Licencia para Conducir

Mi registro se venció allá lejos y hace tiempo. Por vago, nunca lo renové. Hasta ahora. Fui, me anoté en el Automóvil Club e hice todo el papelerío necesario.

Paso 1: Charlas de Educación Vial.
Quienes posean la licencia vencida hace más de un año, están obligados a asistir a seis horas de educación vial. Me fume las 6 horas aburriéndome como pocas veces. El profesor tenia estilo e intentaba ponerle onda. Pero es imposible. Ni el Cirque de Soleil es capaz de hacer de la ley de transito algo entretenido. El curso estaba lleno de mujeres de más de 50, esas de la generación del medio. Esas que preguntan y dicen cosas tan pero tan estúpidas que son hasta dolorosas de digerir. Por ejemplo, en el medio de la explicación del cordón de la vereda amarillo, una señora preguntó por que los taxis no la dejan bajar sobre la izquierda en la Avenida Coronel Diaz. Señooooooooooora, ¿en serio tenemos que hablar sobre su problema de vereda con los taxistas? ¿No podemos dejarlo para otro momento? Digo, si no se enoja... somos 45 personas en la clase, no nos importa. Queremos cumplir las 6 horas, que nos den el certificado de asistencia, e irnos lo mas rápido posible.

Pero no pudo ser. El tema de los taxis, las veredas de colores y donde cruzar la calle derivo en como cruzar la calle. Entonces, apareció esa de las que nunca faltan. La que tenia cara de Menemista de primera hora. La quejosa de profesión, pero toda maquillada y con las joyas puestas. La que dice más boludeces que la anterior. La que levanto la mano e impunemente exclamó "en otros países, cuando el peatón pone el pie en la calle, los autos frenan". Ah bueno. Lo que faltaba. Ahora, además de la ley de transito, tengo que aprenderme como la señora cree que los vehículos frenan en las sendas peatonales en el exterior. Me muero de intriga acerca del proceso de pensamiento de esa persona. ¿Cuál era el objetivo de ese comentario? ¿Qué podemos hacer nosotros? Mas allá de decir "que barbaridad", creo que no mucho mas. A ver, señora, a la cuenta de tres todos digamos "¡que barbaridad!"

Paso 2: Test Psicofísico.
Cumplidas las seis horas, procedí a rendir los exámenes teóricos pertinentes. Primero pase por el examen de vista. La verdad es que no veo una goma. No uso anteojos porque de cerca veo bien. El problema es de lejos. Y el segundo problema es la rapidez con la que lejos se vuelve cerca. Ya a 3-4 metros no leo nada. Tengo los anteojos. Pero en lugar de usarlos, prefiero ir haciéndome mierda el nervio óptico lentamente. Es mucho más placentero y satisfactorio. Entonces, miré a la oculista y le pregunte si podía probar hacerlo sin anteojos. Ella asintió sonriente. Me pidió que leyera las letras de la pizarra. Pero no había letras, solo unas manchitas borrosas. La muy hija de puta me estaba cagando. Entonces me tuve que poner los anteojos y, ahí si, ella puso las letras. Muy fea su actitud.

El examen psicológico consistió en preguntas como "¿tenés algún problema psicológico?" mientras que el examen físico consistió en preguntas como "¿tenés algún problema físico?" lo cual me provoco una grata alegría. Ya era hora que en este país la palabra vuelva a tener valor. Esta muy bien que el paciente pueda diagnosticarse y no hacerle perder tiempo al medico con tonterías como un examen. Acaso alguien habría de mentir en un examen psicofísico con tal de obtener una licencia de conducir. Por supuesto que no. Hay que ser un inconsciente para hacer eso. Pondrías en riesgo tu vida y las de los demás. Después vino la audiometría y listo el pollo.

Paso 3: Examen Teórico.
Llegue el examen y adivinen quien estaba esperando justo antes que yo. La señora Menemista. Que dicha la mía, volver a compartir un momento con tan grato ser humano. Pasamos al examen, que consiste en 30 preguntas multiple choice.
Yo me senté frente a una PC y la señora en otra. Ya había una tercer PC ocupada por una señora de unos 75 años que miraba el monitor, su periferia y el infinito con una cara de desconcierto absoluto. Se quejaba, en voz alta, como toda la gente de su edad, de no sentirse a gusto con la computadora. La instructora se acercó para consultar que acontecía. La señora dijo que no se sentía familiarizada con la computadora. La instructora respondió que el motivo de dicha incomodidad era que no se conocían e iba a presentarlas. "Señora, esta es la IBM; IBM ella es la señora que va a rendir examen". Ya presentada en sociedad, la señora de 75 comenzó el examen. Iba leyendo las preguntas, en voz alta, por supuesto. La señora Menemista la interrumpió, quejosa, argumentando que no lograba concentrarse en el examen por el ruido. Claaaaaaaaro, ahora te querés concentrar. ¿Cuándo yo intentaba dormir en clase de educación vial no te jodia hablar, no?

Yo seguía en lo mio, contestando preguntas a una velocidad que le provocaría envidia a Rainman. Soy el groso de las preguntas multiple choice del Automóvil Club. Bueno, en realidad no soy tan groso. El nivel de las alternativas era llamativo. Por ejemplo, en la señal de contramano, las opciones eran: contramano, prohibido estacionar, o boliche gay. O en el caso de la señal de hombres trabajando, estaba la alternativa correcta, otra que decía "números binarios" y una tercera que decía "hombre enterrando a la suegra".
Yo seguia clickeando a lo loco. Respondí las 30 preguntas en 5.21 minutos, obteniendo 29 respuestas correctas. Todas menos una la de la niebla, que no la leí porque era muy larga. Según la instructora, superé el record del lugar. Yo me fui contento, mirando a la señora Menemista luchando contra la pregunta 3.

Paso 4: Examen Practico.
Luego de todas las peripecias, por fin salí a las pistas. Fui como un campeón. Era Schumacher, pero a bordo de un Renault Clio, en un circuito cerrado y no superando los 20km/h. En realidad no era nada como Schumacher. En realidad, nunca me sentí tan lejos de Schumacher.
Primero logre dar la vueltita a la rotonda marcha atrás, después zigzaguee cuatro conos separados como por 10 metros uno del otro y por ultimo logre estacionar.

Después de todas las peripecias, me fui, contento, con mi licencia para conducir. Ahora solo me falta el auto. Ya veremos.