Thursday, May 20, 2010

Tachero que Ladra no Muerde

Sabía que llegaba tarde. Estoy apurado. Me tomo un taxi. Aprovecho el viaje para mandar SMS mientras escucho sin prestar atención la anécdota del tachero. Obviamente, el tachero sabe todo. Me cuenta la situación, que respondió, como quedo bárbaro y esas cosas que solo pasaron en su cabeza. Por la manera de hablar, me doy cuenta que no es la primera vez que cuenta esta historia. Debe ser uno de esos hits. Debe estar pensando que hace stand-up con sus historias. Para colmo, me mira seguido por el espejito y me veo obligado a cruzar miradas, sonreír y asentir, todo con cara de "que ocurrente" o "que fantástico".

El tachero habla y quien quiere oír que oiga, porque al monologo nunca le pone pausa. Las miradas son solo para asegurarse que yo no me pierda ni una silaba del fantabuloso relato, en el cual el tachero es sagaz y dicharachero.

Llegamos a destino e intento pagarle. Muy lentamente toma el billete y busca las monedas para darme el vuelto. Lo hace pausado, para no perder el hilo de la historia. Tengo ganas de regalarle el vuelto y huir, pero necesito las monedas para viajar más tarde.

Finalmente, tengo las monedas en mi poder. Mientras él me mira fijamente y prosigue verborragicamente con la fábula, yo le devuelvo la mira con sonrisa lobotomizada y asintiendo con la cabeza. Acerco mi mano a la manija de la puerta y empiezo a tirar, como intentando que no se escuche que me estoy escapando. El tachero se da cuenta que va a perder a su público y, por primera vez, se interrumpe y dice "¡Pará! No te vayas que te vas a perder el final".

A ver… como te lo digo. Como te explico. Con todo el amor del mundo quiero decirte que no me importa tu cuento. No me importó cuando subí al auto y no me importa ahora. No me interesa. No te presté atención. Me aburrís. Y no porque seas tachero ni nada del estilo, simplemente tu historia tiene el don de curar el insomnio. Dicen que contar ovejas ayuda a dormir, pero lo que muy pocos saben, es que restar ovejas produce insomnio. Esta historia me resulta peor que contar ovejas.
Entonces, en un acto de arrojo y valentía, lo miré fijamente y dije "Discúlpame, pero no llego" justo antes de abrir la puerta e irme.

Me quedé con la duda sobre que se habrá quedado pensando el tachero después que me baje.

5 comments:

  1. Y cuando se quejan de todo? Vos das una opiniòn (por hablar algo), y empiezan a sacar ese resentimiento hacia la vida misma. Entonces le empezas a seguir la corriente para que se deje de hechar humo, y para que...le diste letra, peor, no para mas. Que el gobierno, que no va a trabajar mas, que la salud, y vos te querias desenchufar un rato.

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  2. A que hoy no te vas a poder dormir porque no sabes el final de la historia... lero lero...

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  3. No te puedo creer que el tipo quiso que te quedaras jajaja.

    Seguramente era una persona mayor asi que seguro habrá pensado como la juventud vive siempre acelerada y que antes era mejor...

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  4. Yo siempre pongo mi mejor cara de cu y nunca pasan del saludo, jajaja, me molesta que me hablen mientras voy en taxi o en remis
    (me quedé así O.O cuando te dijo "Pará, no te vayas que te vas a perder el final", que hijoepú...)

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  5. Ay, que horrible. Me pasó algo similar... Cuando llegamos a destino paró en doble fila en una calle en bajada y con cola atrás y bocinas, pero no se movió hasta que no terminó la historia. Que para colmo era algo de un billete de 2 pesos y el programa de Julián Weich. : S
    Lo que sea que haya pensado cuando te bajaste seguro no incluye la conclusión de "mi historia es una porquería", sino más bien la de "que mala onda". La negación es más fuerte.

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La gente es mala y comenta