perno y la corona. Apenas me senté en la silla, apareció Gaby —la otra dentista del consultorio— para preguntarle a Silvia —mi dentista— como se llamaba el paciente que estaba en la sala de espera y que ella debía atender. "Martin Domínguez" respondió Silvia. (N del A: uso un nombre ficticio para preservar la identidad de la persona real).

"¿Martin Domínguez?" le pregunté yo a Silvia y seguí "¿sabes si el padre es medico? Porque estoy casi seguro que lo conozco". Silvia me respondió que no sabía y mientras Martin caminaba hacia el otro consultorio, Silvia le preguntó si su padre era medico. Martin contesto afirmativamente; Silvia le dijo que yo estaba en el otro consultorio y que lo conocía. Martin se quedó en el lugar, yo me acerque a saludarlo.

Para poner un poco de contexto. Martin debe tener entre 28 y 30 años, de niños íbamos al mismo club, al que yo deje de ir en 1994. Desde ese momento nunca más lo vi. 17 años después, Martin lucia una cabeza totalmente pelada. El poco pelo que cubría la parte superior de las nuca y apenas sobre las orejas estaba muy prolijamente cortado. No rapado a cero, más bien con unos dos centímetros de largo. Como Domingo Cavallo a principios de los 90s, o como lo tendría el padre de alguno de nosotros. Estaba minuciosamente cuidado y sin nada de barba. Además lucia un pantalón de traje negro y una camisa blanca muy ajustadamente metida dentro del pantalón, lo cual enfatizaba sobre los varios kilos de más. El pibe de menos de 30 años parecía de 50.

Después de un saludo cordial, sin demasiada onda, yo volví al consultorio de Silvia y le dije "ese pibe tiene menos de 30 años" y ella me dijo "¡no me jodas!"

No tengo idea bien porque, pero verlo tan hecho mierda, me alegro el día.

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Tuesday, September 20, 2011

Oído al Pasar 17

Situación: una pareja de alrededor de 30 años bajando por la escalera mecánica de un shopping. Yo estoy subiendo por la escalera de al lado, solo escucho esta parte del dialogo.

Él le dice a ella: "recoger quiere decir agarrar… la que tiene la mente podrida sos vos acá".

En pleno 2011, todavía hay hombres que hacen estos juegos de palabras.

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Tiene con que

En los camarines de stand-up hay buena onda. Conoces gente, intercambias experiencias, Se la pasa bien.

Hace poco conocí a un pibe de más o menos mi edad. No voy a develar su identidad, no corresponde al contenido del post. Hablando un poco, nos enteramos que los dos habíamos estudiado en el farabute.

Él: ¿Qué te pareció?
Yo: Realmente una mierda.
Él: ¿Por qué?
Yo: Porque Romy y Tamer son dos pelotudos.
Él: Bueno, si, Romy es un pelotudo, pero Tamer es un capo.
Yo: A mí me pareció un soberbio asqueroso.
Él: Si, es un poco soberbio, pero tiene con que.

Acá surge mi duda existencial, ¿se puede ser soberbio si se tiene con que? Yo creo que sí, pero hay que poner las cosas en contexto. Primero, aclaro que estamos hablando de gente cualquiera, no una estrella exitosa. Si Mick Jagger es soberbio, es tema suyo. Para el propósito de este post solo vamos a la gente común y corriente.

Yo creo que si sos alguien exitoso en tu rubro, tenes derecho a cierta soberbia. Pero esa soberbia puede ser usada únicamente en tu rubro. Si sos un capo en sistemas, no me hables de sociología con soberbia, porque ese no es tu tema.

Ahora viene un tema más subjetivo aun, que es la definición de exitoso. Según el rubro, puede ser medido en forma monetaria, premios y/o reconocimiento de sus colegas y/o del público. O sea, si ganaste mucha plata con lo tuyo o si todos te reconocen como un ejemplo de la materia.

Vamos al caso de Tamer en particular. Por ahí el tipo es un genial director de teatro, pero eso bajo ningún punto de vista debería habilitarlo para ser soberbio como profesor. Por otro lado, no es un genial director de teatro porque yo vi el teatro que maneja. No tiene éxito económico ni tampoco tiene reconocimiento de sus pares, porque con cada referencia de stand-up que yo hable, me respondieron "Tamer es un ladri". Entonces, Tamer es soberbio porque es soberbio, no tiene con que respaldar su soberbia más que con su propio ego y con alumnos idiotas (entre los que me incluyo) que abonen una cuota.

Por otro lado, está la humildad de los que saben mucho. Creo que existe, pero no se puede sostener en el tiempo. Porque no importa que tan humildes puedan llegar a ser, si se les sale medio comentario dicho con autoridad, siempre hay alguien que va a pensar "antes era humilde, pero ahora cambio".

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Friday, September 16, 2011

Lugares que No: Taller 4

Luego del exitosísimo éxito de la sección "Gente que No" con Nicolas Repetto a la cabeza, llega a YaVeremos la nueva sección Lugares que No.

Después del post de defensa del consumidor, mandar otra queja tan rápido es riesgoso. Casi me da miedo convertirme en Doña Rosa. Pero no me dejaron opción. Entonces, me la juego y me la banco, me voy a quejar otra vez. En fin, de eso se trata el blog.

Resulta que ayer a la tarde estuve en Taller 4 para imprimir unas cosas y me atendieron realmente mal. En Taller 4 atienden mal. En esta sociedad moderna, cuando te pasa eso, en lugar de quedarte refunfuñando, lo escribís en Twitter o Facebook. Entonces, yo puse lo siguiente "Hoy estuve en Taller 4 y me atendieron como el orto, hicieron el laburo mal y me culparon a mí. Por $8 perdieron un cliente" y obviamente los copie.

Hoy a la mañana me encontré con la siguiente respuesta de ellos "sería bueno que identifiques donde y quien, sino es muy fácil ensuciar. Da detalles." Me pareció un toque pedante. De la misma manera que me atendieron ayer. Tal vez, en su cabecita, ser pedantes no es atender mal. Pero bueno, señores de Taller 4, ustedes querían detalles, acá están los detalles.

Antes de empezar, una muy pequeña explicación técnica. El tamaño de las hojas A3 es de 42 x 29,7 cm y el de las A4 de 21 x 29 cm.

Llegué al local de Belgrano, el que esta frente a la UB. Fui hasta el fondo, baje unos ocho escalones donde se encuentra el sector de impresión. Había una chica en una impresora mirando como salían papeles y tres chicos cada uno en una PC, que miran a la pared, no al público. La chica de la impresora me dice "en un segundo estoy con vos" en tono normal, aunque sin siquiera saludarme. Le dije que todo bien, que no había apuro.

Dos minutos más tarde, la chica seguía en la impresora. Yo seguía sin apuro mirando el local. Sobre el mostrador hay una urna estilo buzón de sugerencias con un cartel que dice "¿Por qué se pierde un cliente?" y abajo sigue 5% por esto, 20% por lo otro (...) 65% por mala atención. El mismo cartel pide que si el cliente no fue atendido como corresponde, se queje. Al lado de la urna hay un mino formulario y una birome. El pequeño detalle es que la urna es transparente. Y esta sobre el mismo mostrador en el cual el supuesto vendedor te atendió mal. Casualmente, la urna esta vacía. Tal vez, solo tal vez, después de que el cliente se queja, el vendedor saca la queja y la tira. Señores Taller 4, mi sugerencia es que muevan la urna más cerca de la puerta y no la hagan transparente.

Uno de los chicos que estaba frente a la PC se levantó y me pregunto que necesitaba. Le di un pen drive pidiéndole dos copias en A3. Le pregunté por los tipos de papeles, me contesto con cierto desgano pero nada grave. Aparentemente, después de ser pedantes, el desgano es la segunda actitud predominante del lugar.

Mandó a imprimir las copias, me dio un remito y me dijo que pague por caja que ahí me las iban a alcanzar. Fui a la caja, pague $12 y me entregaron las impresiones. Acá empieza el problema. El tamaño de la imagen que mandé a imprimir es de 21,6 x 21,6 cm. El astuto vendedor la imprimió centrada en una hoja A3.

Yo: Yo lo quería en hoja A3, pero que ocupe toda la hoja A3.
Cajera: Vos no dijiste eso.
Yo: Pensé que era obvio. Mira el dibujo, entra en una hoja A4.
Cajera: No, no entra.

Dijo esto mientras apoyaba una hoja A4 sobre el dibujo y sobresalían 3 milímetros de cada lado.

Yo: ¡Sobra menos de un centímetro!
Cajera: Pero vos las pediste ampliadas
Yo: No, fue un error mío. Asumí que era obvio. Me las podes hacer otra vez, te las pago.

Es cierto, yo no las pedí ampliadas. También es cierto que el pibe metió el pen drive y puso imprimir. ¿Pero no debería estar incluido en el servicio de venta algo de atención? No te pido mucho, solo un poquito. Como por ejemplo, que el mismo pibe que me atendió me diga "mira que te sobra mucho espacio, ¿Queres agrandar la imagen?" y en caso que yo le diga que sí, me comente sobre el pixelado. Ni idea. Creo que no pido mucho. Me parece que tal vez corresponde que una persona que estaba mirando Facebook mientras yo estaba esperando, mínimamente me asesore con mi compra.

La cajera se acercó hasta el vendedor y le dijo "las quería más grandes" y el vendedor se dio vuelta con cierto ímpetu. Digamos con cara de orto para ser más precisos. Como si estuviera muy ocupado y lo interrumpen con necedades. El vendedor me vio, freno su ímpetu y le dijo a la cajera "pero no me aviso" y hablaron entre ellos unos segundos. Apareció otro vendedor quien aparentemente tendría mayor jerarquía en el organigrama de la impresión. Me dijo a mi "te las hago y te las cobro como fotocopias" yo dije "ok".

Fui a la caja, pagué los $8 de las dos fotocopias color A3. Un toque embolado de la actitud de mierda de todos los empleados del lugar. Bueno, tal vez no todos, pero si los tres que me atendieron a mí.

Yo: ¿Quién es el encargado del local?
Cajera: ¿Por qué?
Yo: ¿Para qué tienen un cartel de "como se pierde al cliente" si igual después atienden mal. Saquenlo y listo.
Cajera: No... bueno... ¿Por qué lo decís? ¿Queres que te llame al encargado?
Yo: No, ya está.

Y me fui. Reconozco mi parte, que es quejarme estilo Doña Rosa por $8. También reconozco que yo no dije "ampliado". Pero, ¿Qué onda esta gente? Todos los que me atendieron a mi me atendieron mal. La que no me atendió (la de las impresoras) tampoco me hablo bien. En fin, será que son todos diseñadores re capos y re grosos que no están a la altura de asesorar al cliente con problemas demasiado mundanos para sus labores diarias. Sí, creo que debe ser eso.

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Thursday, September 15, 2011

¿Y ahora, quien podrá defenderme?

El titulo del post es porque creo que tengo más chances que se aparezca el Chapulín Colorado y me ayude que encontrar una solución real.

En Febrero comenté mi problema con Mastercard y mi banco. Gracias a los comentarios que recibí, fui e hice la denuncia en defensa del consumidor. El tema es que como yo soy lento, fui a hacerla recién en Julio.

Llegué, saque turno, me atendió una señora de unos 60 años peinada con un pelo para cada lado. No era moderna, solo cumplía con el look necesario para ser la típica empleada burocrática. Mientras ella me atendía, en el box de al lado se encontraba otra empleada con el mismo look atendiendo otros reclamos. Escuché a una señora quejarse de su odontólogo y a otra del costo de las llamadas de larga distancia. La señora burocrática de al lado explicaba que esos no son reclamos pertinentes, debido a que los odontólogos no están regidos por defensa al consumidor y si uno se suscribe al plan de larga distancia, tiene que fijarse los precios. Mientras que mi empleada burocrática me decía "¿vos te das cuenta los reclamos que tenemos que escuchar? La gente reclama cualquier cosa". Yo entiendo que la gente reclame cualquier cosa, pero tu laburo es escuchar reclamos y derivarlos. Es como que la persona que atiende los reclamos de las valijas perdidas en el aeropuerto se queje "acá la gente viene a reclamar enojada". Y, si me perdes la valija, yo me voy a enojar. Entiendo que no me la perdiste vos personalmente, pero si sos el representante de la aerolínea en ese preciso momento, sabe que te voy a putear. Mucho.

Entonces, mi empleada burocrática me hizo llenar papeles y llevar muchas fotocopias. Mi DNI y todos los resúmenes de la tarjeta desde Agosto 2010 hasta ahora, todo por triplicado. Una copia para ella, otra para MasterCard y otra para el banco. Porque lo mejor es demandar a los dos. Complete una ficha, firmé copia de la misma. La empleada lo leía mientras me trataba bastante mal. Al final pusimos fecha de audiencia para el 15 de Septiembre y me dijo "no te preocupes, si no se presentan los multamos con cinco mil pesos". Tiemblan MasterCard y el banco, se les viene la multa de cinco lucas.

Pasaron los dos meses y llegó el 15 de Septiembre. A las 11 de la mañana debía presentarme en el segundo piso de defensa del consumidor. Se me hizo tarde y llegué 11.10. Subí las escaleras corriendo, los tres pisos, porque hay un entre piso en algún lado. Malditos entrepisos. Camine rápido hasta los escritorios de defensa del consumidor y me presente un tanto agitado. No estoy para subir tres pisos por escalera corriendo. En cualquier momento agarro y digo que vuelvo al gimnasio. No voy a volver, pero pienso considerarlo seriamente.

Mi empleada burocrática estaba atendiendo a alguien. Yo, además de agitado, estaba asustado por temor a perder el turno. Ya sé que son solo 10 minutos, pero nunca se sabe con esta gente. Le pregunté a empleada burocrática numero tres donde eran los turnos porque tenía turno a las 11 y se me hizo tarde y me respondió —de mala manera, para continuar con los usos y costumbres del lugar— "defensa del consumidor es ahí" dijo sin señalar a ningún lugar. Levanté la cabeza para buscar los carteles y ella agregó "ahí, ¿no los ves?" Y no, idiota, si no me decís donde es no los veo; pero no dije solo, solo respondí "ah, gracias" con tono de nada.

Mi empleada burocrática buscó el turno del día y me llamó por el apellido, me dijo que todavía no habían llegado los abogados, que esperemos. Unos 10 minutos más tarde, apareció un pibe jovencito, digamos 25 años, caminando parsimoniosamente como si no le importara nada. Que de viejo que es decir jovencito a alguien de 25. En realidad no lo digo porque 25 sea joven, sino porque es llamativo para ser el abogado de una empresa. Aunque, por otro lado, la demanda era por 27 dólares, yo también mandaría a alguien de 25 años. Estaba vestido con pantalones Legacy pinzados de color azul, una camisa blanca y sweater color celeste, cuello en V y sin mangas y zapatos marrones. Lo que se dice, un verdadero muñeco de torta; quien resultó ser el abogado de MasterCard.

La empleada burocrática lo vio y dijo "doctor, como está usted, pase por acá, siéntese, blablabla". La empleada burocrática sesentona estaba loca loca por el muñeco de torta. No porque fuera facherito, sino por el título universitario. Primero que nada, es abogado, no doctor. No todos los abogados son doctores. Segundo, no podes tratar mejor a alguien porque tiene título. Bueno, si podes. Pero sos un idiota por hacerlo. Y tercero, yo también tengo titulo. Pero bueno, no se lo dije a la empleada burocrática.

La empleada burocrática nos invitó a pasar a una sala cerrada mientras esperábamos a la abogada del banco. "Pase por acá, doc" le dijo. Si, leyeron bien, le dijo doc. Emmett Brown es Doc, el muñeco de torta este claramente no aplica como doc. Maldita empleada groupie burocrática del demonio, que seguía igual de despeinada que dos meses atrás. Macri, pagale la peluquería a esta gente, por favor te lo pido. Apenas entramos, el muñeco de torta cerró la puerta, observó la sala cuadrada y expresó "es como un cubo de silencio". No nene, no. No sos gracioso. No digo que ahora que yo hago stand-up tengo autoridad para declarar como graciosa o no graciosa a la gente, pero vos no sos gracioso. Salvo por tu sweater.

Unos minutos después, arribó disculpándose la abogada del banco. Una mujer madura cuyos encantos habían desaparecido. Nos presentamos los tres, yo conté lo del fraude, que me cobraron, que me devolvieron la plata, que me volvieron a cobrar y todo eso. Ninguno de los dos abogados tenía las copias de los resúmenes que yo había dejado dos meses antes, ni el reclamo formal. Concluyeron que lo mejor era realizar una investigación y pasar a cuarto intermedio. Todo esto mientras la empleada burocrática los trataba de maravillas y a mí me seguía hablando pesimamente mal. Te odio empleada burocrática, sabelo.

Cuarto intermedio quiere decir que ellos van a investigar y después me dicen que onda. Mientras la empleada burocrática preparaba la nueva ficha con fecha de Octubre, los abogados comenzaron a hablar entre ellos sobre otros abogados. Abundaron las preguntas sobre conocidos, si tal sigue trabajando o si tal otro la conoce, si tal otro me conoce y no a él no lo conozco. Todas preguntas intrascendentes, pero por las cuales se los veía chochos a ambos. Me acordé de cuando le dije a Julio el Cortinero de donde lo conocía.

La empleada burocrática trajo el nuevo formulario para que todos firmemos. "Primero las damas" dijo mientras le pasaba el formulario a la abogada del banco. ¿Puede una mujer decir primero las damas? Me parece que queda un poco raro. Todos firmamos, el muñeco de torta se fue apurado y la abogada del banco me pidió mi número de teléfono por cualquier consulta. La empleada burocrática la interrumpe, como queriendo participar y serle útil a los abogados. Nadie le aviso que ella es defensa del consumidor, no defensa de los abogados de las empresas a quienes los consumidores acusan de incumplimiento. Cuestión, la interrumpió y dijo "en la denuncia original está el número de teléfono". La abogada respondió que no tenía la denuncia original mientras anotaba mi número. La empleada burocrática observó la denuncia original y me dijo "acá no dejaste tu teléfono, ¿Por qué no lo dejaste?" Y como carajo voy a saber yo que tengo que dejar mi numero, sos vos quien me tiene que decir que datos dejar y cuales no.

Estamos en cuarto intermedio. Nos vemos en Octubre y ahí me voy a enterar quien podrá defenderme.

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Wednesday, September 14, 2011

Las Luces se Encienden


El Verdadero Camino al Escenario
fue la muestra de fin de curso. Nos había ido muy bien a todos, porque (creo) siempre te va muy bien. A fin de cuentas, es una muestra y la gente le pone mucha onda.

Cuando las cosas salen bien, las queres hacer otra vez. Al menos yo quiero eso. No me convence mucho lo de "fue muy lindo pero ya esta". Si fue muy lindo, vamos y hagámoslo otra vez. Y lo hicimos.

El problema fue el camino para hacerlo. Porque el profesor nos deseo mucha suerte y dijo que nos encargáramos nosotros. Lo cual fue absolutamente lógico, en algún momento hay que cortar el cordón. Empezó la organización y, obviamente, empezó el conflicto. Porque somos 13 personas donde todos queremos lo mismo, pero no tanto.

El primer problema fue la elección del lugar. Algunos querían repetir el Chacarerean, otros querían ir al Paseo La Plaza. Otros querían seguir averiguando y otros querían confirmar fecha y cerrar lo antes posible. Por un tema de costo/beneficio, Cacha, uno de los chicos, consiguió el mejor precio en el Chacarerean. El tema del precio fue un factor, porque nosotros íbamos a comprar todas las entradas para luego venderlas. El lugar nos las dejo a $12,50 por entrada, nosotros debíamos venderlas a $20, la diferencia no era ganancia, era para cubrir los gastos restantes.

Fui al teatro y me dieron todas las entradas. Iba agarrando 12 entradas al azar y las metía en un sobre, hasta tener 13 sobres. Cada uno de los sobres iba para uno de mis compañeros y él/ella debía encargarse de vender (y pagar) esas 12 entradas. El segundo problema de la organización fue que algunos necesitaban más de 12 entradas mientras otros necesitaban menos. La organización se puso un toque difícil. Yo me autodenomine productor del evento y me encargue de todas estos detalles. El tema es que ser productor sin estar realmente a cargo, es imposible. Porque yo decía "me parece que..." y con que otro responda "a mí no" se terminaba mi pseudo-autoridad.

El asunto de las entradas fue un incordio. Lamentablemente, no fue el único. También había que conseguir quien filmara el show. La gente que filmó el primero nos cobro $600 y la calidad de imagen no era del todo buena. Nos pusimos a buscar reemplazante. Yo conseguí un amigo de un amiga que me presupuesto $900. Le dije que no podía gastar tanto, que la otra vez nos filmaron por $600 y la idea era gastar menos, me respondió "puedo bajarlo a $700". Creo que pensó que estaba negociando. Mari, una de mis compañeras que estudia cine, consiguió alguien que nos filme por $400, pero sin edición Decidimos ir por ese plan y lo edito ella misma. Quedo muy lindo, pero no pregunten, no lo voy a subir a YouTube.

También hubo que conseguir presentador, sonidista, música para el show y resolver el orden en el cual íbamos a subir al escenario. Coordinar producción esta bueno, pero insisto, sin estar a cargo, no es tan copado. Porque todo el mundo tiene su pequeño ego, y por más que fue la segunda experiencia arriba del escenario, a varios les sale su diva interior. Igual, creo que me gustaría más estar a cargo en general que coordinar producción.

El tema del conflicto por las entradas siguió presente hasta el mismo día del show. Media hora antes de subirme al escenario, yo estaba armando la lista para dejar en boletería en lugar de estar ensayando. En ese momento concluyó mi amor por la producción.

Como no había profesor ni autoridad formal, era casi una anarquía. Se decidió que no íbamos a quedarnos esperando en el camarín como la última vez. En esta ocasión, estuvimos todos atrás de todo. Todos mirándonos a todos, apoyándonos, casi pornográfico, pero con buena onda. A pesar de todos los problemas previos, había un muy buen ambiente, una onda de relajación total. Ya no estaban los nervios de la vez anterior, ahora todos queríamos disfrutar. Como dije antes, casi pornográfico.

Finalmente, empezó el espectáculo. Se subió el presentador y empezó a ponerle actitud, la gente respondía. Paso Fede, el primero de mis compañeros con una carga enorme. Es muy complicado ser el primero, pero él le puso mucha onda. La gente se rio, pero más o menos. A todos los que estábamos atrás nos agarró una especie de susto pensando "¡Uh! Si no se ríen con esto... estamos jodidos." Una chica nos sacó el miedo diciendo "mejor, que se rían si les causa gracia, no como la muestra que te aplaudían cualquier cosa... yo prefiero que el público sea más honesto".

Fueron pasando los siguientes humoristas, o comediantes. O alumnos, aunque ya egresamos. Porque no se bien que palabra usar para describir a esta gente. Cuestión, estaba Nico, el comediante número cinco iba camino al escenario. Yo era el número seis, ya me encontraba en posición. El día de la primera muestra, yo subí al escenario, saludé a la gente, pregunte "¿Cómo están?" y cuando todos responden "bien" yo dije "me alegro, yo pésimo". Porque iba a hablar un poco de eso.

Esta vez, para la segunda muestra, había otro clima. Como dije antes, una especie de anarquía. Habíamos quedado en repetir los monólogos de la primera muestra, pero no todo se cumplió de esta forma. Algunos decidieron improvisar un poco. En algunos casos, el nivel de relajación bordeaba el "me chupa un huevo" pero no desde la falta de respeto, más bien como una actitud de divertimento. No sé bien como explicarlo, ni sé siquiera si se entendió.

En fin, Nico se subió al escenario, dijo "buenas noches, ¿como están?" y ante la respuesta de la gente, él respondió "yo pésimo". ¡Hijo de puta, abrió como yo! Yo estaba atrás de todo, perplejo. Luli, una de las chicas que estaba al lado mío, quien también se dio cuenta, me dijo "abrió como vos". No lo podía creer. Seis minutos antes de subirme al escenario me habían robado la primera línea del monologo. Pensá. Pensá. Pensá. ¿Qué digo cuando me subo? Pensá algo ya. Pregunté por ahí, uno de mis compañeros me dijo algo y me relajé otra vez.

Bajo Nico, paso el presentador y al toque me subí al escenario. Salude a la gente, todo bien, seguí con mi monologo. En la mitad, después de que la gente se rió y aplaudió algo, me olvide como seguía. Dije "me olvide" y me volvieron a aplaudir. Ahí me acordé y seguí como si nada. Excelente onda del público, pero el olvido de tres segundos arriba del escenario no está tan bueno que digamos.

Terminé mi monologo, bajé y me quedé atrás con el resto de mis compañeros. Luli lo había cagado a pedos a Nico, quien no paraba de disculparse conmigo. Fue de distraído, no de mala onda ni de ladrón, yo le creo. Incluso porque 4 horas después me envió un SMS donde se disculpaba nuevamente y al día siguiente me llamó para pedirme perdón una vez más.

Saludo general al público y termino el espectáculo. Baje del escenario, saludé a mi novia y a mi amiga personal Celeste. Hablando del show, Cel le dice a mi novia "si, estuvo bueno, igual yo ya sabía que Ale era gracioso... fue como hablar por teléfono con él" y fue el mejor piropo que recibí. Si alguien se cree que yo arriba del escenario puedo hablar igual que en cualquier otro momento de la vida, me siento realizado.

Entre la audiencia también se encontraba Maya, una amiga que hace stand-up desde hace un par de años, de quien esperaba una devolución más formal. Ella me dijo, "me gustó mucho, vos estas en el Top 3... ¡Pero real, eh!"

Esa fue mi tercera vez en el escenario. Le pregunté a Maya como sigue el asunto y ella me dijo "ahora hay que moverse" y yo me empecé a mover. El fin de semana pasado tuve mi cuarto show. Ya veremos como sigue.

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Monday, September 12, 2011

Sending Fruit - Septiembre

Año 3 / Número 40

# No está nada bueno encontrarte con alguien en el supermercado y que te mire el changuito... como que te sentis un poco violado.

# Tengo la duda existencial si bloguear las anécdotas de los shows de stand-up. Me siento un poco nabo haciéndolo. Acepto sugerencias.

# Pobre Domingo Faustino, las torres gemelas le cagaron su día. Digan lo que digan, a mi el tipo me cae bien.

# El otro día quise ir al cine a ver la de los monos y saqué entradas para Mi Primera Boda. Me acuerdo cuando no hace tanto, yo tomaba decisiones.

# Hace poquito twitee que se me había acabado el abono del celular y Claro me lo recargaba dos días después. ¿Compro tarjeta o no? Que dilema... Y el dilema me lo resolvió la cuenta de Twitter de venta de tarjetas online, que me quiso vender una.

# Pleno 2011 y todavía hay gente que dice Setiembre.

# El chat de Facebook es mejor que el MSN porque no te tenes que despedir, te desconectas y ya fue... y después nadie te reclama nada.

# Hace unas semanas estaban todos horrorizados con que Graciela Alfano se garchó a Massera, pero nadie dice nada que Massera se garchó a Alfano. ¿La vieron bien a ella?


# Te Busco: La subseccion de Sending Fruit donde están algunas de las cosas que la gente busca en Google y termina en YaVeremos.

- Feliz cumpleaños odontóloga
- Test de inteligencia con respeustas
- En que parte de la cosina se puede dejar el repasador
- Como se realizan los repasadores
- Me da asco buen provecho
- El plomero: para niños
- Pleboy fondo grande
- Acomodar las botellas en la heladera
- ¿Las galletitas porque se mojan con liquidos?
- Como hacer que se de cuenta que nos vemos poco
- Soy inquilino que pasa si me voy sin pagar las expensas?
- Peluqueros deben hacerse preocupacional
- ¿La gripe como nos afecta?
- Significado de la palabra hoy nos vemos
- Ya voy a salir más seguido al járdin


Related: Sending Fruit

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Sending Fruit™ Los 12 de cada mes en Ya Veremos.

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Friday, September 9, 2011

Todo sobre mi Muela

Llego el día. Finalmente, fui a hacerme el tratamiento de conducto, también conocido como endodoncia. Llegue 10 minutos antes del turno para que no me pase lo mismo que la última vez. No está bueno un dentista de mal humor.

Toque timbre y entre al consultorio. La recepcionista dijo "buen día" de mala gana y no mucho mas. Yo tenía mi carnet de obra social a mano y todo, pero ni bola. Estaba ahí solo, con cara de "háblenme" pero sin respuesta. No había nadie más. Pasaron dos minutos eternos y apareció el dentista. No me saludo enseguida. Me miró, como estudiándome, como analizando un espécimen en un museo. Inclinó levemente la cabeza, unos 30 grados, hacia su izquierda. Puso cara de pensativo unos segundos y preguntó "¿hay que hacerlo?" Yo respondí en forma afirmativa y me invito a pasar al consultorio.

Me senté en el sillón y Mauricio, mi odontólogo, empezó a pegarle a los botones para acomodar el sillón. Todo el aparato es muy top, con muchos botones y palanquitas, todo muy futurista. Pero él seguía dándole duro a los botoncitos. "¿Cuesta mucho todo este equipo?" pregunté yo. Cada tanto pregunto obviedades, es que en determinadas situaciones tengo la necesidad imperiosa de sacar tema de conversación. Y el odontólogo pegándole a los botones es una de esas situaciones. Mauricio respondió "un huevo, por eso me da mucha bronca que no funcione". No no, odontólogo enojado no. Por favor no. Que funcione esto ya.

Funciono no más. Acomodo la silla lo mas horizontal posible y a una altura bastante baja para quedar él cómodo. No me molesta, yo prefiero que él se sienta confortable. Agarró la jeringa, me puso mucha anestesia y me dijo "ya vuelvo" y desapareció por casi cinco minutos. Entiendo que tenemos que esperar a que haga efecto, pero no me dejen solo.

Volvió con guantes de plástico en la mano, se los puso haciendo mucho ruido. Ese sonido horrible que hace el plástico cuando golpea contra la mano. "Al menos es odontólogo y no proctólogo", pensé tratando de mantenerme positivo. En ese instante, Mauricio se acomoda el pelo. Con los guantes puestos. ¿Los guantes son para mí o para él? Porque si son para mí, no pinta muy higiénico que se ande acomodando el pelo. Pero bueno, no me quejo, a él ya se le había pasado la bronca de los botoncitos, mejor no abusar.

Me preguntó si la anestesia ya había hecho efecto, contesté que sí. Me dijo "¿sabes qué? hablas exactamente igual que otro paciente mío." Le pregunte si era por la anestesia me dijo que no, que tengo una dicción rara en la forma que junto las consonantes. "Son palabras" pensé pero no lo quiero contradecir.

El dentista me incrustó el absorvedor de saliva por debajo de la lengua y me puso un metal en la muela sobre la cual iba a trabajar. Ya habíamos quedado que el conducto se hacía sin goma, yo eternamente agradecido. El metal sobre la muela era una especie de criquet que no me dejaba cerrar la boca. Agarró el torno y empezó a darle duro y parejo al centro de la muela, donde estaba el arreglo. Comencé a sentir un olor absolutamente repugnante. Chistes fáciles al margen, es una sensación muy rara sentir tan feo olor y pensar que está saliendo de adentro tuyo. Con el criquet a la derecha de la boca, el absorvedor de saliva debajo de la lengua, aproveché un segundo cuando Mauricio sacó el torno y le consulte por el mal olor. Me respondió que es pasta quemada, que tiene olor muy feo. Pero que él ya se acostumbro. Me alegré por él, que continuó con sus labores.

La ventana del consultorio tiene una orientación oeste, por donde entra el sol de tarde. Si estas acostado en la camilla, los pies apuntan al norte. Y si es un día de 22 grados como el de ayer, con el sol entrando por la ventana y haciendo efecto invernadero sobre mi oreja izquierda, el resultado no es tan bueno. Es como quemar hormigas con una lupa (todos lo hicimos alguna vez) solo que la hormiga vendría a ser mi oreja. Igual, reconozco que apenas me empezó a quemar la oreja, pensé que en algún lado había alguien hablando mal de mí. Puedo estar con él criquet en la boca y pasándola muy mal, pero el ego no se mancha.

Mauricio termino de sacar toda la pasta y se preparo para sacarme una radiografía. De esas seriadas que dan arcadas por todos lados. Yo tosí, él la saco igual. Yo con lágrimas en los ojos, él diciendo "pobrecito" con cara de solidaridad, empatía y pena. Admito que estoy totalmente a favor de la misericordia en los consultorios odontológicos, pero en ese momento, cuando escuche el "pobrecito" me di algo de vergüenza ajena.

Volvió con la radiografía y me dijo que las muelas tienen tres conductos, y agregó "una en un millón tiene cuatro". Adivinen quien tiene una muela con cuatro conductos. Dale, adivinen quien es el elegido, el distinto. Sí, soy uno en un millón. No puedo ser el boludo en el millón que gana el Loto o el Quini. No. Yo soy el boludo de los cuatro conductos.

El odontólogo comenzó el tratamiento de conducto propiamente dicho. Iba metiéndome cosas en la boca. Yo siempre con los ojos cerrados. Tenía tres o cuatro utensilios en uso. Uno era una pinza, otro un mini taladro y no vi los demás. Pero el detalle es que los que no estaban en uso, no volvían a la bandejita, si no que los iba apoyando sobre mi pecho. Yo no decía nada, no voy a contradecirlo. Pero me genero cierta duda, como hará Mauricio cuando atiende mujeres. Porque yo no sé nada de mujeres, pero asumo que no les debe caber mucho que les dejen la pinza ahí en el medio. Digo yo, ni idea.

En el medio del tratamiento, salió la segunda radiografía. Ahí ya tuvo menos piedad. El tratamiento prosiguió durante unos 15 minutos más. "Casi terminamos" me dijo mientras preparaba la tercera radiografía. Esta vez sí, ya no hubo ni misericordia, ni piedad, no empatía, ni nada. Solo cara de estar podrido de mis arcadas. Esta vez, yo tuve que solidarizarme con él.

A los 50 minutos de haber comenzado, Mauricio dijo "listo, ya esta" y me sacó el criquet y el absorvedor de saliva de la boca. Le pregunté por algún medicamente y me dijo "si te duele tomate un Ibupirac 600". Si Mauricio, capaz que espero a que me duela para tomar un Ibupirac. Volví a casa y me tome un Ketrolac, mi nuevo mejor amigo.

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Wednesday, September 7, 2011

Tibios y Adictos en la Web

Yo pensé que esto de andar viendo quien te borro de Facebook iba a estar buenísimo, pero no lo es tanto. El otro día conté del chabón que me borro porque se iba a ir a vivir al exterior. Bueno, dos días después de ese post, me volvió a pedir autorización de amistad... ¡Desde su mismo Facebook! Aparentemente, descubrió que su cuenta le sirve en cualquier parte del mundo.

Unos días más tarde, otra persona me elimino. Es un familiar político, de esos que no se pueden borrar. Lo peor de este caso, es que dejo de ser mi amigo; y no el de mi hermano y mi hermana, con quien tiene la misma relación que conmigo. No entiendo porque me borro a mi y a ellos no. Entonces le mande un mensaje remarcándole su poca onda y me respondió —un tanto sorprendido— "no me jodas que revisabas mi cuenta todas las semanas!" Al día siguiente, me llegó una solicitud de amistad de él.

Aclaro que no acepte a ninguno de los dos como amigo, tengo las solicitudes ahí pendientes. Me cae mal la gente tibia, casi cagona diría yo. Si borrar a alguien, lo borras. ¿Qué es eso de andar agregándola otra vez porque se dieron cuenta? A esa gente nunca le va a ir bien en la vida.

Hay un caso que entiendo menos todavía. Un compañero de la universidad me elimino de Facebook hace mucho, digamos unos dos años atrás. Al poco tiempo de eso, me mando un mensaje reclamando que yo estaba esparciendo el rumor que la esposa lo estaba cagando. El detalle es que yo estaba viviendo a unos 10mil kilómetros de la universidad de la cual todos nos habíamos recibido tres años antes. No había forma que yo este con ese rumor. Si me llego el rumor, porque son esos datos divertidos. Y aparentemente la esposa si lo estaba cagando. Pero bueno, allá ellos. El dato curioso es que este muchacho en cuestión la semana pasada me quiso agregar a Linkedin. Si, el mismo que me borro de una red social ahora me quiere agregar en otra. En fin... tal vez ya no estamos para Facebook y quiera una relación más madura conmigo, por eso Linkedin.

Como que la gente se ofende si la borras. Por ejemplo, la chica de Exquisita me envió un par de Twits muy mala onda después que yo deje de seguirla. Lo peor, es que al dia siguiente, elimino esos Twits. O sea que dentro de sus 80mil Twits en tres años, hay algunos más que ella elimina.

Como si fuera poco, está creciendo exponencialmente. Aquel post yo lo escribí el 1ro de Agosto, ella tenía 78.124 Twits. Hoy, 7 de Septiembre, hay 81.449. En los últimos 38 días, esta mujer Twiteo 3325 veces. Y esto sin contar los que borra. Haciendo la misma cuenta que antes, que duerme 7 horas por día, nos da un Twitt cada 11 minutos. La otra vez el resultado fue uno cada 12, parece que la diferencia no es mucha. Pero si sigue a este ritmo, para Septiembre del año que viene ella ya va a estar en un Twitt por minuto. Me preocupa un poco esta mujer. Ayudemosla. Amputemosle los dedos.

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Tuesday, September 6, 2011

Memoria

#FelizCumplePaulitaChaves es el hashtag del día en Twitter. Creo que llegamos al punto de inflexión, hay demasiados famosos. El problema, creo, no son los famosos en sí, sino los que los transmiten en 45 canales las 24 horas del día. Esos que se creen periodistas porque dicen ser periodistas de espectáculos —como si el término aplicara para un notero de 26TV— y no son más que mierdas de personas que matarían a alguien con tal de estar en el lugar del famoso.

Pero el famoso es otra mierda también. Me molesta mucho que los famosos solo siguen famosos en Twitter y se twittean públicamente entre ellos solo para parecer todos amigos, cuando en realidad lo único que quieren es mendigar seguidores. Como el colorado sorete de Martin Liberman, que cada vez que aparece en pantalla, pone su usuario de Twitter y le cuenta al espectador que él responde todos los twitts. Martin, por favor, algo de dignidad.

Igual, lo que más me llama la atención es la capacidad de la gente para recordar la cantidad de famosos y casi-famosos que hay dando vueltas. Desde el trabajador portuario de la primera Expedición Robinson, hasta al ganador de Gran Hermano que lo agarraron con un chabón, pasando por todos los de Bailando, Patinando, Cantando y Cagando por un Sueño; todos sabemos todo de la vida de ellos. ¿De dónde viene tanta memoria? Fácil, de la que nos ahorramos al no memorizar más números telefónicos. Desde hace casi dos décadas con las agendas de celulares, las agendas de los inalámbricos y el identificador de llamadas, no es necesario recordar teléfonos. Yo antes sabia todos, por ejemplo el laburo de mi mamá era 45-1971 (sí, de seis dígitos). Ahora, gracias a la tecnología, no necesitamos gastar memoria en superfluosidades y podemos saber los nombres de todos los perros de Nicole.

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Monday, September 5, 2011

Mi Primera Vez

Mi primera vez en el escenario, que es mucho más interesante que la que pensaron todos cuando leyeron el titulo del post. En el post de El Verdadero Camino al Escenario conté como fue todo el curso y la muestra. Esta vez, la primera vez real, con público que va a ver un show de stand-up posta, no una muestra de fin de curso donde son todos buena onda y te aplauden absolutamente todo lo que decís.

Conseguí estar en un Open Mic en The Cavern, en el Paseo La Plaza. Es una sensación rara. Me iba a subir al escenario de un lugar donde fui público incontables veces. En el show íbamos a ser 10 comediantes, monólogos de 5 minutos cada uno.

Llegué una hora antes, tal como me habían pedido; y me puse a volantear, tal como me habían pedido. Cualquiera que fue al Paseo La Plaza sabe que hay gente volanteando... bueno, yo fui uno de ellos. Así como hace unos días fui cadete por un rato, también fui volantero. Y la gente es muy mala onda. Todo bien con no agarrarme el volante... pero dale, estamos en un teatro, estas saliendo a cenar y a ver un show, podes ser un toque más cordial. Decime "no, gracias" y listo. O agárralo y tiralo en el siguiente cesto de basura, no me ofendo. Pero algo. La indiferencia total me jode mucho.

Veinte minutos antes del show ya estaba en el camarín. Al principio, yo estaba con Dani, una amiga que hizo todo el curso conmigo. No conocía a ninguno de los otros ocho comediantes ni al presentador. La diferencia fundamental entre Dani y yo es que ella es mina y está muy bien, yo soy chabón y no tanto. O sea, tampoco soy una patada en los huevos, pero las chicas no se me tiran encima. Es algo jodido de admitir, pero bueno. Entonces, cinco o seis personas estaban encima de Dani, yo estaba solo.

Apareció el presentador, acomodo el orden y quedamos que yo salía segundo. Todos íbamos a tener una pantalla atrás donde había un cronometro. A los cinco minutos, te subían la música y te tenías que ir. Con el tiempo no se jode.

Faltaban pocos minutos para el show, yo no podía contener los nervios. No estaba disfrutando nada de nada. Que mal que la estoy pasando. Pero no me quiero ir. Dani se me acerco y me tiro muy buena onda. Salí a ver a la gente, en el público estaban otros cinco chicos que hicieron el curso conmigo. También se portaron muy buena onda conmigo y con mis nervios.

Volví al camarín y a los pocos minutos comenzó el show. Paso el presentador, la primera comediante y después salí yo. Los cinco minutos se me pasaron en dos segundos, cuando escuche que me subían la música. Tire el ultimo chiste y me fui.

Retorne por donde había salido y nuevamente estaba en el camarín, contento, un poco raro, pero contento. Tres colegas me felicitaron. Dani se me acercó y me preguntó como era, porque también era su primera vez en el escenario. Le dije que es raro, que a diferencia de la muestra no se ríen ni te aplauden todo. "¿Viste el chiste de Disney?" le pregunté y seguí "ahí no se rio nadie". "Y bueno," me dijo "es que ese chiste es malísimo". Confieso que para el siguiente show lo cambie, ya no lo hago más.

El resto de los comediantes fueron pasando, escuche a casi todos. Finalmente termino el show y todos a saludar a las más de 80 personas que se encontraban en la sala. Después del show, me quede charlando con dos asiduos comentaristas de este blog que vinieron a verme. No voy a develar los nombres. No se conocen entre ellos, primero charle con uno, luego con el otro.

Con el primero que hable, estaba con su mujer. La mujer me dijo al menos cuatro veces "por ser la primera vez, estuvo muy bien". Creo que no hay insulto más grande que ese. Es como cuando en el colegio te dan la medalla al esfuerzo. Tenes la medalla a los mejores alumnos, los abanderados y todo eso. Pero el premio al esfuerzo, es como recibirte de nabo. Uno de mis hermanos (no voy a develar cual) en la primeria gano la medalla al esfuerzo. Igual todo bien, muy buena onda el pibe y su mujer por haber ido. El otro comentarista también fue con su novia y me dijo que le gusto mucho el show y que varias cosas le sonaron familiares de este blog... y si, uso cosas del blog en el monologo. Me plagio. Y está bien.

Próximamente detalles del tercer show y de lo que viene. Pienso contarles el minuto a minuto de cada show hasta lograr hacer de este blog algo totalmente monotemático y tedioso. Ya van a ver.

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Thursday, September 1, 2011

No me Peguen, Soy Cadete

Tenía que ir a buscar unos papeles a una escribanía. Tramite mundano si los hay. Subte, Línea D, estación Tribunales. Camine una cuadra y llegué al edificio requerido. No conocía la escribanía, pero el patrimonio de la empresa se puede juzgar por la calidad del edificio. Y este era bastante pobretón. Un medio pelo céntrico, sin grandes pretensiones.

Toqué el portero eléctrico y me abrieron desde arriba. Sin portero físico, ni seguridad, ni nada. Camine hasta el ascensor, había dos personas más también esperando. Dos pibes, ambos de veintipocos años, ambos vestidos con jean, buzo y zapatillas. Igual que yo.

Llegó el ascensor, todos íbamos al séptimo piso, la escribanía. Uno de los pibes toca el timbre y al instante se escucha el clásico zumbido que ya sabemos que quiere decir que hay que empujar la puerta. Entramos los tres, yo ultimo. El lugar estaba muy bien decorado. Sillones de diseñador, muebles de madera, estatuitas y adornos por doquier, digamos que tenía mucha plata encima. Discúlpenme, pero, para mí, ponerle esa cantidad de guita a un departamento en un edificio garompa, es de cabeza. Señor escribano, si le va tan ridículamente bien como para ostentar con adornitos, múdese a un edificio acorde.

La recepcionista debía tener unos 22 años y claramente no era linda. No era fea tampoco, un cinco puntos, digamos. Nos iba diciendo que esperemos, que iba a buscar las cosas, etcétera. El tema es que nos hablaba de muy mala manera, nos trataba como el orto a los tres. En ese momento, toco el timbre y entro un señor de unos 40 años, vestido de traje y con barba candado. Todavía queda gente en este país que usa el candadito, no entienden que no va más. La recepcionista dejo de atender al primer cadete y fue con el señor, a quien trataba con sumo respeto. Hizo pasar al señor de traje y barba candado a otra sala y volvió con nosotros. Despacho de mala manera al primer cadete, después al segundo y empezó a atenderme a mí. Le informé lo que había ido a buscar, me respondió "espera sentado, ya te llamo" en un pésimo tono.

La chica esta me obliga a decir algo que no quiero. No quiero, pero tengo que decirlo. ¡Vos sos recepcionista! O sea, ponele que sos tan idiota de tratarme mal porque vos pensas que yo soy cadete y estoy abajo tuyo en un estrato social que inventaste en tu cabeza vacía, ¿no te das cuenta que vos sos la recepcionista? No me podes tratar mal a mí por ser cadete. O sea, no entiendo. Yo no soy nadie, pero ella tampoco es nadie. ¿Cómo puede ser que no se dé cuenta?

Dos minutos después me fui y empecé a anotar todo esto en el celular para no olvidarme de postearlo. La vida del blogger es así.

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