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Mujer... genérica.
Por Dana Eva
Blog: Miradas Diferentes


En tribunales me toca cruzarme día a día con mujeres muy bien arregladas. Mujeres que siempre (SIEMPRE) tienen el pelo perfecto. No importa si afuera están lloviendo perros y gatos, si hay un viento que te vuela o si el granizo aterroriza a los taxistas. No. Estas mujeres siempre tienen el brushing perfecto, el trajecito impecable sin una sola arruga (ni hablar de una mancha) y los zapatos más maravillosos que te puedas imaginar, con tacos que te marean de solo verlos, que llevan sus piernas delicadamente al son del toc toc toc toc. Tienen sus uñas impecables, los dedos adornados con Bvlgaris, las muñecas con pulseras y relojes perfectos. Hasta sus carpetas y expedientes parecen más ordenados que los del resto de los mortales. Son mujeres a las que les "nace" ser mujer. Les sale ser así. No les cuesta nada. Apuesto a que si se las ve en el gimnasio, no están transpiradas. Seguro que en un boliche, a las 5, siguen con el rimmel intacto y el rouge sin borronear.

A las mujeres como yo, que, obviamente, no nacimos así; nos genera una especie de admiración mezclada con mucha envidia, esta capacidad innata de estar siempre perfectas. Soy la clase de mujer que necesita gastar parte de su capacidad mental en auto controlarse, de manera de no parecer un camionero/mecánico en sandalias de tacos. Soy la clase de mujer que cuando se ve en un espejo, casi siempre TIENE QUE arreglarse el pelo, retocar el maquillaje o ver que la camisa esté bien abrochada o que el trajecito no se haya manchado. La clase de mujer que en el gimnasio transpira de verdad y en los boliches se preocupa más por pasarla bien que por el rouge y el rimmel (razón por la cual, generalmente a las 5 de la mañana, ambos brillan por su ausencia).

No sé si es que nacimos (las mujeres como yo) defectuosas, o que se nos traumó de chicas por alguna idiotez (ellas tenían Barbies, nosotras las "Mónica" o "Marisa" o algo por el estilo); la cosa es que ser así apesta. No es que no vayamos a conseguir los mismos resultados, ojo... Si un lunes 8.30 am me parás frente a frente con una de ellas, no vas a ver diferencia alguna. La cosa es que todo sería mucho más fluido si una tuviera esa aura de mujer perfecta... sin ningún esfuerzo, naturalmente. Ser como yo implica una hora menos de sueño tratando de domar un cabello que no se encauza en ninguna definición (lacio? A veces... Rulos? A veces... Ondas? A veces...). Implica arreglarse con mucha paciencia y bastante tiempo, casi siempre el delineador se corre, o un ojo quedó más oscuro que el otro. Implica siempre tener un plan B en lo que hace a la ropa, porque siempre algo puede suceder: café en camisa, mate en pantalón, medias corridas, ruedo que se descose, auto que te salpica con agua inmunda de un charco (suena a cliché de película pochoclera, pero cuando te pasa, puedo asegurar que NO es gracioso).

En definitiva, no soy diferente a esas mujeres, sólo que si ellas son una marca registrada, yo sería una mujer... genérica.