El Pajero Carpintero

Se lo que están pensando. La duda los acoge desde hace ya más de dos semanas. La incertidumbre los mata. El dilema los carcome. La irresolución no les da respiro. Yo se que ustedes se mueren por saber que paso con el placard y si el carpintero vino o no vino ese martes. Suspenso no more. ¿Quieren respuestas? ¿Quieren la verdad? ¿Pueden manejar la verdad? Ok, se los digo. El carpintero no vino.

Habíamos quedado que pasaba al mediodía. A pesar que estaba todo confirmado y reconfirmado, lo llamé la noche anterior para re-reconfirmar. Como para ahorrarnos un disgusto. Pero las 12 se transformaron en las 5 de la tarde.

Carpintero: Mañana a las 5 estoy ahí.
Yo: Pero me habías dicho a las 12. Así que tiene que ser como muy tarde a las 5 porque después yo me voy a tener que ir.
Carpintero: Alejandro, te estoy diciendo que a las 5 voy a estar ahí. (Con tono de "sos pelotudo" te lo acabo de decir)
Yo: Si, pero también habíamos quedado para la semana pasada y no pudiste, por eso estoy reconfirmando.
Carpintero: Pero Alejandro, te digo que a las 5 estoy. A mí no me sirve el mueble guardado.
Yo: Bueno, pero yo después de las 5 me tengo que ir.
Carpintero: Ya te dije que a las 5 estoy.
Yo: Listo, nos vemos mañana.
Carpintero: ¡Ah! No te pude conseguir las manijas para los cajones, de eso te vas a tener que vos.

Ya habíamos establecido que el placard venia sin manijas, pero ahora resulta que los cajones tampoco traen manijas. Creo que el carpintero piensa que se puede abrir un cajón por osmosis. O tal vez, yo tenga el único carpintero Jedi del universo y el abre los cajones con la mente. No lo sé y no me importa, yo necesito manijas. Entonces, para demostrarle nuevamente quien manda, le dije "Ok, yo las compro".

Adivinen si vino a las 5. Dale, adivinen. A que no adivinan que paso. Dale, inténtenlo. No, no vino a las 5. Pero me consiguió un testaferro telefónico, su hijo, quien me llamó unos minutos después para decirme que el padre tenía un atraso e iba a llegar a las 5.30.
A las 6 me llamó la mujer, en otra clara muestra que la carpintería es un negocio familiar, para avisarme que el carpintero iba a llegar a las 7.

El petit detalle, es que mi vuelo salía a las 6 de la mañana del día siguiente y los bolsos no estaban hechos. Los bolsos no estaban hechos porque la ropa de mi novia está en cajas. Y no salen de las cajas porque no hay donde poner la ropa porque el placard aun brilla por su ausencia. Entonces, con todo el dolor del alma, le dije a la mujer del carpintero que le informe a su marido que las 7 a mi no me sirven y que lo dejamos para más adelante.

No pasaron ni 3 minutos y sonó mi teléfono. Era el carpintero. Creo que era la primera vez (después que le pague la seña) que él me llamaba a mí. Le dije que a las 7 no podía y que los siguientes días iban a ser muy complicados. Entonces el carpintero respondió "¿Y ahora donde guardo el mueble?" y moría de ganas de decirle donde se podía guardar el mueble, pero no le dije nada por miedo a que lo hiciera.

Quedamos para más adelante. Pasaron mis dos semanas de vacaciones y ayer lo llamé otra vez. Me atendió rápido, todo mansito. Le pregunté cuando podía venir, me dijo que mañana a las 3 estaba en mi casa.

Si todo está bien, en unas 5 horas empieza la construcción del placard. Ya veremos.