Finalmente fui a retirar los lentes de contacto. Me recibió la señora Sheffield, igual que la última vez, solo que tenía un corte de pelo diferente. La parte de atrás de la cabeza tenia gel y todo el pelo del rectángulo superior a la nunca se encontraba duro y en forma perpendicular la piso. Una especie de punk, pero para atrás. Ni idea como se llama ese corte. Me imagino la situación en la peluquería. "Hola, ¿Qué tal? Quería que me hicieras aerodinámica".
Pase a la salita para probarme los lentes. Me senté en un sillón estilo dentista y la Sra Sheffield comenzó a intentar ponerme mis lentes de contacto, pero mis fuertes parpados lo impedían. En el tira y afloje, un lente vuela por el aire y cae en el sillón, entre mis piernas, a la altura de las rodillas. La Sra Sheffield observó el lente, me miró a mi y me dijo "esta entre tus piernas" indicándome que yo lo agarre. La verdad que con lo que costaron los lentes, hasta hubiese correspondido que meta un poco de mano por ahí...
Ya con los lentes puestos, pasamos a una nueva sala donde yo iba a estar a cargo de poner y sacar. La idea era hacerlo tres veces para que yo pudiera aprender. La sala tenia dos paredes de vidrio que daban al local. El vidrio alternaba entre líneas horizontales esmeriladas y comunes de diez centímetros de ancho cada 10 centímetros. Yo estaba sentado en una silla frente a un mini escritorio con un espejo de tocador. La Sra Sheffield estaba sentada a mi derecha dándome indicaciones cual franela para estacionar. "Abrí mas los parpados" o "lo estas poniendo muy abajo" era las frases hits del momento.
Entre intento fallido e intento fallido, noto a dos metros de distancia que había una familia de tres personas en uno de los escritorios del local. Papá y mamá de unos cuarentipocos, hijita de unos diez. Mamá e hijita estaban mirándome atentamente a través del vidrio. Es tremendamente incomodo que haya gente mirándote fijamente mientras intentas hacer algo. Entonces, apelando a su vergüenza, levante mi mano derecha y los salude mientras les sonreía amablemente pero pensaba "¿Qué carajo están mirando?" Con total impunidad, mamá me devolvió el saludo. Siguió una lucha de poderes. Yo me movía unos centímetros para arriba o abajo intentando obstruirles el campo visual con el vidrio esmerilado, ellas se zarandeaban a mi par. Yo corría el espejo de tocador de lugar para taparme, ellas se levantaban de sus sillas para observar mejor. Estas minas son muy pelotudas. Estas a dos metros mío, estoy tratando que no me mires, ¿Y seguís? Así, como si nada. ¿No te importa nada? No lo entiendo. Ni un toque de pudor o vergüenza ajena esta señora. Entonces, yo miré a la Sra Sheffield y le dije "estas pelotudas que no paran de mirar" pero vocalizando mucho para que me puedan leerme los labios. Pero tampoco tuve éxito. Por suerte unos segundos más tarde se fueron del local.
Finalmente logré colocarme los lentes y ahora estoy en el proceso de usarlos pocas horas por día para ir acostumbrando al ojo. O al menos eso es lo que me dijeron. Lo peor de todo es que antes de tenerlos, no sabía lo poco que veía.
Monday, September 27, 2010
El Secreto de Mis Ojos II
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Evidentemente malinterpretaron tu irónico gesto de saludar.
ReplyDeleteCapaz pensaron que se conocían y estaban tratando de verte mejor la cara para saber exactamente de dónde...
¿Vos decís que ameritaba que la "doña" te manosee, incluso portando ese corte de pelo?
ReplyDelete¿Si te tocaba pero te pasaba una factura más cara, aceptabas? ¿Y si te cobraba más barato pero te daba una sola lente?
Yo sé que no tiene mucho que ver, pero me enganché con eso jaja
Besotes!
Cat, lo del saludo ok, se pudo malinterpretar... pero que onda lo de jugar a la escondida con el espejo? te juro que eran muy idiotas! beso.
ReplyDeleteMagui, para mi, con lo que pague, me tendrian que haber tocado un poco... como un bono incluido en el precio. Y lo de manosear un poco, no se le niega a (casi) nadie. Beso.
En esas situaciones donde tratas de que alguien se de cuenta "que esta pifiando al tarro" y haces lo posible para que lo sepa y no se hace cargo; me encantaria olvidar los buenos modales y decir con violencia y lenguaje soez todo lo que siento. A veces sueño con eso y me despierto con una sensacion de paz alucinante.
ReplyDeletePor lo de las lentes tranquilo. Ya te vas a acostumbrar. Un abrazo y... HASTA EL TRIUNFO ETERNAMENTE!
me quedé con la descripción del pelo dándome vueltas por la mente... me lo imagino peinado del estilo dragon ball... aunque me cuesta verlo fuera de una caricatura...
ReplyDeleteMucha suerte con los lentes!
saludos:)
Ramona, estaria buenisimo poder hacer eso! Beso.
ReplyDeleteDana Eva, era medio caricatura ese corte! Beso.
La Señora Sheffield resultó ser tan chota como me imaginaba.
ReplyDeletePasate por la vereda de vez en cuando y contanos como sigue evolucionando su cabello, por favor. Ahora me quedo con la intriga.
Lola, en 2 semanas tengo que ir otra vez, te cuento del look. Beso.
ReplyDeleteYo no tuve tanto drama, los coloque de toque, un golazo. Y es verdad, uno no sabe lo poco que ve hasta que los usa. UNA MARAVISHA PIBE!!
ReplyDelete"Hola, ¿Qué tal? Quería que me hicieras aerodinámica". jajajajajajaa genial, yo antes de usar los lentes tampoco sabia lo tan poco que veia, supongo que uno no se da cuenta, no es como tenerla larga o corta que la podes comparar con otros, o si sos alto o bajo, etc, no podes comparar la vista... nose ahora se me ocurrio eso, si me gano el premio nobel del blog por este comentario/descubrimiento lo voy a compartir con vos jaajaja
ReplyDeletesaludos, gracias por pasarte, me encanto tu blog, te sigo